—Yoongi... — Jungkook se sentó y cubrió un poco su cuerpo desnudo con las sábanas y su ropa que había acercado después de que se le fue arrojada, no dejó de mirar al mayor ni por un segundo, aún quería abrazarlo y además tenía arraigada una desconocida necesidad de decirle algo, algo que le llenaba el pecho de anticipación y emoción, pero no podía saber qué era —hyung, yo...

—Ponte tu ropa y baja rápido, te llevaré a tu departamento — Yoongi no le cedió nada más que eso, porque salió de la habitación como si estuviese huyendo de algo sumamente peligroso, que estuviese persiguiéndolo sin parar, pisándole los talones y amenazando con derribarlo.

Jungkook permaneció en silencio por lo que sintió una eternidad. El frío que entró por la ventana, de la mano de la oscuridad que la tarde había acrecentado, lo hicieron sentirse congelado en medio de mucha incertidumbre, adolorido en medio de todo, indefenso frente a su fuerza. Intentó dejar de pensar por un momento, era como si estuviese poniendo en pausa su vida un segundo. Comenzó a vestirse bajo su pesar, escondiendo su piel que de ahora en adelante tendría impregnada a Yoongi, aún ante eso sintió mucho frío. Cuando terminó se sentó en la orilla de la cama, siendo el espectáculo su suspiro de pesar y su rostro agachado, como alguien rendido ante la desilusión.

"¿Así es como Jimin se sentía?" quería destruir esa horrenda presión en su pecho, y no tenía idea de cómo hacerlo sin Yoongi. Pensó en Jimin irremediablemente, en que él quizá pasó lo mismo ante su incomprensión a sus sentimientos, y se arrepintió, como nunca en su vida la mortificación se lo había permitido.

Si bien él jamás le negó algo a Jimin, tampoco le ofreció nunca algo más. No podía ser novio de Jimin, porque no se sentía capás de serlo; es muy fácil encontrarte íntimamente con alguien, pero el verdadero problema llega cuando los sentimientos aparecen. Y él siempre los ignoró, sabía que Jimin lo hacía con sentimientos profundos involucrados, y que él sólo se tomaba la molestia de hacerlos a un lado un momento, fingir que no existían. Y ahora estaba él, trayendo de vuelta sus propios sentimientos, esos que Yoongi había hecho a un lado por un momento como él lo hizo alguna vez.

Se levantó de la cama, su altura y su porte no daban la impresión de representar un malestar, alguna incomodidad, mucho menos un corazón roto. Decidió entonces, tragarse ese dolor, esconderlo y como siempre demostrarse fuerte, así estaban acostumbrados todos, así estaba acostumbrado él. Así que salió de la habitación después de apagar la luz y con ello todo lo que alguna vez le pareció fácil, las cosas ya no le serían fáciles, de repente había crecido de verdad, y se enfrentaba a algo diferente, a algo que un niño no podía manejar.

Al bajar las escaleras no encontró rastro de alguien allí, las luces de la sala estaban apagadas y la cocina estaba alumbrada por una pequeña lámpara de mesa, y efectivamente estaban solos. Sus pasos largos y lentos encontraron su camino hasta la puerta, y salió de la casa para divisar a Yoongi, esperándolo dentro de su carro. El frío de la noche lo recibió como si de una caricia reconfortante se hubiese tratado, como si conociera su dolor y fuese el único dispuesto a consolarlo.

Siguió el camino, y subió al carro junto a Yoongi. Se encontró con el silencio más punzante jamás afrontado en su vida, y se resignó ante él cuando empezó a manejar, sin darle siquiera una mirada. Sujetó sus manos sobre su regazo y fijó sus ojos en la ventana, observando cómo los primeros atisbos de la luna deambulaban por los alrededores. Quiso hablar, pero de nuevo no sabía qué decir.

A pesar de la tensión que en medio de los dos se generó, el camino fue corto y rápido, para el alivio del mayor, para la agonía del menor. Estacionó y de nuevo silencio. Jungkook sentía que no podía simplemente bajar del carro y ya, ignorar totalmente esa inconformidad que a ambos los atacaba, de distintas maneras. Si lo hacía, entonces las cosas terminarían a un peor, y seguirían ese curso. Y sencillamente no podía soportarlo.

