"Entiendo tu punto, pero no puedo evitar sentirme así. Saber que Lauren ha sido posiblemente hostigada toda su vida por algo tan... superficial..." Ni siquiera había tocado mi almuerzo, sólo revolvía el brócoli con mi tenedor hasta dejarlo todo desparramado por el plato. 

"Mila, come." Ally tomó mi tenedor, pinchó dos pedazos de brócoli y lo llevó a mi boca. "Vamos." Lo movió como a un avión. 

"No me gusta el brócoli." Cambió su cara a una de 'Vas a comer aunque tenga que meter la comida por tu nariz'. Hizo que el vegetal tocara mis labios y rodé los ojos abriendo la boca. Mi expresión de asco debería ser para los periódicos. 

"Mastica." Rió. Hice lo pedido y tragué intentando no respirar para que no se sintiese tanto el sabor. "¿Ves? No fue tan difícil." Dinah y Normani se reían de mí al otro lado de la mesa. 

"No fue divertido." 

"Sí que lo fue." llevó otro brócoli a mi boca y corrí la cara. 

Encendí la televisión en la sala de estar y me lancé a los sofás. Mis padres no estaban, Sofi estaba en Ballet y yo hacía días no veía a mi padre más que para cenar o desayunar. Entiendo que él es un hombre ocupado, pero aún así lo extraño y extraño ir al parque a jugar con él, verlo en casa, todo. Gracias a su arduo trabajo hoy estamos en donde estamos, pues prácticamente tuvo que construir esta casa ladrillo por ladrillo, empezando como un arquitecto más en una firma de otro hombre, que por cierto lo trataba muy mal. De a poco todo fue mejorando para nosotros y ahora tenemos una preciosa casa, él tiene su propia firma, y mamá pudo dejar su empleo como camarera. Sofi pudo disfrutar de pequeña cosas que yo no pude hasta los séis años, y me hace muy feliz verla sonreír.

Todo esto sólo me lleva a pensar en las cosas que debe de haber soportado Lauren. La humillación, las burlas, los insultos, los empujones, el haber sido abandonada por su padre, las complicaciones económicas, Lauren era una niña valiente y aún es una chica con mucho coraje y valor. Una chica que llegó y me hizo ver las cosas de diferente manera, buena, por supuesto. Una chica que cambió mi vida con tan solo una mirada. Nada, absolutamente nada, quita lo segura que logra hacerme sentir cuando está cerca. Cómo su sonrisa me derrite y me hace tartamudear, sus bromas para levantarme el ánimo cuando estoy enferma o triste, cómo siempre ríe de mis chistes, incluso si son terribles. Lauren es bondadosa, alegre, buena con todos, amable, altruista, y podría seguir así todo el día. 

Porque ella es un ángel. 

Necesitaba saber algo de ella. Al menos una señal. 

Retiré mi teléfono del bolsillo de mi mochila y revisé mis mensajes. Nada de Lauren. 

[2:14 p.m.]

Camila: Lo

Camila: Hablo en serio, las chicas te extrañan, el equipo entero ha venido a preguntar por ti! 

Dejé caer el dispositivo encima de mi pecho.

[2:16 p.m.]

Camila: Yo te extraño... 

La puerta principal se abrió y mi madre ingresó a la sala con bolsas del supermercado en las manos. 

"¡Oh, ya estás aquí, mija!" Demostré una media sonrisa y asentí. 

La asistí con las bolsas y reposé las mismas sobre la isla de la cocina. 

"Sí, llegué hace unos minutos." Alzó la vista y me observó por un segundo, su ademán no hacía nada por aclarar lo que pasaba por su mente en esos momentos. Pareció dejarlo ir, porque pronto me sonrió, se dio la vuelta y comenzó a guardar los productos en el refrigerador. 

Sweet Hell (Camren G!P)Where stories live. Discover now