Seis.

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13:16

Jake despierta y se encuentra con Dave a su lado, mirándole.

– Hola Jake.

Él no contesta. Dave se asoma a la puerta y llama a los demás. Entran Caroline, Diane y Kevin. Un poco apretados, pero entran todos.

– Jake, ¿podrías contarnos qué ha pasado todo este tiempo? –pregunta Diane.

– Sí –dice despacio–. Greg y yo llegamos hasta la casa y...

– Espera... ¿qué casa? –esta vez es Caroline la que habla.

– En medio de la isla encontramos una casa vieja. Entramos dentro y dormimos allí. Pero cuando se hizo de día y decidimos echar un último vistazo antes de volver para avisaros de nuestro descubrimiento, entró alguien.

– ¿Y el rifle? –le interrumpió Kevin. El asesino le había golpeado con un fusil y con ese mismo había disparado a Lilly. Antes de morir Peter, ellos dos ya se habían marchado. ¿Quién dice que no había sido él el asesino?

– Encontramos una habitación llena de crucifijos e imágenes religiosas. Apoyado en la esquina había un rifle. Lo cogí y luego lo usé para disparar al asesino en la pierna cuando Greg iba a ser descubierto. Pero en la huida el asesino le lanzó un pico y acabó muriendo.

– Vaya... –Caroline recuerda que también habían encontrado un pico ensangrentado junto al rifle que Jake llevaba a la espalda–. ¿Y viste al asesino?

– Sí. Los pies y apenas la cara. Era hombre, llevaba un gorro y unas botas negras. Sus pantalones eran grises y su camiseta... azul. Puede que verde, estaba un poco oscuro y no lo recuerdo bien.

"Era hombre". Todos reflexionan sobre esta última revelación.

– Deberíamos de ir a echar un vistazo a esa casa –propone Kevin.

– ¿Estás loco? ¡Eso sería como entregarnos al asesino! –repone Diane.

– Si vamos todos, no podrá con nosotros. No matará si no nos separamos. Y si lo intenta, acabaremos con él. Así tendremos más tiempo para construir la balsa.

Todos se miran. Caroline se fija en Diane, que parece no estar muy de acuerdo. Quizá la idea de Kevin no sea mala. Pero es para valientes, eso sin duda.

– Pero no, definitivamente no podemos seguir tu plan –dice de pronto Dave–. Rachel no puede moverse.

– Sí, eso es cierto –comenta Diane alegre, como si esa razón le hubiera salvado la vida.

– Bueno, alguien puede quedarse con ella... –Kevin vuelve a intentarlo.

– Entonces serán blanco fácil para el asesino –Caroline es la que piensa más rápido de todos ellos, puesto que esto ya lo había previsto.

– Entonces podemos dividirnos en dos grupos numerosos –parece que Kevin no se quiere rendir. Diane lo mira con odio.

– No es una mala opción –se pronuncia Dave.

– De todas formas, ya nos falta poco para construir una balsa simple. Si apuramos un poco más, tendremos un buen medio de transporte. Luego solo será reforzarlo y ya está –Diane regresa con todas las armas.

La exposición de ideas prosigue en silencio.

En la cabaña de al lado, Thomas y Christa hablan sobre lo sucedido hasta ahora. A su lado, Rachel descansa.

– Realmente creo que es un loco que lleva mucho tiempo sólo en esta isla y que ha aprovechado nuestra debilidad para masacrarnos. ¿Usted que opina, padre?

Triscaidecafobia [LI #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora