Sácame del juego

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Todo iba bien en la fiesta, todos los chicos bailaban y bebían como locos, todos menos Dylan claro, ya que él no quiso venir. Yo sabía que si bebía un vaso más de alcohol no iba a poder manejar y no iba a dejar que pasara.

Me encontraba en la pista de baile brincando como loca al sonido de la música, era de lo mejor estaba disfrutando mucho de la fiesta, pero para ser sincera ya estaba agotada. Había recibido miles de pisotones y empujones por parte de las personas que se encontraban bailando y para ser honesta ya estaba harta de eso, fue por eso que decidí salir para tomar aire fresco.

-¡HEEY!- le grité entre risas a Mateo

-¿¡QUE QUIERES VACA!?- preguntó saltando

-¡VOY A SALIR A VER EL UNICORNIO!- grité y este solo asintió y siguió con los chicos

Caminé fuera de la pista sintiendo como me tambaleaba un poco, pero no me importaba, al momento que estuve afuera vi a muchas personas fumando y percibí el olor a marihuana a lo que empecé a reír como loca, yo trabajaba con ella casi a diario y nunca la he probado. No tiene sentido. Miré mi auto estacionado en frente de la entrada y solo empecé a hacer muecas, no se veía tan moderno como creía que se veía. Puedo cambiar a otro más reciente y mucho mejor obviamente, eso no sería problema. Volvería a hacerle favores a Megan y ya, ahí podría sacar el din...

-¡AAAAAAH!- grité cayendo de rodillas al suelo al sentir algo rasgar mi espalda, miré detrás de mi y vi a un tipo corriendo entre la oscuridad

Mi espalda palpitaba mientras sentía como mi vestido se mojaba por la sangre, lágrimas de dolor invadieron mis ojos, todos me miraban y se iban del lugar o entraban al antro. Yo solo gritaba de dolor. Como pude me levanté del suelo y saqué las llaves de mi cartera mientras caminaba encorvada hacia mi auto, no sabía quien había sido ni por qué. Lo único que sabía era que mi espalda sangraba por la cortada que me hicieron y esto no se quedaría así.

Entré a mi auto y tomé el teléfono para llamarle a Dylan, pero no contestaba. Con cada segundo que pasaba sentía más y más sangre correr por mi piel y sabía que en unos minutos iba a perder demasiada sangre, más de lo que me gustaría con esta tonta herida.

-Por favor Dylan, contesta- susurré entrecortada llamando por quinta vez antes de arrancar el auto

+++

Iba caminando por el pasillo hacia el cuarto de Dylan, necesitaba su ayuda, ya que no podía hacer esto sola. Sentía la sangre resbalar por mis piernas, estas se encontraban con sangre y parte de mis brazos también; mi mirada era borrosa y me tambaleaba por los pasillos. Llegué a la puerta de Dylan y al apoyarme en ella vi como mi mano con sangre marcó la puerta

-Dylan, te necesito- dije debilmente al abrir la puerta sin fuerzas, pero lo único que vi fue a una chica gemir y gritar mientras Dylan la penetraba con fuerza hasta que escuchó mi voz

-Emma- dijo sorprendido con la respiración acelerada y entrecortada.

-Lo siento- dije cerrando la puerta rápidamente

Entré a mi cuarto casi sin fuerzas, pero lo único que pude hacer al cerrar la puerta al entrar fue caer al suelo. Estaba apoyada con mis manos y rodillas, pero casi no tenía fuerzas, lo único que sentía era mi espalda palpitar y arder aun más. Las lágrimas y sollozos salían con facilidad, no sabía cuanto tiempo más podía resistir en esta condición. Necesitaba a alguien que curara mis heridas, y cuando pensé en llamarle a Kyle, la puerta de mi cuarto se abrió.

-Emm...¿Qué mierda?- espetó la voz de Dylan detrás de mi y acto seguido sentí su mano en mi espalda

-¡AAAAH!- grité de dolor 

Vida de MafiososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora