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Me encuentro aprisionada entre el macizo cuerpo de Kaden y el largo asiento trasero de su auto. Mis manos reposan en su culo atrayéndolo a mi parte más sensible en este momento mientras su lengua y dientes se ocupan de mi cuello.

Llevo la tela de la musculosa de Avenged Sevenfold que tiene puesta por encima de su cabeza y dejo al descubierto solo para mí su trabajado abdomen. Mis dedos se escabullen hasta el botón del jeans y consigo en un movimiento abrirlo mientras él hace exactamente lo mismo con mi short.

-No aguanto más - murmura sobre la piel de mi escote y termina por sacar el corpiño. Hace a un lado mi culotte de encaje y comienza a jugar peligrosamente en mi entrada hasta que mi respiración se pone pesada y demasiado jadeante.

-Kaden... Hacelo ya - me come la boca mientras que agarra una de mis tetas y entra del todo en mí.

Mierda... No puede haber una sensación tan placentera como esta. Kaden está dentro de mí y eso hace que mi cabeza se vuele. Las embestidas son agresivas al igual que su lengua cuando se apodera de mi cuello mientras rasguño su ancha espalda en un vaivén infinito del cual, ya sé, que no voy a salir tan fácilmente.

-Madi... Estás tan mojada - arrulla sobre mis clavículas y desciende para llevarse mi teta izquierda a su cálida boca - te extrañé tanto, nena.

-Y yo a vos Kaden - digo perdida entre todo lo que me causa él a mi cuerpo, mis emociones y sentimientos. Ahora va ser imposible sacármelo de la mente... Pero ¿ya lo había hecho? No, me parece que no y esto es el detonante para aferrarlo muchísimo más a mí.

Proseguimos en un ritmo armonioso con los gemidos de fondo además de una canción de Babasónicos sonando por el estéreo.

Siento como el auto se agita bajo nuestros cuerpos y me fundo con su boca mientras tanto escucho una parte de la letra del tema.

El camino a la fama no significa nada
Si no hay una misión
Cuál es?
Hacerte muy putita, probar tu galletita
Con toda devoción

-Ahí, justo ahí - jadeo e incrusto los dientes en su hombro cuando siento que llego a un orgasmo realmente maravilloso. Kaden nota la diferencia apenas me relajo un poco y soy seguida por él en otro orgasmo.

-Me hiciste sentir como un rey - anuncia mientras se desploma sobre mi cuerpo - más, como un dios.

Sonrío. Pero esta es una de esas sonrisas sinceras que se asoman de la nada más allá de que lo que bebí y fumé están llegando a sus efectos culminantes y haciendo estragos en mí.

Nos posicionamos para quedar sentados y cómodos mientras acaricia mi pelo con traquilidad. Se agacha y de abajo del asiento saca una botella de sidra y la destapa.

-Celebremos como se debe, nena.

-¿Qué cosa? - indago perfilando su recta y cuadrada mandíbula con mi dedo índice.

-Nuestro encuentro, por supuesto - toma un largo sorbo del pico y me la pasa para que haga lo mismo. Lo efervescente inunda mi garganta y siento un par de cosquillas que se extienden.

Después de varios minutos en un silencio arrollador bebo el último trago de la sidra no con muchas ganas pero en fin. ¿Qué se puede decir en un momento como este? ¿Que el sexo fue fantástico como siempre, quedar para otro día e irme? ¿O simplemente bajarme del auto sin abrir la boca?

Me he dejado llevar de nuevo por los impulsos, la tentación y esa necesidad insoportable de poseer al tatuado sabiendo que voy a terminar destruida tarde o temprano porque no hay forma alguna de que él sea totalmente mío y de nadie más.

¡Puta madre! Lo volví a hacer otra vez. ¿Es que nunca voy a entender que lo único que puedo sacar de una relación así es tristeza? Parece que no.

Resoplo fuerte y sus ámbares se disparan con rapidez a mi figura en las penumbras.

-¿Pasa algo?

-Sí - poso mi mano sobre la boca a punto de contener el vómito. Kaden en un ágil movimiento consigue abrir la puerta de su lado y hace que mi cuerpo quede atravesado por encima de sus piernas con mi cabeza colgando fuera mirando la rueda trasera del vehículo.

Lanzo todo. Absolutamente todo y el sabor horrible que me quede impregnado en la boca más el ardor de la garganta hace que expulse todavía más si es posible.

Siento sus fríos dedos deslizarse con lentitud por mi nuca y una vez que las arcadas terminan, me pasa un pañuelo descartable.

-Limpiate.

-Gracias - vuelvo a mi posición anterior y con el estómago vacío me siento mejor, aunque no del todo. La sonrisa que se plasma en la pálida cara de Kaden es igual a la del gato de Cheshire y, juro, que me asusta sin razón aparente.

-¿Te das cuenta que estás demasiado hermosa? - pregunta y creo que mi expresión es bastante rara porque rompe en una carcajada - mucho más de lo que ya estabas.

-¿Por qué?

-Te hiciste un tatuaje.

Claro. ¿Cómo olvidar que cometí la estupidez más grande de mi puta vida? Dirijo mi mano hacia el lugar y siento apenas la piel elevada donde está la tinta impresa. No sé qué tenga se bueno o genial esto para él pero para mí es lo peor que pude haber hecho y más cuando Sam me lo recuerda cada vez que lo ve.

-Sí y no uno cualquiera - respondo casi inaudible pero con picardía.

-Me di cuenta de eso - sus labios tentadores se colocan a centímetros de los míos y lo besk con vehemencia intensa.

¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué volví a caer en este maldito juego de mierda?

Tortuoso engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora