8

1.7K 109 0
                                    


15 de enero

Estoy a dos días de mi cumpleaños, me encuentro desplomada en la cama de Camila escuchando el murmullo de la televisión mientras espero a que llegue la pizza que encargue hace media hora.

Sí, mi cumpleaños número 23. No es muy emocionante que digamos y tampoco quiero hacer tanto espamento por esto, una simple juntada y chau.

-¡Ya llegó por quién todos lloraban! - el estruendo de la puerta cuando se golpea con la pared me sobresalta y mi mirada desorbitada se dirige hacia el sonido producido. Contemplo a un Max de pie, con los brazos abiertos y una sonrisa lunática.

-¿Estás bien? - inquiero al borde de estallar en risas.

-Mejor que nunca amor - arqueo una ceja y se cruza de brazos con semblante divertido.

-Mejor que nunca pero más que fumado - niego con la cabeza y su sonrisa se ensancha más si puede. Me toma de la mano y me levanta de un tirón de la cómoda posición en la que estaba.

-Vamos a comer - exclama y me lleva hasta la cocina donde Cami ya está metiéndose mano con Bex y se ríen cuando llegamos.

Dos porciones de pizza con palmitos y ya estoy satisfecha. Y ni hablar de lo que me ha jodido Max todo el rato, se toca el pelo cada dos por tres y se re nota que está dado vuelta ya pero desde que llegó que me estoy riendo.

-¿No me tenes ganas? - levanta las cejas reiteradas veces y me guiña un ojo mientras lanza un beso al aire.

-Mmm... No - digo con suavidad y dándole un sorbo a la lata de cerveza. Pone cara triste y se limpia una lágrima invisible. Si me dieran a elegir entre el Max de pensamientos oscuros y el Max que todo le parece una joda, sería un dilema quedarme con una faceta de él y nada más.

-¿Segura? - me hace ojitos y se ríe ante sus acciones. Asiento con detenimiento para luego mirar a Camila.

-Ya volvemos - anuncia Bex con un deje de excitación y la mirada perdida en la espalda de Cami. Estos son peores que conejos...

-¿Cuándo me vas a dar bola?

-En tus sueños, Max - profiero una carcaja que inunda el lugar y él incrusta sus dedos en mi espalda. Me atrae más a sí y su suave perfume perfora mis fosas nasales.
¿Por qué no quiero sacármelo de encima? Sus manos se delizan hasta mi culo y me apoyo sobre la encimera de mármol. Su nariz reposa en mi cuello mientras su aliento se mezcla con el mío aumentando la temperatura entre los dos cuerpos.

-No sé...

-No puedo Max - susurro al borde de un abismo que sé por experiencia que no voy a poder regresar tan fácil. Además me trae tantos recuerdos de Kaden que me deshace con su tacto.

Hago uso de mi voluntad y apenas si lo aparto. No es que no quiera, es que no puedo. No puedo volver a caer en lo de antes, no puedo tener nuevamente esa frustración por algo que no me pertenece y no poder hacer nada.

***

Ya es la mañana del 16 de enero y recién llego a casa con unas terribles ojeras y el cuerpo más que cansado. Hablé con Max y bueno, llegamos a prácticamente nada porque además de estar fumado estaba borracho y es imposible hablar con alguien en ese estado.

-Hola florcita - saluda Sam desde la cama cuando escucha que cierro la puerta. La habitación ésta en oscuridad así que me desvisto y me escabullo entre las sábanas mientras me apego a su cuerpo y le doy un ínfimo beso en el mentón.

Subo mis dedos por su piel desnuda y me doy un empujón para quedar sentada sobre él. Puedo notar como sus labios comienzan a deslizarse por mi cuello hasta mis clavículas.

-Sam... - jadeo cuando su tibia lengua se arrastra por el medio de mi pecho llevando una sensación de placer - quiero...

-Ya sé linda - enrosco mis piernas con las de él y lo beso con clemencia mientras nuestras lenguas se unen a una danza ya bien conocida. Me lleno de él hasta lo más profundo de mí dejándome llevar por el alivio que calma mi fuego interno.

Llevo el ritmo bastante acelerado de cada embestida. Dejo la pasión me inunde el cuerpo y termino relajándome sobre Sam. Su mano van con un golpe a una de mis nalgas y un gemido de placer abandona mis labios.

-Estás tan mojada... - arrulla metida entre mis tetas y mi excitación se multiplica a mil ahora. Con un ágil movimiento quedo suspendida en el aire y sostenida por sus antebrazos tomando así el control de todo.

-Sam... Me estás reventando - tomo una bocanada de aire e intento seguirle el ritmo. Esto es nuevo en él, la que casi siempre innova soy yo. Pero me gusta que sea así conmigo...

-Dámelo gorda - nuestros ojos se conectan por unos segundos interminables hasta que estallo de mil formas dentro de mí mientras me arranca un fuerte gemido.

-Dale amor. Te toca - gruño tirando la cabeza hacia atrás mientras Sam de alguna manera consigue acelerar más y se deja llevar por el orgasmo arrebatador.

Nos desplomamos en la cama y me envuelve por la cintura en un tierno abrazo y, a la vez, deposita ínfimos besos en mi hombro.

Su tibia respiración me acaricia la piel y no hay otro lugar en el que más me gustaría estar que este. Amo la seguridad que me dan los brazos de Sam, amo ser yo a quién él ama, amo la tranquilidad que me produce estar a su lado.

-¿Sabías que te amo cada vez más? - pregunta después de besarme.

-Lo sé y por eso también te amo a vos.

N.A.: woooow! Pero qué anda pasando por acá? Me he estado ausentando, sí perdón pequeños saltamontes TwT pero no es porque tuviera ganas nada más...
Fue porque... *redoble de tambores*
JAJAJA he hablado con las personas correspondientes y la semana que viene voy a hacer la copia en papel de Dulce Engaño.
Yeap!
Kadison❤ va a salir próximamente en formato físico ❤

Tortuoso engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora