Dos.

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07:41

Jake abre despacio los ojos. Se incorpora, con los listones de madera crujiendo bajo su cuerpo. Él y Greg habían encontrado en medio del bosque una casa y habían entrado en ella por la noche. La habían estado investigando, y tras comprobar que estaba vacía, habían decidido tumbarse y dormir. Estaban resguardados del frío; ya irían a avisar al resto después. Jake continúa su investigación por la casa. Parece una casa normal; antigua, eso sin duda. El suelo, los muebles y las escaleras son de madera, bastante deteriorada. Un ventana está rota y por ella entran unas ramas de hiedra. A pesar de su estado, puede reconocer en la planta baja lo que quizá en otro tiempo fue una cocina-comedor, un salón con chimenea, un baño y un trastero en el hueco de la escalera. Sube a la planta de arriba. Tres habitaciones, dos baños y una puerta que no logra abrir. Está cerrada a cal y canto. Pero la casa es vieja, la madera está corroída y las bisagras oxidadas. Así que, con un par de empujones, derriba la puerta. Frente a él, un corto pasillo tétrico e inquietante. Camina despacio por él. Gira a la derecha y encuentra una sala cuadrada más bien pequeña. Toda la pared está llena de crucifijos. De diferentes materiales, tamaños y formas. En el suelo, la imagen de Jesucristo con varias velas alrededor y estampas de la Virgen y sus distintas advocaciones.

– ¿Qué es esto? –pregunta Jake a la nada.

La sala no tiene ninguna ventana. Contra la pared hay un sillón de tela verde, viejo. Tras él, apoyado en la esquina de la pared, un rifle de caza. Entonces oye una voz desde abajo.

– ¿Jake?

– ¡Aquí arriba!

Greg llega hasta Jake y ambos contemplan la sala.

– Los dueños debieron ser muy religiosos...

– Sí. Demasiado...

La noche en el campamento ha sido desastrosa. Caroline apenas ha dormido y Connor ha tenido que enterrar los trozos de Peter. Se ha quedado el hacha con la que lo mataron, dispuesto a clavársela al asesino cuando lo tenga delante. Caroline lo entiende. La muerte de Peter ha sido muy cruel. Ahora hace un rato que se ha despertado y está en la playa, investigando el lugar. Lilly se acerca a ella.

– Buenos días, Caroline.

– Hola. ¿Como estás?

– Bien. ¿Tú?

– Bueno... desde luego bien no.

El silencio hace presencia, únicamente roto por el movimiento de las olas en la orilla. El día está nublado, apenas brilla el sol tras las nubes. Y a lo lejos se pueden ver nubes oscuras, señal de que con la lluvia del día anterior no hay suficiente.

– ¿Qué crees que haría tan lejos del campamento?

– No lo sé. Es muy extraño...

Lilly asiente con la cabeza.

– A mi, más que por qué estaba allí, me preocupa quién pudo hacerlo.

– ¿Crees que pudo ser alguien de nosotros?

– No creo. Connor y Kevin escucharon un ruido y encontraron una linterna en el lugar de donde venía el sonido. Alguien estaba ahí...

Ambas quedaron pensativas. Kevin había llegado una hora después de que Peter fuera asesinado, y se lo había tomado muy mal. Ya que, según él, hubo un momento en que pudo ver que realmente estaba persiguiendo a una persona, alguien que había estado espiándolos. Luego le perdió el rastro, y en ese tiempo la persona pudo volver y matar a Peter. Pero ni Caroline ni Lilly ni nadie del campamento podía entender qué hacía tan lejos. Además, Greg y Jake siguen por ahí; ¿quién sabe si el asesino ahora va a por ellos?

Triscaidecafobia [LI #1]Where stories live. Discover now