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-Ponele tu inicial ahí - dice Camila mientras señala el pómulo del tatuado. Saco el labial y escribo la M bien grande así todos saben que es mío y de nadie más. Ya estoy en modo hiper celosa pero no me interesa.

-A ver... Yo también - marca la K justo en el medio de mi mejilla y hace un triángulo invertido en la punta de mi nariz - ahora sos una conejita... Y solo para mí.

Ladeo una sonrisa pícara y Max cae con un trago para mí y otro para él que bebemos en un abrir y cerrar de ojos. Coloco una mano en el firme pecho de Kaden y siento como su mirada comienza a perforarme hasta dar directo con sus ámbares.

Me rodea por la cintura con sus brazos y nos balancea de un lado a otro con lentitud. Así están mis emociones también en un vaivén que no saben para qué lado disparar en el momento que todo esto se desmorone. Puedo vislumbrar todo lo que esos labios cerrados callan en sus ojos miel... Millones de frustramientos, tristezas y alegrías se agolpan todas juntas y creo tocar fondo cuando veo un atisbo de, lo que creo que es, amor.

Rozo sus labios carnosos entreabiertos y un mar de sensaciones me invade el sistema. Desvío toda la atención de antes a su boca y me empeño en besarlo con dulzura, como muchas veces antes, no lo hice. Su lengua choca contra la mía y siento como una colisión de estrellas en mi interior a un nivel de aturdimiento realmente elevado...

La calentura va en aumento a paso agigantado. Percibo por el rabillo del ojo... ¿Un flash? Nah. Seguro que son las luces del boliche así que ni da interrumpir este maravilloso beso.

***

Está demás explicar qué pasó luego de todo la previa de besos con Kaden... Así que ya estoy en casa escribiéndole un whatsapp a Max para saber si llegó bien a su departamento.

Caigo en la cuenta de que son las siete de la mañana un poco pasadas y Sam ya está levantado vistiéndose para ir a laburar mientras que mi presencia no pasa desapercibida.

-¡Que linda hora de volver! - profiere con un notable sarcasmo. Me siento en la cama para sacarme los tacos que están matando mis pies ya y lo increpo con la mirada.

-No me hinchés las bolas Samuel...

-¿Qué es eso qué tenés en la cara? - suelta con voz filosa y me señala con el dedo las marcas del labial. Mierda... Tendría que haberlas sacado con el demaquillante que llevo siempre encima en caso de urgencias. No doy más de colgada...

-Fue la fiesta flúor.

-No me estás contestando. ¿Es una ka? - frunce el ceño y se queda pensativo. No se me ocurre mejor idea que encender el televisor y poner las noticias o algo para dispersar la atención de mi rostro.

-Sí. Camila me la hizo - miento e intento no concentrarme en sus ojos porque siento que sino va a saber la verdad apenas lo mire - no sé porqué. Estaba en pedo.

El silencio apabullante hace su acto de presencia y juro que escucho nuestras respiraciones prácticamente acompasadas. Me acomodo para acostarme a dormir y me tapo con la sábana hasta la nariz sin dejar de ver las mierdas de noticias que pasan a esta hora...

Además contemplo a Sam que está un poco atolondrado guardando papeles en su portafolio y también mira a la televisión.

-¿Qué es lo que pasa con este chico? ¿Acaso no tuvo suficiente ya? - anuncia una reportera morena que se encuentra sentada y con la vista perdida en las cámaras que la rodean.

Pobre del tipo del que están por hablar porque seguro que esto es para armar quilombo. A la gente le encanta el quilombo y más cuando ya dan pie a la intriga.

Bostezo y casi se me cierran las ojos cuando veo la foto de Kaden en la pantalla. No, algo está mal acá. Muy mal.

-¿Y ahora este pelotudo es noticia...? - gruñe Samuel por lo bajo y una punzada de culpa me cruza. Capaz que ya me estoy haciendo la cabeza por algo que definitivamente no es y yo ando demasiado paranoica.

-¿Nueva conquista? ¿Una chica que recién conoce? ¿Quién es? - indaga la mujer que da las noticias y observo con terror ya impreso en mi expresión la pantalla.

¡Me pego un tiro acá y ya! ¡Necesito una maldita pistola nada más y listo!

-Mierda... - murmuro para mí misma cuando veo la foto que nos sacaron en el boliche. Efectivamente a lo que reaccioné horas antes fue un flash y no las luces del lugar... Se ve mi cabellera colorada, como me mantengo aferrada al tatuado y la manera en que me está comiendo la boca...

-¿¡Madison!? - lanza Sam con tono áspero lleno de odio. Me achico en mi lugar y tira de la sábana para dejarme al descubierto - ¿¡qué mierda es lo que acabo de ver!?

-¿Y cómo pretendés que yo sepa eso?

-¡No te hagas la estúpida! ¿¡Qué es eso!? - vocifera desaliñado y con el semblante sacado. Y no es para menos si es más que evidente que esa soy yo aunque los medios no lo sepan...

Ahora ya se sabe de mi engaño. Y no solo las personas de afuera... Sino la persona más importante para mí que es Sam y todo por sacarme las ganas de lo prohibido, terminé de arruinar mi relación...

Tortuoso engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora