Capítulo setenta y cinco

1.9K 127 8
                                    

Jesús.

-Buenos días-Me restriego un ojo y la madre de Mia sonríe.

-¿Aún sigue Mia durmiendo?-Asiento y se ríe- Jesús estoy muy contenta de que estés aquí. ¿No podrías quedarte más tiempo?, a mi no me importa.

-No lo sé-Suspiro y ella encoge los hombros-Aunque sólo sea una semana, hay sitio de sobra para que  te quedes.

-El problema es Alberto, no me llevo bien con él.

-No pasa nada Jesús-Se ríe y suspiro- Se lleva mal con todo el mundo.

-Bueno...-Me paso una mano por el pelo y ella encoge los hombros.

Aparece Alberto, besa la mejilla de Ana y me mira mal. Cruzo los brazos y sigue mirándome hasta que comienza a echarse café en la taza.

-¿Qué te pasa ahora?-Pregunta Ana mirando a su marido el cual suelta de un golpe la cafetera sobre la encimera.

-¿Cómo se te ocurre follarte a mi hija en mi propia casa?-Grita a pleno volumen y abro los ojos.

-¿Qué?-Pregunto nervioso y clava la mirada en mí.

-¿Qué quieres dejarla embarazada y luego dejarla tirada?, ¿Quieres eso?, te juro que como vuelvas a tocar a mi hija no vuelves a verla-Se acerca a mí, me mira amenazante y se le hincha la vena del cuello.

Ana me mira y se muerde el labio, tiene la misma costumbre que Mia. No sé que contestar, no sé que decir ni hacer en este momento. ¿Qué hago?

Ana se pone a mi lado y apoya su mano sobre mi brazo, la miro y ella me susurra que no le haga caso.

-Odio que estés con mi hija-Suelta mirándome aún desafiante y le miro mal, me está tocando las narices.

-Mira, voy a coger mis cosas y me voy a ir, ¿De acuerdo?-Digo borde y Ana agarra mi brazo.

-Jesús te vas a quedar-Dice Ana y niego- Hazlo por Mia, por favor quédate.

El padre de Mia se va de la cocina y Ana vuelve a mirarme, aparto la mirada y suspiro, que asco de  hombre.

-Jesús no te vayas-Se pone delante de mí y la miro- Quédate todo el tiempo que quieras y puedas, si quieres yo puedo hablar con tu madre. No me voy a meter en vuestras intimidades pero sólo te digo que tengáis cuidado.

Creo que ahora mismo estoy muy muy pero que muy rojo, me muero de la vergüenza.

-Me alegro de que estéis tan bien-Sonríe y sonrío, me encanta esta mujer enserio- Ve y la despiertas anda.

Asiento y cruzo el pasillo para subir las escaleras, espero no encontrarme a su hermano o a su padre porque vaya plan. Abro la puerta y me muerdo el labio al verla aún dormida, me da pena despertarla. Me tumbo a su lado de lado apoyándome sobre mi codo y acaricio su mejilla, está tan guapa dormida.

-Nena-Susurro aún acariciando su mejilla y se retuerce- Venga levantate.

Suspira y se tapa la cara con las manos. Me río y aparto sus manos. Entreabre los ojos y se ríe.

-Ay, tengo Sueño-Se da la vuelta y me río, agarro su cintura y beso su cuello-¡Jesús no hagas eso!-Agarra mi cara y frunce el ceño.

Vuelvo a lanzarme a su cuello y suspira, me encanta hacerla de rabiar. Se termina levantando y se pone frente al espejo para recogerse el pelo.
Agarro su cintura por detrás y me apoyo en su hombro, beso su cuello y ella sonríe.

-Jesús...-Se ríe mientras acaricio su cintura y se da la vuelta- Oye, antes he escuchado gritos, ¿De qué eran?

-Ni idea-Alza una ceja y trago saliva.

-¿Seguro?-Asiento y ella retuerce la boca. Me acerco a su cuello para volverlo a besar y se ríe.

-Voy a quedarme toda la semana- Susurro aún sobre su cuello y ella me mira- Si nena.

Sonríe y me besa, apoya sus manos en mis hombros y sonrío, pf.

-Nena-Trago saliva y asiente- Yo no sé como tu padre se ha enterado de que hemos... Ya Sabes-Suspiro y abre los ojos, se muerde el labio y se apoya sobre mi hombro.

-Habrá sido mi hermano-Dice cambiando el tono de voz y refunfuña.

-Pues me ha caído una que vaya... Me ha dicho que odia que esté contigo.

-Jesús pasa de él enserio-Acaricia mi mejilla y asiento- No voy a dejarte por eso.

-Pero nena...

Me interrumpe con un beso el cual sigo sin ningún problema. La puerta se abre y Mario pasa saltando.

-¡Buenos días!-Grita eufórico y Mia pone los ojos en blanco- Jesús hoy pienso ganarte.

-Bueno, eso ya lo veremos renacuajo-Me río y paso mi mano por su pelo.

Sale de la habitación de Mia corriendo y Mia se ríe, agarra mi mano y bajamos las escaleras.

-Papá-Dice ella cruzando los brazos y su padre me mira- ¿Qué te pasa con Jesús?

Cuéntame al oídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora