Capítulo 5.

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-Me gustan las mujeres como tú Silvia, fría como el hielo, pero en las manos correctas te derrites...-susurró, giró un poco la cabeza y la besó con intensidad, undiendo sus labios en los de ella.

Silvia correspondió al beso de inmediato pasando sus brazos por el cuello de Jorge, sintió una enorme adrenalina recorrer su cuerpo y se separó de Jorge mordiéndole el labio sutilmente.

-Vayámonos de aquí.-susurró Jorge después de morderle la oreja y dar pequeños besos en su cuello.

Silvia y Jorge salieron tomados de la mano hasta el estacionamiento, minutos después ya se encontraban devorándose en el elevador para subir al departamento de Jorge.

-Será un placer pasar la noche con usted, señorita Navarro...-susurró a milímetros de sus labios, dejando que su aroma tan varonil se mezclara con ese aliento a alcohol que desprendía.

-No se arrepentirá, señor Salinas.-respondió Silvia para después besarlo con pasión.

Bajaron del elevador, besándose con desfreno. Jorge se separó unos segundos de ella para sacar las llaves del departamento, una vez abierto, Silvia entró primero, jalándolo de la corbata. Él, cerró la puerta del departamento, luego se acercó a ella y la sujetó seductoramente de la cintura, aventó el bolso de ella hacia uno de los sillones, para después besar su cuello.

Deslizó sus grandes manos por la espalda de ella y bajó lentamente el cierre del vestido mientras subía sus labios por el mentón de ella hasta llegar a sus labios, besándola con tranquilidad, ella correspondió al beso un tanto desenfrenada, la estaban matando sus caricias, tan delicadas y tan sensuales a la vez.

Le quitó el saco y lo tiró al suelo, él comenzó a bajarle el vestido mientras ella desabrochaba su camisa sin dejar de besarse, el vestido cayó al suelo y él aventó su camisa.

El besó uno de sus hombros, mientras sus manos le desabrochaban el sostén a ella y se lo quitaba por completo. Besó uno de sus senos mientras acariciaba el otro con movimientos circulares, ella tenía sus manos enterradas en el cabello de el. Él subió sus labios hasta los de ella, la sujeto pegándola más hacia él, para guiarla hasta la habitación, la acostó en la cama y se colocó delicadamente sobre ella, besó su cuello nuevamente, bajando sus labios por entre sus senos, continuó hacia su abdomen y ella sintió como él le quitaba la última prenda que le quedaba. Abrió la boca soltando un gemido al sentir que el besaba la parte más intima de su cuerpo, apretó el edredón y otro fuerte gemido sonó en toda la habitación, algo que le sorprendió, solía ser demasiado callada en ese tipo de situaciones, pero ese hombre la estaba enloqueciendo.

De pronto sintió una fuerte corriente eléctrica recorrer cada parte de su cuerpo, y supo que estaba llegando al clímax, otro gemido salió de su boca, apretando aún más las cobijas.

Mientras trataba de controlar su respiración vió como el se levantaba y terminaba de desnudarse frente a ella, no pudo evitar morder su labio al verlo; de su pantalón sacó un condón, le quitó la envoltura y se lo puso, al subirse a la cama nuevamente acarició sus piernas hasta llegar a su pelvis, no supo lo que sucedió, pero sintió una enorme necesidad de sentirlo dentro, así que, abrió sus piernas y sintió como él se introducía en ella, se aferró a su espalda mientras él se movía constantemente mientras besaba sus senos, ella gemía, siendo honestos los gemidos de ella inundaban toda la habitación, jamás había sentido lo que ahora estaba experimentando, él aceleró sus movimientos mientras apoyaba sus manos en la cama.

Silvia pudo ver su rostro lleno de placer, mientras sus manos subian y bajaban acariciando su fornido abdomen mientras suplicaba más. Los movimientos de el se volvieron más intensos, y de pronto la envolvió una sensación placentera. Estaban empapados de sudor, Jorge retiró su parte intima de la de ella y se recostó a su lado.

