No puedo

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Estaba en mi cuarto viendo la serie hecha bolita en mi cama con un millón de colchas sobre mi cuerpo, pero escuché la puerta ser tocada haciéndome salir de mi burbuja. Le puse pausa y me giré hacia la puerta.

-Pase- dije lo suficientemente alto para que me escucharan y la puerta se abrió dejándome ver a  Zack y Tyler

-Emma, vamos a salir a unas carreras ¿vienes?- preguntaron y yo abrí mis ojos sorprendida al escuchar su invitación

-No me tardo- dije parándome de un salto mientras caminaba hacia mi closet y ellos cerraban la puerta.

Fui a mi closet y busqué entre mi ropa que ponerme. A fin de cuentas escogí un vestido negro de lentejuelas, era uno de mis favoritos. La espalda tenía un escote que llegaba hasta la mitad de esta y era tirantes; me llegaba unos cuantos dedos debajo de mi trasero dejando ver mis piernas largas. Me lo puse junto a unos tacones negros muy altos y planché mi cabello dejándolo suelto. Me maquillé con sombra, delineador, rímel y labial. Cuando me miré en el espejo no me veía nada mal. Lo bueno de todo esto es que mis heridas ya habían sanado y no tenía casi ni una sola marca.

Entré a la cocina y me di cuneta que nadie estaba listo todavía, y dicen que las mujeres nos tardamos años. Fui por un vaso de agua y me paré frente a la barra mientras bebía. No quería llevar una cartera, ya que me daba demasiada flojera tener que cargarlo, así que le daría mis cosas uno de los chicos.

Sentí como unas manos se posaron en mi cintura antes de rodear mi torso por completo.

-Te ves hermosa- susurró la voz de Dylan en mi oído mientras ponía su rostro en mi cuello causando que enseguida me ponga nerviosa

-Suéltame- dije dejando en vaso sobre la barra

-Extrañaba tenerte cerca de mi- dijo pegándome a su cuerpo por completo y yo puse mis manos sobre las suyas

-Hablo enserio, suéltame Dylan- dije más firme y fue cuando sentí sus labios sobre mi piel haciendo que me quede inmóvil sin saber como reaccionar

-Extrañaba poder tocar tu piel por cualquier cosa- susurró rozando sus labios por mi cuello y provocando que cerrara mis ojos como reflejo

Sus labios volvieron a tocar mi piel mientras depositaba suaves besos en mi cuello y sus manos se paseaban por mi abdomen. Mis sentidos empezaban a distraerse por lo que hacía, mi corazón empezaba a acelerarse al igual que mi respiración. Quería parar, pero me era imposible ponerle un alto a esto.

En un rápido movimiento Dylan me giró hacía él y antes de que me diera cuenta me cargó poniéndome sobre la barra. Abrí mis piernas y tiré de él poniéndolo entre ellas, nuevamente atacó mi cuello y yo rodeé su torso con mis piernas. Mis manos que se encontraban en sus hombros empezaron a descender hasta llegar a sus botones. Empecé a desabrocharle su camisa al mismo tiempo que un gemido quedó en mi garganta.

-Emma- gruñó en mi cuello apretando mi cintura con sus manos

Desabroché su camisa por completo y pasé mis manos por su torso, sintiendo sus cuadritos perfectamente definidos y eso me mató. Quería más, necesitaba más. Bajé mis manos al extremo de su pantalón y me dirigí a su cinturón, cuando estaba por empezar a desabrocharlo sus manos tomaron las mías y se separó.

-Tenemos que parar- dijo con su voz algo ronca mientras buscaba mis ojos -No quiero que me olvides- susurró y yo rodeé su cuello con mis manos

-No lo haré- susurré acercándome a su oreja -Una parte de mi no quiere- admití en su oído antes de empezar a besar su cuello

-Pero no puedo hacerte esto- dijo y fue cuando tomé sus manos y las puse en el interior de mis piernas en el dobladillo de mi vestido

-Es muy diferente querer y poder- le susurré al oído y fue cuando empezó a mover sus manos ligeramente, solté sus manos y situé mis manos en su pecho.

Vida de MafiososDär berättelser lever. Upptäck nu