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Regreso a casa con muchos sentimientos encontrados, con la cabeza gacha y sin querer existir ya. Despliego apenas un poco la puerta de entrada y me encuentro a Samuel sentado en el sillón de brazos cruzados y con la mirada llena de odio.

Odio... No amor, ahí no hay ni la más mínima pizca de amor o, al menos, afecto. Porque a pesar de todo yo no lo he dejado de amar cuando su engaño fue muchísimo peor que el mío y hasta, en este momento de solo pensarlo se vuelve, tortuoso. Un tortuoso engaño.

No tengo noción de la hora qué es pero puedo dilucidar que deben ser como las cuatro de la mañana ya. Sus ojos jades están inyectados en sangre y sus labios forman una fina línea que surca su rostro.

Hago ademán de abrir la boca para comenzar un discurso fenomenal pero levanta un dedo para que me calle.

-Voy a hablar yo - gruñe agarrándose el puente de la nariz - vos no tenés derecho a decir nada ahora.

Supongo que tendré que escuchar y después soltar todo lo que se está acumulando con enojo en mi interior antes de que explote. Tomo asiento frente a él y me dispongo a oír todo lo que sea que tenga que decirme.

-Bueno... Te estoy escuchando Samuel.

-Primero que nada, quiero saber el porqué de esto. Segundo, desde cuándo es porque no tiene pinta de ser de una sola vez eso - resopla con pesadez y eleva las cejas esperando mi respuesta.

-Estaba borracha y fue el único beso - la mentira cae de mi boca como si fuera un simple momento por el que todos pasamos alguna vez. Sam no convencido comienza a inspeccionarme de cuerpo entero desde su lejanía.

Me sorprende que esté tan calmado, es más bien de esas personas que explotan y se la agarran con lo primero que encuentran o directamente se va del lugar del conflicto para no generar más rabia aún.

-Por eso llegaste con una letra marcada en tu cara y era de él, ¿no?

-Sí... Claro, era la fiesta flúor amor - articulo con firmeza la forma de decirle 'amor' para que la situación no se me vuelva tan pesada.

-Nada de amor acá. Vos me metiste los cuernos y encima con mi primo - chilla alborotándose el cabello hacia todos en un movimiento frenético. Me asusto e instintivamente me voy hacia atrás del miedo y parpadeo repetidas veces.

-No fue con intenciones, en serio. No sabía lo que estaba haciendo - farfullo con la voz entrecortada y las lágrimas comienzan a descender por mi rostro haciéndome sentir peor que antes... Porque mi engaño debe haber sido muchísimo antes que lo de él. Pero aún así el seguir mintiendo va a ser algo que voy a tener que sobrellevar siempre conmigo y mi consciencia.

-¿Me estás tomando por idiota? ¿O qué? Ni sé si creerte en algo ya Madison - acota de la manera más fría posible rasgando mi interior de punta a punta.

-Yo sé que estuvo y está mal Sam... - un leve sollozo se me escapa antes de decir: - perdón, de verdad, perdón...

Mi esposo me escruta la terrible expresión de estúpida que debo tener en este momento y lanza un suspiro largo.

-Solo por esta vez - se levanta de su posición y me observa desde arriba - lo voy a dejar pasar...

¿Eso fue todo? ¿No hay más acción ni puterío? ¿Nada de bardo? Bueno se supone que no es lo que quiero pero es muy raro que él le estuviera dando tantas vueltas a todo y como si nada perdona una infidelidad... Es como que algo no termina de cerrar acá. Aunque tampoco mencioné nada sobre lo de Kiara y el bebé... Puede que sea eso.

-¿Por qué?

-¿Cómo que por qué? - inquiere con curiosidad abriendo por demás de la cuenta los ojos. Me pongo de pie y lo enfrento, no sé porqué pero me nace hacerlo.

-¿Por qué me estás perdonando?

-Porque... - coloca la llave en la cerradura para abrir la puerta - te amo. Y siempre fuiste una buena chica conmigo... Más allá de esto que pasó.

Se arrima para depositar un dulce beso en mi frente y se va así sin más de la casa.

Un segundo que mi cerebro está recalculando todo lo que acaba de pasar y no entiende nada de nada. Quería más drama, más histeria, más celos, más enojo, más énfasis... No es que me encantaría que todo eso pase pero poniéndome en el lugar de él, yo hubiera era hecho un tremendo escándalo y no hubiera perdonado nada. Es más, ni me dio tiempo a mencionar algo sobre el papel del ADN que tengo en el bolsillo...

Necesito hacer algo y no quedarme encerrada acá porque ya no sé qué puede llegar a pasar. Más allá de que es seguro que en algún momento Samuel va a volver a casa pero no quiero encontrármelo, necesito despejar mi mente con alguna cosa y tampoco quiero que eso sea un porro... Suficiente tuve por hoy con el que fumamos con Kaden y la birra que tomamos que ahora la cabeza me estalla prácticamente.

Me doy un relajante baño y medito por un rato todo lo que está pasando hasta ahora. No me cabe la idea de que mi supuesta relación con el primo de mi esposo ya se haya descubierto en parte. Tampoco me hago idea de que mientras yo estaba con el tatuado, Samuel estaba en plan amoroso con Kiara y eso dio sus frutos.

Mierda y más mierda... ¿Qué se supone que debo hacer ahora...? Agarro mi celular y le doy al icono del teléfono cuando encuentro el número.

Hola Madison!

-¡Max! ¿Me buscás y vamos por ahí a hacer algo?

N.A.: hola pequeños. Les presento a mi Sam perfecto en multimedia, costó decidirme si ese era el real aspecto físico a cómo me lo imagino y sí, me encanta *¬* es Sam Bettley, bajista de AA💙 solo que nuestro Sam no tendría tatuajes.
Ah, estén atentis porque creo que ya tengo la primera parte de lo que vendría a ser la historia de Fabrizio 💙 (¿se acuerdan que dije hace muucho que iba a ser desde la perspectiva de él? Bueno, eso)
Los amo 💙

Tortuoso engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora