Segunda Parte _ Contaminado Cap. 12

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Capítulo 12 _ Un As

Elías y Nero llegaron a las cuatro de la tarde a su primera clase de control, gracias a que el primero era el tipo de persona obsesionada con el orden y la puntualidad. Descubrieron que además de Ticiano tenían otros dos profesores, y que eran cincuenta y tres estudiantes en total. Nero, inmediatamente, se fijó en la Teniente, quien se ubicó con sus tres alumnos en otra punta del Campo.

Los tres profesores dividieron a la clase: un grupo con poderes psíquicos, un grupo con poderes físicos, y un grupo con poderes elementales, dentro del cual entraron Nero, Elías y Amalia (quien no dudó en guiñarle el ojo a Nero apenas se vieron). Tuvo la suerte de saber cómo fingir estar distraído, y la suerte de tener un poder que obligó a sus profesores a recluirlo (junto a otros cinco chicos en la misma situación que él) en la zona de concreto.

Comenzaron la clase meditando, y luego probando sus poderes disparando al blanco. Nero lo hizo todo de maravilla; sus músculos se tensaban con cada movimiento y ataque, pero no sentía ninguna clase de dolor o de molestia. Controlaba el fuego a su voluntad, y era emocionante.

En un momento de desliz, se volvió hacia la Teniente. Se había vestido con un conjunto deportivo y cómodo de color gris, y tenía el pelo atado con una trenza. Guiaba a sus estudiantes con mucha paciencia; les sonreía, bromeaba y jugaba con ellos. Nero dedujo que el menor tendría trece años, y el mayor, quince. Seguían siendo niños, aún transformados en Contaminados. El pecho se le infló de orgullo, y sonrió verdaderamente contento, viéndola dar su clase, viéndola feliz. Así que, debajo de ese caparazón hay una mariposa, no un caracol, dijo, riéndose en silencio.

Una mano amiga se apoyó en su hombro, y los ojos castaños de Ticiano lo miraron con cierta lástima.

-No estás a su altura – le advirtió, seriamente, pero sin borrar su sonrisa de compañerismo.

-No me jodas – le contestó Nero, divertido.

-¿Sabés quién es ella? – señaló a la Teniente.

-No, pero está muy buena, y como me salvó la vida en el rescate, tengo pensado invitarla a tomar algo.

-Se llama Nahia Luna, y es la hija adoptiva de Caius D'Ambrosio.

-... Mierda – abrió los ojos, perplejo al darse cuenta de la magnitud del impacto que el nombre sólo provocaba –. Entonces, Nahia debe ser un estilo de princesa, ¿no?

-Princesa guerrera, ¡je, je! Nahia es una de las Contaminadas más poderosas. ¿Viste lo que hizo en la Triple C, no?

-¿La tormenta? ¡Sí! Wow... Es impresionante. ¡Je, je, je! Me gustan las chicas como ella, guapas y peligrosas.

-¡Ja! Sí, pero ya te digo, conviene no tener una relación muy íntima con ella a menos que te las quieras agarrar con el padre o con el ex.

-¿Tiene un ex? – enarcó las cejas.

-Marcos Herrera.

La mandíbula de Nero se cayó de tan pesado que era su estupor. No se sorprendía de que Marcos Herrera estuviera tan pendiente de ella, pero que hubieran sido pareja... Esa verdad lo dejó sin habla... y lo enfureció.

-¿Estuvo con ese chabón? ¡Pero es un hijo de puta!

-Y menos mal que ella se dio cuenta y lo dejó. Marcos ya tenía ego desde antes de que lo reclutaran, pero cuando estaba con Nahia, se acercó tanto a Caius y ganó tanto respeto y miedo entre los Contaminados, que se convirtió en un dictador – contó Ticiano –. Todavía lo sigue siendo, pero perdió a la chica.

-Sí, pero está encima de ella como un parásito.

-Todos los días.

-Qué hijo de puta.

Contaminados // CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora