30 - 1

1.4K 97 1
                                    


Mi risa es implacable. Me concentro con la vista en la película. Y todo es raro, no sé bien cómo describirlo y menos siendo esto la primera vez que pruebo algo así. Si bien de por sí ya la película es loca, imagínense bajo los efectos de una droga psicodélica.

-¿Estás bien, nena?

-Perfectamente - respondo y Kaden alza su cabeza de mi pecho para contemplarme. Su cara se deforma, su nariz se ensacha y los ojos se van reduciendo... No sé porqué pero eso me causa todavía más risa pero me encanta como casi puedo con exactitud contar la galaxia de pecas que se extiende de mejilla a mejilla pasando por el puente de la nariz. Además las facciones se distorsionan convirtiéndose en el gato de Cheshire del juego Alice Madness Returns.

-Salgamos un rato así se activa bien eso - dice con diversión y se viste con una musculosa de Arctic Monkeys y un jeans a mitad de pierna. Todo en él está bien.

Consigo calzarme un short y una simple remera blanca que andaban dando vueltas por acá y me encamino al baño para arreglar un poco mi pelo.

Cierro la puerta y me topo con mi reflejo en el gran espejo. Poseo las pupilas dilatadas y en tanto me miro, noto como si mi rostro fuera perdiendo vida... Las ojeras se oscurecen más y las mejillas se me hunden, el mentón comienza a decaer y mis ojos son un agujero negro... Eso asusta y mucho. No soy capaz de reconocerme.

-¿Madi? - suena el toc toc en la puerta y me giro algo sobresaltada - ojo con entrar en mambos oscuros. Te espero acá afuera.

La empatía que hay entre Kaden y yo a veces es sorprendente. Es como si lo tuviera metido en la cabeza cada vez que algo pasa y necesito de él. No es un héroe ni nada parecido pero rescata ese lado bueno que aún sigue quedando de mí.

-Estoy lista - anuncio cuando salgo y los dos nos dirigimos fuera del edificio. Tomo su mano porque hay inseguridad que da vueltas en mí y siento como me hago una sola con él.

Aprecio el vaivén de las hojas de los árboles y su fascinante color verde que ahora parece tan brillante. Noto como la avenida por la que andamos se hace eterna y cada vez parece más y más larga.

-¿Cómo estás? - indaga Kaden y veo como pequeñas letras se escapan de su boca para flotar por el aire y desaparecer en la altura.

-Como una seda... No siento el piso, Kaden - susurro prácticamente ininteligible. Admiro el sol ocultarse tras los edificios de Palermo y me impregno de ese color entre amarillo y anaranjado.

-Lo normal, nena. Pero no te vayas mucho porque no sé de qué manera te puedo volver a la realidad - explica mientras mueve las manos y me toma por la cintura. Siento como me unifico a su piel de una forma realmente extraña...

-¿Por qué hablás tan rápido? Calmáte un toque, flaco...

Las voces y el murmullo de la ciudad no lo escucho pero la voz de mi tatuado me satura los oídos. Debe ser uno de los efectos de esta cosa... Supongo.

La risa de Kaden es estruendosa y no sé porqué se me contagia. Me paro en seco y agarro sus mejillas mientras lo miro fijo a sus ámbares que me hacen viajar... Simplemente experimento cómo me envuelven sus gigantes pupilas y llego a una galaxia andrómeda deslumbrante... Lo sé, estoy delirando mucho pero es tan genial. Puedo casi palpar la paz en el ambiente mismo.

Poso mis labios sobre los de él y la sensación de los suave recorre mi cuerpo por completo. Mi atrevida lengua sin permiso alguno acaricia la de Kaden y no puedo creer lo que estoy sintiendo... Y es difícil de explicar porque no solo me gusta, me encanta y tengo millones de sentimientos que se agolpan a la vez dentro de mí.

-¡El mejor beso de todos fue ese! - profiere el tatuado con una felicidad extrema y continuamos camino como si nada.

Los rostros de las personas que se acercan se terminan deformando y pareciera como si cada vehículo que pasa, fuera en cámara lenta...

De a ratos como que me asusto pero noto que aún sigo de la mano de Kaden. No estamos haciendo nada en especial... Solo pasear y mirar las cosas que se ven y las que no.

Mi celular vibra en uno de mis bolsillos y el identificador marca el número de Sam. No quiero atender pero de una forma u otra voy a tener consecuencias... Mi mente colapsa y se queda totalmente en blanco. Bueno no tan así, me contemplo a mí misma sentándome en una silla blanca dentro de una habitación del mismo color. Creo que es exactamente como quiero permanecer ahora, aislada del mundo y sin problemas que me afecten...

Me he quedado inmóvil no sé si por milésimas u horas pero el celular sigue timbrando y los ámbares del tatuado están expectantes a todo. No lo pienso más, no doy más vueltas al tema porque es peor.

-¿Sam?

-¿Pensás volver en algún momento a casa? Creo que es conveniente hablar sobre lo que está pasando - aclara a través del auricular. Está muy calmo y eso hace que mi cerebro se ponga alerta. Típico de la calma antes de la tormenta y sabiendo que mi esposo puede llegar a explotar, algo de miedo me agarra.

-No entrés ahí, Madi - susurra tomando con fuerzas mi hombro y bajo el aparato de mi oído colgando la llamada. ¿Para qué contesté? Sabía que era para problemas... Siempre la misma idiota.

-¿A dónde?

-A ese mambo oscuro que te está haciendo entrar Samuel... - su voz se va a pagando y veo un agujero negro frente a mí consumiéndolo gradualmente todo a mi alrededor...

N.A.: holiiis c: acá queda el link del grupo:

https://web.facebook.com/groups/165094953975666/


Y manaña es mi cumple :3 espero mucho saludos, los loveo ♥

Tortuoso engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora