15

1.8K 112 0
                                    


-¿A qué hora llegaste? - ataca Sam apenas paso el umbral de la puerta de la cocina. Me lo encuentro con una botella con agua en una mano y en la otra, una toalla azul marino además de estar todo sudado y los pectorales marcándose bajo la fina musculosa que lleva puesta.

¡Woow! Sí que está trabajando su cuerpo, no como antes que era una fetita de jamón. Okey, tenía abdominales pero por ser flaco no por hacer ejercicio. Y ahora está súper partible como para comérselo con la mirada. O peor.

-A las ocho, amor - contesto desganada rascándome la cabeza mientras bostezo. Su mirada verde se torna acusatoria y levanto los hombros como restándole importancia al tema. Además de que mi cuerpo prácticamente no responde a ninguna orden y lo que menos quiero ahora es enzarzarme en una discusión con él.

Escucho como resopla cuando le doy la espalda para beber agua directamente de la jarra y me la saca de las manos haciendo que un chorro se deslice de mi boca y caiga por el medio de mis tetas.

-No seas asquerosa. Buscá un vaso - replica y chasquea la lengua. Dios, ya está enojado y mi humor no da para esto.

-Buscá un vaso - me burlo en tono de voz grave y revoleando los ojos. Sí, este es el efecto Kaden en mí... Ponerme estúpida en la vida diaria. Me golpearía la cabeza en la pared pero ni con eso me voy a sacar todo lo que sentí esta madrugada.

Y ¡qué no daría por volver a repetir todo con mi tatuado!

-¿Vos no tendrías que estar en la empresa?

-¿Eh?

-¡Son las doce y treinta y cinco! - exclama frunciendo el ceño y haciendo un gesto con las manos como si fuera lo más obvio del mundo.

-No. Hoy me tomo día libre porque soy la dueña - digo con vagancia mientras inspecciono una manzana que acabo de encontrar en la heladera. La muerdo y el jugo cae por mi garganta aunque no consigo calmar la sed de esta forma.

-¿Te parece muy fácil la vida así?

-Mirá Sam, tengo una resaca de mierda y no quiero que me vengas a dar sermones pelotudos - gruño agarrándome el puente de la nariz mientras cierro los ojos. Escucho el timbre de llamada de mi celular y el identificador tira el nombre de Max - ¿Max?

-¡Hola Madison! Capaz que me sienta un poco mal por lo que hice pero... ¿Tenés ganas de que salgamos a comer?

-Sí, vamos - miro el reloj y después la expresión de enojo de Sam - ¿te busco?

-Te iba a decir que fuéramos en la moto pero sí, mejor. Nos vemos en rato.

Cuelgo y a mi esposo ya el culo se le pasó a la cara así que opto por irme a bañar sin darle importancia a cualquier objeción que tenga para mí.

***

-¿Es tu novio?

-No. Ya sabés que tengo marido.

-Cierto. Pero es muy lindo.

-¿Sos gay?

-¡No! Amo a las mujeres pero hay que reconocer que suele haber chicos muy bonitos y no soy gay por decirlo - se escuda Max con gesto alarmado. Se cruza de brazos y gira la cabeza para mirar algo a lo lejos mientras yo observo la serpiente en su cuello que abre la boca de forma amenazante.

-Bueno, gracias por invitarme Max - estiro mis brazos por encima de mi cabeza y una sonrisa se asoma en mi rostro - ¿queres que nos saquemos unas fotos?

-Solo si es en una de esas máquinas que salen en tiras.

Salimos del McDonald's y nos dirigimos al lugar más cercano para hacer las benditas fotos. Retiro las dos tiras con cuatro fotos cada una y en todas salimos haciendo alguna cara rara, con los ojos cruzados, sacando la lengua y en la última, él me está dando un beso en la mejilla y yo estoy con expresión sorprendida.

De camino al auto, vamos riéndonos del recuerdo que acabamos de hacer y al alzar la vista, contemplo el ínfimo beso de Kaden con Dasha además de sentir como mi corazón se rasga en mil pedazos.

Esperen... ¿Tendría que estar sintiendo esto al ver la escena? Solo están caminando de la mano y se paran para compartir un beso, lo que una pareja normal haría en cualquier momento. Pero yo soy alguien paralela a la relación que mantiene mi tatuado con esta zor... Es decir, chica.

-¿Madison? ¿Estás bien? De la nada te pusiste pálida - Max me inspecciona de pies a cabeza y me toma con fuerza por los hombros.

-Capaz que se me bajó la presión. Vamos... - susurro y sin premeditar las cosas, sus dedos se entrelazan con los míos y nuestras miradas se cruzan. Max arquea una ceja y creo entender que ya se dio cuenta del porqué de mis actos.

¿Sería algo como el chico con el que le voy a dar celos a quien estoy enamorada mientras tengo esposo?

¡Woow! Es la mejor pregunta que he hecho en toda mi puta vida que tiene tantos enredos de personas.

Kaden clava sus ámbares en nuestra unión y después con recelo dirige su mirada a Max, quién está gozando de la situación como nunca. Sí, Dasha agacha la cabeza en cuánto alzo la ceja y pasan de largo.

Nos metemos al auto y reposo la cabeza en el respaldo del asiento soltando un bufido interminable.

-¿Ahora estás mejor? - inquiere el chico de la víbora en el cuello.

-No. Acabo de quedar como la más puta de todas - suelto con ninguna sutileza a modo de defensa.

-Oh...

N.A.: hola mis saltamontes! Hace mucho que no les dejo nada al final del capítulo. Y bueno, era a para decirle que en multimedia está mi Madison perfecta❤ (Victoria Danielle)
Ah. Los loveo mucho mucho❤💞

Tortuoso engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora