Capítulo 15.

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Nozomi la observaba con una amplia sonrisa en su rostro, una que le recordaba a horrores a la del gato Cheshire. Y Kotori... aunque sonreía de una forma más normal, cierto brillo en sus ojos delataba su emoción. De repente Nico se arrepintió de haber aceptado la invitación a comer ese día con sus amigas. Le hubiese gustado más estar con Maki en ese momento, y no en esa engorrosa situación.

–Supongo que era el desenlace adecuado luego de entregarle tu virginidad. –soltó Nozomi logrando que Kotori se riera ante tal comentario.

–Ya te expliqué lo que sucedió esa vez. –dijo tajante Nico.

–Pero no me consta que sea cierto.

–Felicidades Nico-chan. –interrumpió Kotori cuando vio que empezaron a salir chispas entre ellas.

–Gracias. –respondió la artista mientras comía un poco de helado para "disimular" lo mejor posible su notorio sonrojo– ¿Cómo va todo con Umi?

El semblante de la diseñadora se ensombreció y desvió la mirada– No comprendo tu pregunta.

"Sí que lo haces" pensó Nico, sintiendo un poco de lástima por su amiga, al parecer la escritora se encontraba más concentrada en su trabajo que en Kotori.

–¡Creo que es hora de que saltes sobre ella y te hagas notar! –exclamó Nozomi con decisión. – Creí que tú serías la primera de las tres con pareja, pero te has quedado atrás.

–Espera, Eli-chan y tú aún no han formalizado nada, ¿o eso ya cambió? –preguntó la castaña en un intento desesperado por desviar el tema.

–Por cierto, no he visto a Eli en los últimos dos días. –mencionó Nico recordando haber visto las luces apagadas durante la noche en el departamento de la rubia.

–Está en Rusia. –respondió Nozomi– Hablé con ella hoy por la mañana, dijo que regresará en una semana.

–Espera... ¡¿Se fue y no me avisó?! –la artista se sentía indignada, aquella mujer con frecuencia le decía lo importante que era para ella, al ser su primera amiga en Tokio y ahora se marchaba sin más.

–Oh, es que todo fue tan repentino. –la astrónoma se recargó en el respaldo de la silla mientras tomaba su taza de té– Sometieron a la mamá de mi Elichi a un tratamiento experimental y su organismo lo aceptó tan bien, que están por darla de alta.

–Esas son excelentes noticias. –comentó Kotori con una sincera sonrisa.

–Sí, lo son. –Nozomi recordó que al principio la llamada de Eli la había asustado, pues la rubia soltó de buenas a primeras que debía volver a Rusia. La astrónoma casi lloraba, pero se tranquilizó un poco cuando la coreógrafa le explicó el motivo de tan repentino viaje. Le pidió que fuese con ella, sin embargo por cuestiones de trabajo tuvo que rechazar dicha oferta, afortunadamente Eli comprendió la situación, no insistió más y prometió volver pronto. –Descuida Nicochi, le haré saber de tu inconformidad en la primera oportunidad que tenga.

Nico refunfuñó algo indescifrable mientras continuaba comiendo su helado.

– Pero ya, hablando en serio Kotori, deberías hacer algo con respecto a Umi, a este paso te quedaras esperándola por siempre. –esta vez las palabras y la expresión en el rostro de Nozomi denotaban seriedad.

–Es probable que tengas razón... pero al menos en este momento está ocupada con su novela y no quiero distraerla.

–Siempre está enfrascada con algún proyecto... –dijo Nico.

Kotori observó la taza de cerámica blanca casi vacía frente a ella, sabía que sus amigas tenían razón y que debía hacer algo con respecto a sus sentimientos por Umi. Les haría caso, pero de verdad no quería distraer a la escritora en ese momento.

Arte y músicaWhere stories live. Discover now