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Comienzo a abrir los ojos con lentitud y la cabeza ya me estalla. Contemplo a mi alrededor y enfoco la vista en las fotos colgadas en las paredes... y esta no es mi casa. Bueno, al cabo que ni quería volver para ahí, al menos por ahora, pero me encantaría saber cómo carajos fue que llegué acá... Me siento y la resaca que tengo es inaguantable, tanteo mi cuerpo para luego admirar el gran y hermoso chupón que tengo en uno de los pechos.

Intento recordar algo más de anoche pero eso me hace doler aún más la cabeza. Kaden lanza un suave quejido de entre las sábanas mientras se remueve y su nariz queda pegada al costado de mi muslo derecho. Abraza mi pierna y lanza una sonrisa pícara cuando le acaricio el pelo.

-Buenos días bebura - exclama con muy buenos ánimos y deposita un cálido beso sobre mi piel - ¿cómo amaneciste?

-Con amnesia - contesto con un deje de diversión - ni me acuerdo cómo llegué acá, Kaden...

-¿Querés que te haga recordar? - inquiere antes de clavar sus ámbares en mis ojos y noto el destello de deseo que danza en sus pupilas más su cabello alborotado que le da un toque voraz a su imagen.

Su lengua comienza a explorar el pliegue de mi entrepierna haciendo que me encienda a mil. Nos colocamos de forma que ambos podamos estar cómodos y hunde su boca en la única apertura mágica que va a desencadenar todo lo que sigue. Aseguro mis manos a las barras del respaldo de la cama y con mis piernas envuelvo su espalda atrayéndolo más a mí con delicadeza. Las yemas de sus dedos acarician mi vientre que junto con su lengua en el punto exacto, me llevan a un mar de sensaciones inexplicables e increíbles.

Jadeo cuando levanta su cabeza y se aproxima a besarme con ferocidad en tanto va hundiéndose con delicadeza dentro de mí.

-Siempre tan lista para mí - farfulla con los labios pegados a mi frente y, luego, vuelve a comerme la boca. Sus arremetidas me hacen llegar al borde del placer y me quita, otra vez más, un orgasmo intenso...

Un último gemido se escabulle de mis labios y viajo directo a consumir toda la piel de su pecho tintado, pasando por sus marcadas clavículas y terminando en los hombros. Capto como cierra levemente los ojos mientras relaja su cuello hacia atrás dejándose llevar por mis besos. Por segundos acelera sus movimientos y después enlentece hasta quedar frenado dentro de mí mientras deja escapar un suspiro.

Se deja caer de espaldas a mi lado y me acaricia la mejilla con ternura.

-¿Entonces así llegamos? - pregunto con diversión y me guiña un ojo. Tomo mi celular de la mesa de luz para ver la hora y la cantidad exagerada de mensajes y llamadas de Sam que ignoro por completo.

Apenas débiles rayos de sol se cuelan por las rendijas de la ventana, ya prácticamente es de noche aunque persiste una claridad abundante. Kaden desaparece detrás de la puerta y yo aprovecho para ponerme la ropa interior.

-Vamos a comer algo, nena - exclama cuando entra y deja un plato sobre el acolchado con porciones de pizza y me da una lata de gaseosa.

Lo único que escuchamos es el sonido del canal que está puesto en la televisión, ya que, el silencio nos embarga de repente. Pero no es una situación incómoda, al contrario... Puedo palpar la calma de su respiración y la suavidad de sus movimientos en tanto come, y eso le da paz a mi ser.

-¿Confiás en mí? - inquiere curioso el tatuado.

-Siempre lo hice... ¿Por qué?

Se levanta de su posición y comienza a revolver el cajón de la mesa de luz hasta sacar un papel plateado bien doblado.

-Cerrá los ojos y abrí la boca - murmura abriendo el papel. Hago caso, no sé qué carajos es lo que quiere realmente pero viniendo de Kaden supongo que debe ser algo bueno o, al menos, algo loco. Supongo.

-¿Y? - nací ansiosa al parecer.

-Levantá la lengua... - ordena y apenas puedo sentir como sus dedos depositan algo donde hice lugar.

La mente se me queda en blanco... ¿Qué podrá ser esto...? Ah, no. Droga. Estoy más que segura que esto es droga...

-¿Kaden...?

-Cartón. Ácido. Lsd - responde a la pregunta que no hice pero se adelantó a saber que la haría - tranquila. Te puede dar un mambo oscuro y eso es lo que menos quiero.

Imita los mismo pasos que me dijo a mí que hiciera mientras lo contemplo muy seria. Siento como el cartón comienza a desprender un gusto agrio y la lengua se siente rara.

Es la primera vez que pruebo otra cosa que no sea un porro y me hace sentir algo extraña en la situación porque, si bien he leído algo de esto, no sé exactamente cómo voy a reaccionar.

Bueno, dicen que siempre hay una primera vez para todo. Y no voy a vivir dos veces como hacer locuras en algún momento.

-¿Música?

-¿Te va techno? - pregunta desplazando una amplia sonrisa y coloca el buscador de YouTube en su pc.

Paseo el ácido por mi boca y lo vuelvo a poner en su lugar. Sé que no va a hacer efecto hasta dentro de un rato así que me quedo tranquila cambiando de canal hasta que doy con una película que hacía muchísimo no veía.

El viaje de Chihiro. Es tan genial como rara...

Me acomodo un poco sobre las almohadas dispersas en la cama y mientras veo la película, también escucho a medias la música que ha puesto el tatuado.

-Vamos a ver qué pasa con eso, Madi - exclama apoyando su cabeza en mi pecho y dejando un suave beso sobre mi piel.

No podría estar mucho mejor que esto ahora.

Tortuoso engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora