Capítulo veintinueve

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Mia

Me suena el teléfono, mierda. ¿Para qué me está llamando mi madre ahora?, estoy abajo esperando a Jesús que por cierto tendría que haber venido ya.

-Mia, ¿Dónde estás?-Pregunta mi madre por teléfono y suspiro-Estoy arriba esperándote.

-¿Qué estás arriba esperándome?-Alzo una ceja y me muerdo el labio nerviosa, no me lo creo.

-Sí, ¿Estás abajo?- Mierda, ahora viene Jesús, ¿Qué hago, salgo corriendo?, suspiro y Jesús me sonríe y yo hago lo mismo más nerviosa todavía-Subo en tres minutos.

¿Para qué cojones ha venido esta mujer ahora?, trago saliva. Jesús se acerca a mi y me da un beso en la mejilla. Se mete el móvil en el bolsillo esperando a que le diga algo pero no sé que hacer.

-Mi madre está arriba-Consigo decir aunque los nervios me invaden y él se ríe.

-¿Por qué te sonrojas?-Dice con una risilla y me río.

-Mia, ¿No ibas a subir?-Dice la voz de mi madre a mis espaldas y abro los ojos, que vergüenza enserio.

Me doy la vuelta y miro a mi madre, a continuación a Jesús y así todo el rato. Jesús vuelve a reírse y mi madre cruza los brazos.

-Llevo más de quince minutos esperándote arriba-Dice mi madre mirándome y se acerca a mí para darme un beso en la mejilla. Mira a Jesús y él sonríe.

Ahora el silencio nos invade mientras los tres intercambiamos miradas mutuamente. Jesús se lleva las manos a la espalda y comienza a silbar mientras que yo intento no mirar mucho a ningún lado. Esta situación es muy pero que muy incomoda enserio.

-Si quieres me voy-Me susurra Jesús y niego con la cabeza, él encoge los hombros y se ríe-Como quieras.

Mi madre sigue sin hablarme, y yo no sé si reír o llorar.

-Soy Jesús -Dice para colmo el menos indicado en este momento y me pongo una mano en la frente, que caso de niño. Le da dos beso y mi madre entre cierra los ojos y hace una mueca extraña con la cara.

-Es un amigo-Consigo decir mirando a Jesús y mi madre se ríe.

Jesús ladea la cabeza mientras se muerde el labio, me golpea con en codo u  se ríe.

-Pero que muy amigos-Susurra en mi oído y deja un pequeño beso sobre mi mejilla, se separa y me giña un ojo. Para cuando me doy cuenta mi madre está llamando al ascensor de nuevo para volver a subir.

Jesús se ríe y pasa su brazo por mis hombros mientras que yo no dejo de pensar en que hace mi madre aquí.
Ha vuelto a subir en cuanto me ha pedido la tarjeta de la habitación, que raro. A saber la bronca que me echará arriba como siempre...

-¿Te da vergüenza que tu madre nos vea o qué?-Dice Jesús con una risa y encojo los hombros-Si no pasa nada.

-No sé Jesús.

Tengo que darle a Jesús los auriculares que dejó el otro día aquí, así que subimos. Nos metemos en el ascensor y vuelve a mirarme, aquí donde fue nuestro primer beso. Aún admito con vergüenza que me he besado con él y no me gusta hablar de ello, aunque haya pasado alguna vez más me da vergüenza admitirlo.

Todo el ascensor está lleno de espejos por todos lados y mire donde mire puedo ver a Jesús. De un momento a otro coloca su mano en mi cintura y sonríe. Tengo los nervios a flor de piel y me suda todo el cuerpo. Trago saliva y me muerdo la lengua mientras que Jesús me envuelve entre sutiles caricias alrededor de mi cintura.

-Sabes que soy yo-Susurra acercándose a mis labios y clavo la mirada en él-y me encantas Mia.

De nuevo me rindo a sus pies, cayendo en él. Me dejo llevar por la tentación y nos volvemos a mirar, está vez nos comemos con la mirada como nunca antes habíamos hecho.

Mi espalda choca contra la pared y Jesús junta su frente con la mía. Suspiro y Jesús se muerde el labio, bajo la mirada a estos y mis manos recorren su espalda.
Sonríe y aunque me cueste sonreír lo hago.
Sus labios chocan con los míos y de nuevo pasa, nos estamos volviendo a  besar en este ascensor.

Deja un último beso sobre mis labios antes de que se abran las puertas y me sonríe. Aparta el pelo de mi cara y a continuación me besa la mejilla.
Suelta mi cintura, para ahora agarrar mi mano y aunque la timidez puede conmigo acepto a cogerla.

Salimos del ascensor y caminamos hasta mi habitación, pego en la puerta y abre mi madre.

Jesús sonríe y pasamos dentro, le doy sus auriculares y aparto la mirada nerviosa. Jesús se ríe y se mete los auriculares en el bolsillo.

-Os invito a tomar algo venga-Propone mi madre y suspiro, lo que faltaba.

Jesús asiente con la cabeza y salimos de nuevo, nuestras miradas se cruzan y sonríe.
Caminamos hasta el ascensor y mi madre pulsa el botón para bajar.

De un momento a otro el ascensor se para y se apagan las luces, no por favor.

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Jelou pipol.
Siento no haber subido capítulo en estos días y que prometí maratón, pero entre que me fui a Madrid este finde y un montón de cosas más no he tenido tiempo para nada de nada, eso significa que dentro de poco habrá sorpresa👅😉.
También vengo a deciros que me he creado una cuenta de instagram para subir allí la novela y subir otras que no suba aquí, así he decidido y así seguirá. O también puede que aquí escriba unas novelas y allí otras, no ya pensaré.
Para las que queráis seguirme el perfil es el mismo que aquí @storiesftgemeliers
Os agradecería un montón que me siguieseis y os mando un besooo muy muy fuerte.
Chau.

Cuéntame al oídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora