XIV. Impulse

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*** Punto de Vista de Niall ***

Desde el momento en que mis ojos se perdieron en su delgada figura que salía a desfilar por la pasarela, tuve que hacer un esfuerzo para que mi mandíbula no se abriera debido a la impresión que me había inundado. Estaba asombrado, preguntándome si esa era Alyssa, la misma con la que había compartido mi etapa escolar, mi ex compañera de la cual toda la inmunda escuela se había burlado diariamente. Y efectivamente, lo era; era ella. Supe en ese instante que si tan solo los chicos de mi salón de clases se hubiesen encontrado ahí conmigo para contemplar a la preciosa rubia lucir ese magnifico vestido negro, de seguro que todos los imbéciles hubiesen retirado cada uno de sus insultos, ofensas y malos tratos que le habían propinado a la chica años atrás. Exacto, probablemente todos se hubieran arrepentido. Afortunadamente, yo bien confiaba en que no tenía nada de qué arrepentirme, sino que muy por el contrario, tenía que enorgullecerme de lo lejos que estaba llegando mi amiga, esa misma chica que había defendido constantemente. Era asombroso pensar que tras todos esos años con montones de idiotas atormentándola, después de todo, Aly se había fortalecido para terminar convirtiéndose en una modelo de alta costura. Aunque claro, esa era la historia en la que yo creía, obviamente, inconsciente de todo lo que en realidad había tenido que hacer la chica para lograr obtener esa figura, que si bien era bastante delgada, aún conservaba su femineidad y belleza. En ese entonces, la enfermedad aún no lograba consumirla del todo.

Pasaron unas cuantas modelos más hasta que la vi con el segundo vestido, momento en que creí que acababa de encontrarme cara a cara con la peor de las tentaciones; una nueva y desconocida perdición. Se veía completamente fabulosa, absolutamente espectacular, tanto así que lo único que quería hacer era ponerme de pie, gritar y aplaudirle. Sin embargo, me limité a observarla sonriente, sabiendo que esos ojos si se hubiesen posado en mí, podrían haber acabado conmigo y mi uso de razón.

Entre toda esa alegría y emoción fue que recibí un bien merecido codazo por parte de Eloise, distrayéndome completamente. Desvié mi mirada, sin querer realmente apartar la vista de mi modelo, y observé a mi novia que me observaba con el ceño fruncido, manifestando su molestia ante mis tan evidentes reacciones. Mierda, había sido mi error, y es que a veces podía resultar tan fácil de leer e interpretar como un libro; nunca se me había dado bien eso de ocultar las emociones, por lo que debía de controlarme un poco... Y lo intenté, juro que lo intenté, mas no podían exigirme nada si luego Alyssa llegaba luciendo un jodido conjunto de ropa interior.

"Mierda, mierda, mierda" me repetía mentalmente, tratando de espantar esos pensamientos que empezaban a surgir en mi interior, nada muy inocente por cierto. "Basta, Horan, tranquilízate, idiota" me repetía, molesto conmigo mismo, a la vez que me deleitaba con cada paso que ella daba, derrochando consigo una seguridad desconocida y nueva que comenzaba adorar. Así fue hasta que la vi voltearse para volver, decepcionándome de una manera colosal. ¿Eso era todo? ¡Tendría que haberse quedado unos minutos más! Es más, sin temor a sonar egoísta, no me importaba ver al resto de las modelos, yo estaba ahí únicamente por ella.

*** Punto de Vista de Alyssa ***

Me encontraba aún encerrada en uno de los cubículos del vestuario, limpiando el desastre que habían creado mis lágrimas con mi maquillaje en mi rostro y tratando de regularizar mi respiración, agradeciendo infinitamente que por fin hubiese acabado mi humillación personal. No había sido tan terrible si consideraba que al menos no había alcanzado a quedarme para escuchar las carcajadas de la gente señalándome, o para reconocer la expresión de asco con la que seguramente Niall debía haber estado mirándome.

Sin mucho ánimo, me cambié de ropa, colocándome mis habituales jeans junto con una polera blanca de tirantes que sentía más ajustada de lo normal. Sabía que por más que quisiera esconderme del mundo, tarde o temprano tendría que salir de ese jodido vestuario, y si no quería parecer demente, era mejor hacerlo en ese mismo instante. Y lo hice, para así encontrarme con todos los encargados del backstage y el resto de las modelos comentando el desfile. Se les veía triunfantes, todos querían celebrar lo bien que había salido el evento. Bajé mi mirada, esbozando una falsa sonrisa en cuanto me percaté de cómo Anna Petrova se acercaba para abrazarme en medio de su propio entusiasmo.

Little Things » Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora