Capítulo 23

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–4 meses después, Ciudad de Nueva York.–

-¿Entonces? ¿eso es todo?

-Eder...yo nunca le he rogado a una vieja.

-Carajo, creí que habías cambiado.

-Sí, lo hice.-Jorge observaba como una mujer rubia terminaba de cambiarse y tomar sus cosas.- Pero no valió la pena.

-Jorge, ven a México, arregla las cosas, lucha por estar con Silvia. Te necesita. Y sé que la necesitas.

-Soy un hombre de palabra, dije que no volvería a molestarla. Entregale los dichosos papeles y dile que los firme, cuando sea un hombre libre me avisas.

-¿Por qué actúas como si ella tuviera la culpa de su separación? Tú fuiste quien la engañó.

Hubo un gran silencio en la línea.

-Lo lamento, tengo que colgar. Saludame a todos por allá.

-El padre de Silvia está en la cárcel.

-¡Tengo que colgar...!-suspiró.

-George...

-No me interesa lo que esté pasando en México, por eso estoy viviendo aquí, no vuelvas a llamar si vamos a terminar hablando de ella.

-Está devastada.

-Ya basta. Ya, no quiero seguir escuchándote.

-Eres un imbécil. Cuando te des cuenta de lo que estas perdiendo por tus idioteces...será demasiado tarde, Jorge.

Jorge terminó la llamada, dejándose caer sobre el gran colchón de aquella suite.

-¿Todo bien, cariño?-la rubia se iba a sentar en sus piernas pero él lo impidió, levantándose de inmediato.

-Fue todo por hoy, Rebeca, gracias por venir.-Jorge tomó su cartera y le entregó varios billetes.-Adiós.

Ella tomó el dinero con una actitud molesta y salió de la vivienda, cerrando la puerta con fuerza.

-Mujeres...-rió Jorge.

Se acercó a la gran ventana del balcón, que tenía una vista espectacular hacia la ciudad.

Respiró hondo mientras se perdía en sus pensamientos, llenando su cabeza de recuerdos e imágenes al lado de aquella mujer que lo volvía loco.

Cerró sus ojos, su mente lo transportó a las caricias, a los besos y a los gemidos de la última vez que había disfrutado de la compañía de su amada.

Aquella imagen se borró cuando unas palabras llegaron a su mente al instante.

»-¿Es todo?-Jorge la miró suplicante-¿Hacemos el amor y me pides que me vaya? ¿No me dejaras expli...-

-Ah, ¿hicimos el amor?-interrumpió ella sin expresión alguna.»

-Sal de mi mente ya, por Dios.-dijo Jorge sacudiendo su cabeza, como si fuera a lograr algo con eso.

Se quedó mirando su móvil unos segundos, pensando en que si lo que estaba a punto de hacer era correcto, finalmente lo tomó, lo desbloqueó y comenzó a buscar en sus contactos el nombre de aquella ojiverde que lo tenía sin conciliar el sueño.

...

-Aquí están los papeles, Silvia.-dijo Jacob extendiéndole los papeles del divorcio.- Sólo falta que los firmes tú.

-¿Hablaste con él? ¿Por que no trataste de convencerlo? Duraste una semana en devolverme estos papeles, creí que él estaba tomando una decisión, algo que fuera mejor para los dos.

Casados por un año.Where stories live. Discover now