Capítulo treinta y dos. Explosión.

1.5K 77 14
                                    




—Buscarme un novio no creo que sea la idea más apropiada. —le contesté a Vanesa mientras que me hacía una coleta alta.

—Y yo no creo que cometer un asesinato sea la opción más inteligente. —solté una pedorreta.

—Nadie se enteraría. —contesté mientras que me hacía la raya negra del ojo.

—Quedar con Marcos tampoco es la forma correcta de reaccionar ante el nuevo noviazgo de Javier. —suspiró levantándose de mi cama y acercándose a mí. —Vas a ilusionar al chaval. Es mejor buscar a otro chico para comenzar una relación. —rodé mis ojos.

—No me voy a casar con él. —me giré para mirarla. —Y es un simple paseo en moto.

—Irás a la casa de los padres de Javier ¿no? Se lo prometiste a su hermano. —recordó husmeando en mi bolsa de maquillaje.

—Primero salgo con Marcos y después hago de niñera. —asentí arrebatándole la bolsa y provocándole una mueca en su cara.

—Y luego me lo contarás. —añadió convencida.

—Quedaremos mañana con Dave, así os lo cuento a los dos juntos. —dije mientras que comenzaba a meter mis cosas en mi bolso marrón largo.

—He quedado con Leonardo, dile a David que se venga esta noche a dormir y nos lo cuentas. No pienso quedarme sin primicia. —suspiré y la miré con el ceño fruncido.

—Ni se te ocurra publicar mi vida en esa estúpida página web. —advertí señalándola. —Siempre puedo denunciarte. —Vanesa hizo un fingido gesto de ofensa.

—¿Cómo puedes pensar que voy a ir publicando tus intimidades? ¿Qué clase de amiga crees que soy?

—Ninguna buena. —sonreí ampliamente y cogí mi bolso, colocándomelo sobre mi hombro. —Me voy con el chico malo que quiere conquistarme.

—¿No prefieres quedarte aquí llorando y comiendo helado? —propuso corriendo tras de mí para evitar que saliese a mi quedada con Marcos.

—¿Prefieres ver a tu amiga sufriendo a verla divirtiéndose? —alcé mis cejas burlesca. —¿Ves? Das asco como amiga.

—No quiero que empieces un noviazgo con él por simple despecho y venganza. —mordió su mejilla interna y me miró compasiva. —Por favor, ponte en mi situación y sé racional.

—Estoy cansada de pensarme las cosas miles de veces, de hacer siempre lo correcto y no ser impulsiva. —miré la puerta de mi apartamento deseosa. —No he dicho en ningún momento que vayamos a ser novios, pero por salir un rato con él no va a pasar nada. Es lo que necesito ahora, un tío que me haga desconectar de mis problemas.

—Pero es que ese puesto le pertenece al ladrón de cremas faciales. —bufó mi amiga.

—Bueno, él está con Sonia. —cogí las lleves del pequeño cesto que había en la mesa cercana a la puerta. —Deberías ir a darle el tostón a él también, que es el que decidió alejarme de su vida. —le guiñé un ojo y salí rápidamente por la puerta antes de que pudiese añadir nada más.

Después de presenciar como Sonia abrazaba a Javier mientras que yo salía de aquel parque con los ojos aguados, había decidido alejarme. Yo quería que Javier tuviese pareja, insistí mucho en ello, ahora no soy nadie para recriminarle que tenga una porque yo misma le organizaba las citas. Sí es cierto que él no había actuando correctamente en prometerme cosas que luego no iba a cumplir y aparecer con una novia misteriosa días después; pero era lo que quería. Él simplemente ha hecho lo que yo llevaba tiempo diciéndole que hiciese y que había pasado meses empecinada con esa idea. Ahora tiene novia, independientemente de la razón que sea, y con eso ambos estaremos bien.

Que el destino decida. (Terminada).Where stories live. Discover now