El sonido de las respiraciones agitadas de ambos era lo único que podía escucharse en la habitación.

Tratando de recobrar el aliento, Jorge se quitó el preservativo y sin decir ni una sola palabra se levantó de la cama y se dirigió al baño, tomó una ducha corta y salió del baño envuelto en una toalla de la cintura para abajo, al no encontrar rastros de Silvia en la habitación salió a buscarla y la encontró sentada en el sillón colocándose los tacones.

-¿Ya te vas?-preguntó Jorge acercándose a ella.

-Si...-respondió evitando mirarlo.

Jorge miró el reloj de pared, eran las 3 de la madrugada.

-Quédate media hora más, yo personalmente te llevo a tu casa.

Silvia lo miró y se mordió el labio inconscientemente, sonrió y suspiró:-Esta bien.

-¿Me aceptas una copa de vino?

Silvia asintió y esperó a que el llegara con le botella de vino y dos copas.

-4:00 a.m, departamento de Jorge-

-No te creo.-dijo Silvia entre risas, nuevamente el alcohol apoderándose de ellos.

-¿Por que no?-rió.

-Jorge, no me lo tomes a mal, pero es increíble que hayas estado enamorado realmente de alguien.-seguía riendo, Jorge cambió su rostro a uno sumamente serio.

-Ella era una mujer muy linda, más bien hermosa. Me enamoré de ella en la universidad, salimos, nos conocimos, y mi sueño era que en cuanto saliéramos de la universidad nos casáramos, todo eso se derrumbó en un par de meses, descubrí que desde que entró a la universidad tenía novio. Preferí no buscar problemas y alejarme de ella. Me dolió al principio, despues descubrí que no vale la pena tener una relación "seria" de todas maneras alguien saldrá lastimado siempre.

-No todas las mujeres somos iguales.

-Pues al parecer todas las que conozco si.

-¿Todas las que conoces? ¿O todas con las que te has acostado?

Jorge rió:-Buen punto. Bueno, ¿y tu? ¿has tenido novio?

-Si, algunos.-suspiró.

-¿Y bien? ¿No has conocido a tu amor verdadero?-dijo con sarcasmo.

-Si, se llama Adrián, cortamos hace dos años, se tuvo que ir a vivir a Inglaterra.

Jorge soltó una carcajada burlesca:-Se me hacen tan estúpidas las parejas que terminan por eso.

Silvia suspiró y dejo la copa de vino sobre la mesa.

-¿No me digas que estas esperando a que vuelva?-la miro serio.

-Quizás si, me dijo que regresaría.

-Es muy tonto que pienses que cuando vuelva el te seguirá queriendo. Ya, superarlo mujer.

-No te entiendo. Me hablas de tus sentimientos y después actúas como si no tuvieras.

-Soy un hipócrita sentimental, siento demasiado y expreso muy poco.

-No deberías de ser tan frío.

-Dicen que las personas frías tienen los sentimientos más reales.

-Pues si tienes sentimientos demuestralos, así la gente te verá como una mejor persona.

-Hagas lo que hagas te van a criticar, así que has lo que te de la gana.

-No se por que, pero algún día me gustaría verte en una faceta tierna o romántica.

Jorge rió a carcajadas un tanto exageradas:-Duraremos casados un año, pero creeme, jamás seré tierno, mucho menos romántico.

-Eso lo quiero comprobar.-se acercó a él, acarició su mejilla bajando las manos hasta su pecho, dando caricias como si trazara pequeños círculos, besó la comisura de sus labios y le sonrió con coquetería.

-Linda un día, dulce al siguiente -la tomó de la cintura y la sentó en sus piernas- irresistiblemente coqueta en un momento...-mordió su labio con sutileza- y fastidiosa en otro. Cada día me gusta conocerte más.

Continuará...

Twitter: @ilseespnzs



Casados por un año.Where stories live. Discover now