Capítulo 12

1.7K 126 2
                                    


Umi examinó cuidadosamente lienzo a lienzo el trabajo de Nico. Había llegado al departamento de la artista luego de que ésta le hiciera una llamada telefónica para informarle que ya tenía el 50% del trabajo listo. Algunos ya los conocía por fotografías que Nico le envió por Line. Desde luego que poder apreciarlos físicamente resultaba una experiencia muy distinta, pues transmitían mucho más, y por un momento pensó que era una verdadera lástima que no pudiesen anexarse los originales al libro. Una vez la escritora terminó su inspección y aprobó todo el material, Nico se puso seria.

–Hay algo que quiero consultar contigo.

–¿De qué se trata? –preguntó Umi mientras tomaba asiento en uno de los bancos de la cocina.

–Bueno, esto aún no se lo digo a nadie más, así que agradecería que cuando se lo comenté a Kotori finjas sorpresa.

–No soy muy buena con eso. –confesó la escritora un tanto extrañada por la petición– Pero haré mi mejor esfuerzo.

Nico se acercó a ella y le extendió un sobre membretado que tenía varias estampillas y sellos postales, la dirección de remitente correspondía a Estados Unidos, Umi procedió a sacar la tarjeta para leerla, estaba en el idioma del país proveniente. Era una invitación para Nico, en la cual decía que estarían muy complacidos de que formase parte de una exhibición en una galería de Nueva York, también dejaban un correo electrónico y número de teléfono para que se comunicara.

–Estas son excelentes noticias –dijo la escritora guardando la invitación en el sobre y brindándole una amable sonrisa– ¿Seria tu primer exposición fuera del país? –Nico asintió con la cabeza en respuesta– ¿Les mandaste alguna muestra de tu trabajo?

–Para nada, al parecer el dueño de la galería ha estado viajando mucho en busca de nuevos talentos o artistas poco conocidos, coincidió que el día de mi exposición él estuvo en la ciudad y se enamoró de Arte y música. –señaló el cuadro colgado en su sala– De hecho fue uno de los tantos compradores que tuve que rechazar. El caso es, que decidió que tengo el nivel para que mi arte sea conocido internacionalmente y cuando me comuniqué con él me preguntó si contaba con nuevas piezas que pudiera presentar dentro de un mes.

–Vaya, todo eso es grandioso. Pero la verdad, sigo sin comprender por qué lo consultas conmigo en lugar de alguna de tus amigas.

–Porque en este momento todo lo que tengo es mi arte basándome en tus poemas.

–Oh...

–Entonces quisiera tu permiso para llevarlos a Nueva York. –Nico no tenía tiempo para trabajar en sus propias creaciones ya que estaba ocupada con el trabajo que Umi le encargó y aún no terminaba. Además era probable que su creatividad muriera el resto del año luego de terminar con ese encargo.

–Bueno, por mi parte te diría que sí de inmediato Yazawa-san. Sin embargo debo consultarlo con la editorial, ya que es material inédito para el libro y este no será publicado hasta dentro de 4 o 5 meses. –comentó la escritora pensando en las probabilidades– Voy a checarlo y te confirmo después, ¿está bien?

Nico sonrió– Gracias Sonoda-san.

–Llámame Umi.

–Entonces puedes decirme Nico.

No es que la bajita quisiera impresionar a los padres de su vecina –¿o sí? –, pero se dio a la tarea de buscar exhaustivamente entre la ropa formal que solía llevar a las exposiciones la que estuviese más presentable para la ocasión. Además de quitar cada rastro de pintura de sus uñas –lo cual fue una encarnizada batalla– y usar uno de sus esmaltes favoritos para que se vieran bien. Con su cabello no tuvo tanto problema, afortunadamente nunca dejó de cuidar de él. Ahora se encontraba sentada entre Maki y la Sra. Nishikino. Sentía como si estuviese atrapada entre pasado y futuro, ya que su vecina no se parecía solo un poco a su progenitora como pensó anteriormente, era casi un clon. La única diferencia entre ellas, es que la madre tenía su cabello de un tono más opaco. El primer platillo fue llevado a la mesa, y la artista luchaba porque los nervios no la vencieran y su mano comenzara a temblar.

Arte y músicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora