Capítulo 27.

1.4K 122 57
                                    

-Ay, no...-murmuró Silvia.

-¿Se puede saber que hace ésta mujer aquí?-Elizabeth entró eufórica al departamento y cerró la puerta con fuerza.

Jorge miró a Silvia, no quería que eso sucediera, no ahora que se había reencontrado con ella.

-Elizabeth, no empieces.-dijo Jorge, sin soltar ni un solo instante a Silvia.

-Ósea, me dejas sola en la fiesta ¿para venirte con ésta? Por lo menos me hubieras avisado.

-Lamento tanto que Jorge no te haya informado que veníamos para acá.-Silvia se soltó del agarre de Jorge y la miró- Yo fui la que le pedí que viniéramos de inmediato porque, pues...ya nos urgía estar juntos, a solas, si me entiendes, ¿no?

Silvia miró con coquetería a Jorge y le guiñó el ojo, esto provocó que él sintiera un corrientazo de energía invadir su cuerpo.

-No te creo, Jorge ya me dejó más que claro que no quiere volver a tener nada contigo.-mintió Elizabeth.

-Ah, pues eso no fue lo que me dijo a mi en la cama, ¿verdad, cariño?-Silvia se dirigió a Jorge y le besó la mejilla.

Él no había hablado en todo el rato, estaba tan embobado en cada cosa que Silvia hacía y decía.

Al ver que Elizabeth se había quedado callada Silvia tomó la palabra nuevamente.

-Bueno, guapo, ¿me llevas al edificio en el que me estoy quedando, por favor? Ya es tarde y me da miedito regresar sola.-dijo Silvia, con un tono de niña pequeña que le parecía tan tierna a Jorge. Después le besó el mentón y le sonrió.

-Vamos.-respondió Jorge- Yo tampoco quiero que regreses sola.-tomó las llaves y su saco para después abrir la puerta.

-Hasta luego, querida.-dijo Elizabeth, antes de que Silvia saliera- Te aseguro que Jorge pasará la noche muy bien acompañado.

Silvia respiró profundo, pues el simple hecho de imaginarse a Jorge junto a esa mujer hacía que le hirviera la sangre.

Ambos salieron del departamento y caminaron hacia el ascensor.

Una vez afuera Jorge se ofreció a llevarla al departamento, cosa que Silvia aceptó, ya que era demasiado tarde como para regresar sola en un lugar que no conocía.

-Gracias...-dijo Jorge, después de estacionar el auto frente al edificio donde se estaba quedando ella.

-¿Por qué?

-Por confiar en mí, por escucharme, en verdad. Te lo agradezco demasiado. Sólo espero que me creas.

Silvia sonrió un poco.

-Aún no puedo creer que esa mujer esté viviendo contigo, después de todo lo que pasó.

-Creeme que en cuanto encuentre un lugar donde vivir y un trabajo, se irá de mi departamento. Te lo juro.

-No tiene porque darme explicaciones. Tampoco me importa que ella esté ahí. Es tu vida, no tengo derecho a meterme en ella.

-¿Ya no te importo?

-Digamos que te has convertido sólo en un bonito recuerdo para mí.

-No te creo.-respondió Jorge al instante.

-¿No me crees qué?

-No creo que lo nuestro se haya quedado sólo en un bonito recuerdo, no después de todo lo que vivimos, Silvia.-Jorge le tomó la mano y ella no hizo nada por quitarla.

-Es la verdad.

-¿Entonces por que esa reacción cuando llegó Elizabeth a mi departamento? ¿por que fingir que entre nosotros pasó algo esta noche cuando sabemos que no hicimos nada?

Casados por un año.Where stories live. Discover now