—Hyung... — Jungkook apretó sus manos y bajó la mirada. No le gustaba sentirse tan nervioso, tan mal. Tenía que encontrar la manera de solucionar todo eso, de que Yoongi le diera una respuesta, tan siquiera una mirada, una palabra, que le regresara el alma al cuerpo.

—Está bien ¿sabes? — Yoongi también miraba hacia su ventana, viajaba sus ojos por las casas y buscaba cómo afrontar las cosas, después de todo él era el mayor, también era su error. Jungkook se desconcertó, ¿que estaba bien? nada allí estaba bien.

— ¿Qué?... — decidió guardar con firmeza sus nervios, no quería que quedaran delatados en su tono de voz. Las palabras de Yoongi no le decían que las cosas estaban bien, le decían que lo que hicieron estuvo mal.

—Obtuviste lo que querías, así que supongo que está bien para ti ¿no? — Yoongi afrontó un malestar que lo hizo volver su rostro hacia Jungkook para mirarlo con severidad. Jungkook también lo miró, cohibido al encontrarse con sus ojos en él de esa forma.

"¿Lo que quería? lo que quiero es que seas mi novio, que estés conmigo y no sólo una vez, no sólo así, no está bien para mi..." Jungkook negó con su cabeza suavemente, dispuesto a aclarar el malentendido en las palabras del mayor.

—No, hyung, yo en realidad...

—Jungkook — Yoongi lo interrumpió con firmeza, levantó su mano y negó también, por un segundo dibujó una sonrisa amarga y lastimera —puedes dejar el cuento de que me amas y de que me esperaste todo este tiempo, en serio. Me acosté contigo y era lo que querías ¿no? puedes dejar de fingir.

Yoongi soportó la incomodidad de sus propias palabras, porque después de todo, el que cedió y sucumbió a lo que él catalogaba como caprichos adolescentes, fue él, y no se negó, en ningún momento lo detuvo, así que estaba bien para él; debía pagar las consecuencias de sus actos y afrontar la culpa, además del hecho de que él creía que simplemente había sido un deseo carnal encubierto en una historia linda y triste de amor, que un adolescente había creado para convencerlo y cometer su objetivo.

— ¿Un cuento? no, no es... — todo dentro de Jungkook estuvo a punto de explotar al escuchar aquellas palabras tan despectivas a sus sentimientos, se sentía ofendido, se sentía herido y además imponente. Estuvo a punto de enserio soltar todo, pero fue interrumpido de nuevo, esta vez porque alguien había tocado suavemente el vidrio de la ventana a su lado. Volvió su rostro asustado, afrontando sus emociones y el hecho de que quería explicarle a Yoongi y gritarle a la cara que lo quería para siempre y no una noche —Jimin...

Abrió la puerta, aún sumergido en todo lo anterior, Jimin le sonrió feliz, a decir verdad, su sonrisa brillaba más en la noche, y su expresión no logró contagiarlo. Sin embargo, tuvo que resignarse ante su presencia, verlo de repente le afloró con más intensidad todo lo que estaba sintiendo; se miraba tan feliz de verlo, él no se lo merecía.

— ¿Es Yoongi hyung? — Jimin entonces se inclinó un poco, sin quitar su amable sonrisa y ésta simplemente se multiplicó cuando se dio cuenta de que estaba lo cierto, de que Yoongi estaba ahí.

—Hola, Jimin... — Yoongi entonces sonrió con sinceridad, olvidándose sólo por un segundo de todo lo que pasaba.

— ¡Hyung, qué alegría verlo de nuevo! — la voz de Jimin fue acompañada prontamente de su risa juguetona y más palabras llenas de entusiasmo. Jungkook ahí, sólo lograba sentirse presa del pánico. Cómo último recurso, salió del carro y pasó a lado de Jimin, recibiendo antes un llamado confundido de éste que ignoró, para empezar su camino dirigiéndose al edificio, dejando a Jimin con Yoongi, y buscando refugio de algo que no podía atacarlo y sin embargo lo estaba matando.

Había esperado ocho años, y también lo había hecho otro poco desde que Yoongi regresó; estaba seguro de que podría soportar un poco más, sólo un poco más, para ser tomado en serio.

[no tenía planeado actualizar, pero de la nada salió y bueno ya deseé feliz navidad, pero otra vez porque jejefeliz navidad les deseo muchos tamales <3 ]

crecer  ❨ kookgi ❩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora