Capítulo 10

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–¿Y dónde se supone que dormiré? –preguntó una muy irritada Nico a su "querida" amiga Nozomi. La astrónoma, literalmente había arrumbado en el dormitorio de la bajita todas las cosas que esta tenía en la sala, para dejar libre el espacio donde más tarde se acomodarían las invitadas.

–Nicochi esto será una fiesta, no necesitarás dormir. –le respondió viéndola con seriedad.

–Nozomi... –la artista pronunció el nombre de su amiga en un tono de advertencia.

–Elichi resolverá el asunto de dónde nos sentaremos. –ignoró por completo a la artista mientras recordaba cómo la adorable rusa con la que salía –aún de manera no oficial– amablemente había ofrecido su mobiliario para la reunión.
–No importa mi opinión, ¿verdad? –la pelinegra se enojaba cada vez más.

La astrónoma se limitó a ignorarla nuevamente mientras conectaba las bocinas al equipo de sonido que llevó y al terminar hizo un repaso mental de las cosas que se debían comprar. El timbre del departamento sonó y Nico caminó hacia la puerta refunfuñando. Al abrir se topó con Eli, quien inmediatamente empujó un sofá al interior del lugar sin preguntarle a la artista si podía o no, solo la saludó brevemente y continuó en lo suyo, lo cual molesto todavía más a la bajita que estaba llegando a su límite. Observó como la coreógrafa se acercó a la astrónoma para darle un rápido y casto beso en los labios, ambas sonrieron y se pusieron a conversar sobre pendientes de la fiesta. La pelinegra después de presenciar esa escena pensó si realmente aún no había nada entre ellas –nada serio al menos–.

–¿Vamos juntas? –preguntó Nozomi a Eli.

–Todavía debo traer los dos muebles restantes.

–Te ayudaré, así podremos terminar rápido y luego iremos juntas a comprar lo necesario para que Nicochi cocine.

La artista cerró los ojos al escuchar lo último, aspiró y contuvo el aire mientras contaba hasta diez. Al exhalar pensó en el descaro de sus amigas. No solo la habían obligado a dar su casa para el festejo, además la harían cocinar para todas. Resignada –pues tratándose de Nozomi no tenía opción– se dejó caer en el sofá que la rubia acababa de llevar, mientras veía al par cruzar la entrada de su hogar. Agradecía mucho el haber decidido irse a dormir temprano el día anterior, ya que Nozomi irrumpió en su casa a primeras horas de la mañana, usando la llave para casos de emergencia que tiempo atrás decidió darle, aunque era la primera vez que la utilizaba –vaya emergencia–. Al parecer, aquel sería un día muy largo y agotador...

Eli vio a Nozomi dejar algunas cosas en el carrito, esta le dedicó una dulce sonrisa y nuevamente se alejó para buscar algo más. La rubia estaba contenta aún si era por algo tan simple como ir de compras, pero lo hacían juntas como una pareja y ello le provocaba una agradable sensación. Avanzó con el carrito metálico por los pasillos, buscando a la astrónoma, hasta que dio con ella en la sección de frutas y verduras.

–¿Qué piensas que debe cocinar Nicochi?

–Creo que para decidirlo deberíamos saber que le gusta a todas las invitadas.

–Entonces vayamos a lo seguro.

–¿Pizza casera? –preguntó la rubia.

–Me agrada como piensas Elichi. –la astrónoma le acarició suavemente la mejilla, después sacó su celular y le preguntó a Nico qué necesitaba para cocinar pizza.

La rusa observó a Nozomi sonreír traviesamente mientras redactaba el mensaje, se imaginó que estaba torturando "un poco" a la pobre de Nico. Eli decidió sacar su celular también, lo revisó, vio algunas llamadas perdidas de su padre y un mensaje de su hermana, aquello le preocupó y determinó verificar primero lo que Alisa le envió. El mensaje era breve, decía que su padre llamó para decir que no podían comunicarse con ella, que el plan de volver a Rusia seguía en pie y que hasta el momento no había cambios con el estado de salud de su madre. Cuando las hermanas Ayase llegaron a Japón, la situación familiar se encontraba bien, pero luego de un par de semanas recibieron la noticia de que su madre fue hospitalizada y el diagnóstico al respecto no era muy alentador. Poco antes de conocer a Nozomi, la rubia tuvo una charla con su padre el cual le dijo que probablemente tendrían que regresar, Eli sabía que de hacerlo podría no haber un retorno a Japón –quizás antes no le afectaba tanto, pero ahora era diferente–. Motivo principal por el cual no había formalizado nada con Nozomi a pesar de quererla, la astrónoma lo comprendía y la apoyaba en su decisión.

Arte y músicaWhere stories live. Discover now