Capitulo 10. Nuevas estrategias de combate

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Capítulo 10. Nuevas estrategias de combate

Cara se encontraba escondida debajo de los edredones de su cama, no supo en qué momento había llegado a su casa, ni mucho menos cómo llegó a la cama.
Se sentía fuera de la realidad, su cuerpo vibraba deseando algo, anhelando el pasado. Cara sintió su estomago ligero, ¿cosquillas? No, no, no, no, no, no, no, NOOOOOOOOOOOOOOOO! No estaba enamorada, no se iba a enamorar, eso no, ¿Jace Rumsfeld? Por el amor de Dios ¡no!, prefería ser sumergida en un bote de ácido sulfúrico o ser lanzada al fondo del mar para que la devoraran los tiburones. Sentía un conflicto interno, ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué de entre todos los chicos del mundo precisamente tenía que ser Jace el chico que besó en la fiesta?

-Haber, tranquilízate Cara, no pasa nada, inhala, exhala.  No sientes nada por ese papanatas, nada, jamás has sentido otra cosa que no sea odio y rencor-. Se repetía a ella misma en voz alta -No te asustes, es normal sentirse así después de ser besada de esa forma, ya, tranquila, mañana todo volverá a la normalidad, esto nunca pasó.

A pesar de haberse repetido todo aquello, en el fondo sabía que había sido espectacular. Pero jamás lo aceptaría. Pensó en todas las humillaciones, en el dolor físico, en el dolor mental, en todas las peleas, los enojos.  No, definitivamente no era amor.

Trato de levantarse pero sus piernas tambaleaban, estaba casi temblando, aquello le había dejado sin fuerzas, fue como si por medio de ese beso Jace le hubiese robado toda su fuerza vital, y lo peor de todo es que no podía dejar de pensar en ello. Tal vez no fuese amor pero tampoco era odio, porque no lo odiaba, es decir, no odiaba ese beso.

Pero entonces April entró en su habitación. Cara estaba sentada en el suelo por su fallido intento de ponerse en pie. Su hermana solo la miró con desconcierto, acto seguido caminó y se sentó en su cama, colocándose a escasos centímetros de su hermana.

-¿Qué haces sentada en el suelo?

-Esperaba que alguien entrará y me hiciera esa estúpida pregunta-. Cara no estaba de humor, todavía estaba nerviosa y algo histérica consigo misma, pero eso no le impedía desquitarse con los demás.

-Oye tranquila, quiero hablar contigo.

-¿Sobre qué?

Su hermana la miro con ternura, a Cara le pareció que se veía muy madura y más grande de lo que realmente era.

-Quiero que te tomes en serio lo del compromiso, no pierdes nada intentando salir con ese chico, vi como te veía en la reunión del otro día, podría casi asegurarte de que le gustas.

Por los pelos de Satanás, ¿en que estaba pensando ahora su hermana?, ¿iba a aceptar las órdenes de su padre ciegamente? Y ahora después de lo que acababa de pasar con Jace, April quería que se centrara en su vida amorosa para darle una oportunidad al chico que representaba el seguro para la compañia de su padre. La chica casi explota por la reacción de su hermana tan sumisa y tranquila, dispuesta a aceptar todo lo que le dijeran.” Y si yo le digo que se tire del segundo piso de la casa ¿lo haría? A, no ¿verdad?” pensó Cara para sus adentros.

-Escúchame bien April, si tú quieres casarte con el tal Ben, yo no tengo problema en que arruines tu vida, pero a mí no me metas en tus asuntos.

-Cara, nuestro padre está teniendo problemas en la empresa y necesita esa unión con el señor Reeds, de lo contrario irá directo a la quiebra.

Su hermana pequeña se quedo helada, no era posible, primero el beso del imbécil que la torturaba física y mentalmente, después el dichoso prometido que su padre le había conseguido y ahora resultaba que era porque los negocios no iban bien. Cara se sintió profundamente culpable, le había hablado de una manera muy grosera a su padre el día anterior.

¡Si quieres paz, prepárate para la guerra!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora