-Ay, no...-murmuró Silvia.
-¿Se puede saber que hace ésta mujer aquí?-Elizabeth entró eufórica al departamento y cerró la puerta con fuerza.
Jorge miró a Silvia, no quería que eso sucediera, no ahora que se había reencontrado con ella.
-Elizabeth, no empieces.-dijo Jorge, sin soltar ni un solo instante a Silvia.
-Ósea, me dejas sola en la fiesta ¿para venirte con ésta? Por lo menos me hubieras avisado.
-Lamento tanto que Jorge no te haya informado que veníamos para acá.-Silvia se soltó del agarre de Jorge y la miró- Yo fui la que le pedí que viniéramos de inmediato porque, pues...ya nos urgía estar juntos, a solas, si me entiendes, ¿no?
Silvia miró con coquetería a Jorge y le guiñó el ojo, esto provocó que él sintiera un corrientazo de energía invadir su cuerpo.
-No te creo, Jorge ya me dejó más que claro que no quiere volver a tener nada contigo.-mintió Elizabeth.
-Ah, pues eso no fue lo que me dijo a mi en la cama, ¿verdad, cariño?-Silvia se dirigió a Jorge y le besó la mejilla.
Él no había hablado en todo el rato, estaba tan embobado en cada cosa que Silvia hacía y decía.
Al ver que Elizabeth se había quedado callada Silvia tomó la palabra nuevamente.
-Bueno, guapo, ¿me llevas al edificio en el que me estoy quedando, por favor? Ya es tarde y me da miedito regresar sola.-dijo Silvia, con un tono de niña pequeña que le parecía tan tierna a Jorge. Después le besó el mentón y le sonrió.
-Vamos.-respondió Jorge- Yo tampoco quiero que regreses sola.-tomó las llaves y su saco para después abrir la puerta.
-Hasta luego, querida.-dijo Elizabeth, antes de que Silvia saliera- Te aseguro que Jorge pasará la noche muy bien acompañado.
Silvia respiró profundo, pues el simple hecho de imaginarse a Jorge junto a esa mujer hacía que le hirviera la sangre.
Ambos salieron del departamento y caminaron hacia el ascensor.
Una vez afuera Jorge se ofreció a llevarla al departamento, cosa que Silvia aceptó, ya que era demasiado tarde como para regresar sola en un lugar que no conocía.
-Gracias...-dijo Jorge, después de estacionar el auto frente al edificio donde se estaba quedando ella.
-¿Por qué?
-Por confiar en mí, por escucharme, en verdad. Te lo agradezco demasiado. Sólo espero que me creas.
Silvia sonrió un poco.
-Aún no puedo creer que esa mujer esté viviendo contigo, después de todo lo que pasó.
-Creeme que en cuanto encuentre un lugar donde vivir y un trabajo, se irá de mi departamento. Te lo juro.
-No tiene porque darme explicaciones. Tampoco me importa que ella esté ahí. Es tu vida, no tengo derecho a meterme en ella.
-¿Ya no te importo?
-Digamos que te has convertido sólo en un bonito recuerdo para mí.
-No te creo.-respondió Jorge al instante.
-¿No me crees qué?
-No creo que lo nuestro se haya quedado sólo en un bonito recuerdo, no después de todo lo que vivimos, Silvia.-Jorge le tomó la mano y ella no hizo nada por quitarla.
-Es la verdad.
-¿Entonces por que esa reacción cuando llegó Elizabeth a mi departamento? ¿por que fingir que entre nosotros pasó algo esta noche cuando sabemos que no hicimos nada?
YOU ARE READING
Casados por un año.
Romance-Ambos sabemos que en cuanto pase este año, nuestro infierno...será terminado.-susurró con lagrimas en los ojos. Jorge Salinas Peréz, un hombre apuesto con tan solo 24 años de edad. Un hombre responsable, duro, engreído y el próximo presidente de la...