Cuarta Parte _ Escuadrón Ánima Cap. 37

50 3 0
                                    


Capítulo 37 _ Hombres o Bestias

La tensión en La Resistencia continuaba presente, pero no se la acentuaba demasiado. De lo contrario, no habría quien quisiera abandonar los refugios, salir a la calle y continuar su vida.

Los soldados eran quienes estaban más activos que nunca, siempre entrenando o patrullando por toda la ciudad, desde el centro hacia sus alrededores. Los estudiantes de la Cruz Roja y de la Mano Dorada tampoco tenían mucho descanso. Pasaban horas analizando químicos y perfeccionando medicinas, y aquellos pertenecientes al último grupo, estaban obligados a practicar tiro durante un mínimo de tres horas.

Nero, Elías y Dylan tuvieron un par de semanas difíciles, comunicándose nomás cuando fuera necesario. Ni siquiera alguna broma improvisada de Dylan les levantaba el humor lo bastante como para hacerlos reír a carcajadas. Cuando coincidían, comían juntos o se veían en los descansos para despejarse la mente. A veces, ni se acordaban de que vivían en el mismo departamento.

-Mañana tenemos franco - esbozó Dylan una sonrisa de entusiasmo -. ¿Qué les parece si hacemos algo?

-¿A qué hora? - preguntó Nero.

-¡Todo el día!

-¿Todo el día? - alzó las cejas, desconcertado -. Porque tenía pensado pasar la tarde con Nahia.

-¡Nero! ¡No me digas que sos de esos que dejan de lado a los amigos para estar con la novia! - le reprochó.

-¡No, ni ahí!

-Los chicos de Medicina hoy a la noche hacen una fogata en el Campo. Están invitando a todo el que quiera ir y tomar una birra - anunció Elías -. ¿Por qué no vamos?

-¿Con todo lo que hay que hacer hoy? No sé si esté vivo para la noche - se quejó Dylan.

-A mí me gusta la idea. ¡Dale, Dylan! ¡Vamos, nomás! ¡Pensá en la birra! Y en las chicas de Medicina - lo codeó Nero, con más ánimo.

-Ah... Bueno, ya que insisten tanto, ¡ja, ja, ja, ja! Nos vemos a la noche - se marchó junto a los compañeros de su comisión, a quienes les correspondía un turno de cuatro horas patrullando los paredones del lado este.

-¿Cuánto nos queda a nosotros? - le preguntó Nero a Elías, consciente de que a él nunca le hacía falta un reloj.

-Diez minutos - respondió -. Estás mejorando.

-¿Mejorando cómo?

-¡Ja, ja! Ya sabía que a Nahia la ibas a escuchar más que a nosotros.

-¡Argh! Ni hables. ¡Qué vergüenza que pasé! Me tuvo pena, y ahí fui cuando me di cuenta de que tenía un aspecto miserable.

-Me imagino que no vas a volver a hacer eso de sobreexigirte, porque si terminás hecho mierda, ¿cómo vas a hacer para ingresar al Escuadrón Ánima?

-¡Mj! Un rango alto no es lo único que puedo llegar a perder - bufó, decepcionado de sí mismo al pensar en cómo permitió que su meta se convirtiera en una obsesión mortal -. Todavía no sé por qué hice tantas pelotudeces.

-Lo bueno es que ya te corregiste. Dylan y yo ya no sabíamos qué más hacer para que entraras en razón. Por eso fuimos a hablar con Nahia, a pesar de que lo más probable era que nos odiaras.

-Me habré enojado un poco con ustedes, pero tampoco hicieron nada para ganarse mi odio eterno - sonrió, devolviéndole la confianza a su amigo.

-Menos mal - exhaló Elías, con un peso menos en el bolsillo -. Hay que ir yendo.

Contaminados // CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora