Capítulo 31. [Editado]

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—Eres hermosa...

Susurra acariciando mis cabellos. Una multitud de personitas saltan en mi interior, como si se alegraran al oír todas estas maravillosas palabras. Incontables suspiros en mi cuello me hacen girar sobre mi cuerpo, entre cosquillas que parecieran ser eternas.

Instantáneamente abro los ojos, rozando sus manos con las mías. Y es ahí cuando cruzo mirada con él, la primera del día; sólo eso bastó para hacerme sonreír.

Dejé una de sus manos para ahora dirigirlas a su rostro casi junto al mío.

Acaricio sus mejillas rozando mis dedos con delicadeza, sintiendo la suavidad de su piel y la gloria de su mirada puesta en mí; me estremezco al sentir su profundo color de ojos traspasando mi cuerpo y llegando a lo más profundo de mi ser.

Michael me sonríe de una forma tan brillante y sincera, que con solo eso explica tantas cosas con muchas razones. Se acerca lentamente dejando un suave beso en mi mejilla, sonríe de nuevo e inclina su rostro recostándose sobre mi pecho, en el lado izquierdo, justo en el motor de este genuino querer.

—Está feliz…—dice refiriéndose a mi corazón.

Cierro los ojos y comienzo a envolverme entre sus palabras, sintiendo su aliento chocar contra mi piel y mi corazón que parece estar descontrolado. Tal vez quiera salir de mi pecho y conocerlo, saber quién es él, saber quién es su dueño.

—Es por ti.—susurré acariciando sus manos, respirando su aroma que me enamora en más de mil maneras.

Michael eleva la cabeza dejándola chocar con mi frente, ahora estamos viéndonos fijamente sin restricción. Observo sus pestañas, veo cada degradé del marrón con aquel brillo que se hace aún más grande y luminoso.

Siento como sopla el viento en las ventanas, como mese a las cortinas en un suave movimiento. El sol entra como una caricia sobre nuestros cuerpos, iluminando dos rostros que se ven directamente.

—¡Buenos días!—dice alegre, siento como sus manos se enroscan a mi cintura para luego incorporarme en la cama sin despegar su vista en mí.—¿Cómo amaneciste?

—Perfectamente.—musité enterrando mi rostro entre su cuello—Amanecí de la mejor manera,—susurré en su oído—... Junto a la persona que amo.

Puedo sentir que sonrió ante la última frase, pero… ¿Qué más puedo decir si es la verdad? Es extraña la forma en la que llega el amor. Como sientes que los sentimientos queman tus sentidos mientras tu espíritu es mezclado junto al suyo, como el presente carece de importancia ahora, como la oscuridad parece desaparecer con lágrimas de felicidad.

La realidad está al pendiente de una tela de juicio creada por la mente. Y la mente es esclava de nuestros deseos.

—No quiero darte razones para que cambies de parecer.—susurraba acariciando mis cabellos—¡Tú me haces sentir vivo de nuevo!

Sus manos me sujetan muy fuerte, hundiéndose junto a mí en un abrazo infinito sin límite de tiempo y razón de la realidad. No quiero soltarlo y por lo visto, Michael tampoco desea hacerlo. De un momento a otro me toma de los hombros para verlo directamente a los ojos. Dicen que las pupilas se dilatan cuando vez a la persona que amas, y en él no hubo diferencia cuando me observó sin parpadear.

—Cariño, déjame abrazarte.—le pido llevando nuevamente mi rostro hacia su cuello, abrazándolo más fuerte que la primera vez.

Mis ojos se cierran sin remedio a medida que mis fosas nasales se deleitan de su aroma tan exquisito y embriagador. Poco a poco siento como mis ojos se inundan de lágrimas.

Behind The Mask© (Michael Jackson) [Editando]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang