Capítulo cuarenta y cuatro

2.5K 122 12
                                    

Mia peina mi tupé y suspiro, está obsesionada con mi pelo. Sonríe y me río, no sé que hace pero me da gracia.

-Deja de moverte-Refunfuña y agarro su cintura para tumbarla y subirme encima suya.

Mis manos se deslizan por su cintura de arriba a abajo haciendo que comience a reír a carcajadas. Sé que odia las cosquillas pero a mi me encanta hacérselas, me encanta su risa. Me agarra las manos y frunce el ceño, alzo una ceja y nos enfrentamos con la mirada.
Me saca la lengua y hago lo mismo, agarra uno de mis mofletes y se ríe, es realmente adorable.

Paso una mano por su pelo apartándoselo de la cara y ella sonríe. Me acerco a ella, beso su cuello y rodea mi espalda. Succiono su piel haciéndole reír y sonrío al ver la marca. Se muerde el labio y yo hago lo mismo al mirarla.
Acaricia mi cara con su mano derecha y me atrae a sus labios. Me besa con delicadeza, haciéndome sentir lo que ninguna otra chica me ha hecho sentir antes. Su lengua choca con la mía y disfruto de este momento.

Le doy la vuelta haciendo que se coloque encima mía y acaricio su espalda de arriba a abajo mientras los besos cesan y el tiempo nos consume. Mis manos bajan a sus glúteos y ella da un pequeño saltito que me hace reír. Que calor por dios.

Jadeo un poco, madre mía del amor hermoso. Contrólate Jesús, contrólate... Uf.
Me fijo en su escote que es bastante visible desde la perspectiva en la que estoy, admiro estas vistas que tengo delante y cierro los ojos, uf.

Tengo muchísima calor y cada vez más y más. Ella me mira, la miro y suspira. Quiere decir algo con la mirada y creo que sé lo que es. Susurra en mi oído lo que he esperado oír mucho tiempo y sonrío, me muerdo el labio mientras observo como me quita la camiseta.

Mis manos se cuelan por la suya y se la quito, aunque al principio tenga vergüenza y se tape un poco al final se acostumbra y puedo observarla mejor. Está nerviosa, y bueno yo también. Después de lo que ha escuchado hoy hablar de mí, que surja esto... Es un paso más en nuestro indefinida relación.

Desabrocho el botón de su pantalón y los bajo. Sonrío al mirarla y ella aún nerviosa sonríe. Lleva sus manos al broche de mi pantalón y los baja también, ahora quedando los dos en ropa interior podemos observarnos de arriba a abajo, sin complejos. Me dijo en mi entrepierna, mierda me lo suponía. Suspiro y me nuevo tratando de que no se vea mucho, aunque es imposible ya que seguro que la habrá visto. Está roja como un tomate y creo que yo también, aunque ya estoy acostumbrado o eso creo. Acaricio su mejilla y acabo encima suya. Beso sus labios y bajo por su cuello, continuando por su pecho y abdomen hasta llegar a su entrepierna, donde dejo un simple beso. Vuelvo a subir, esta vez succionando poco a poco cada parte que beso hasta llegar de nuevo a sus labios, donde beso y muerdo hasta que me canso.

Está muy nerviosa y yo tengo que admitir que también. Agarro su cara y la miro, sonríe nerviosa y beso sus labios otra vez. Aumenta el tono de los besos y esta vez se lanza ella, incorporando su lengua en el beso y encajando a la perfección con la mía. Acaricio su cuerpo de arriba a abajo y mi mano llega a su zona íntima, acaricio su clítoris y jadea mientras que me dejo llevar por sus besos. Bajo sus bragas y me muerdo el labio, acaricio de nuevo esta zona y mis dedos se introducen en ella. Me mira nerviosa y la vuelvo a besar.
Gime y me muerdo el labio, así es nena, así.

Comienzan a pegar en la puerta, mierda. Joder tío. Suspiro y me levanto.

Mia se pone rápidamente la ropa al igual que yo y me acerco a abrir la puerta.
Caigo al suelo en cuanto al acto de su puño contra mi cara, mierda. Mia se agacha a mi lado e intenta calmarme.
Todo a pasado tan rápido, ha sido en cuestión de segundos. He abierto y nada más hacerlo, me ha pegado un puñetazo en la cara, me cago en mi puta vida joder.

Cuéntame al oídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora