— ¿A qué te refieres? —Kara-chan no lo entendía del todo.

—A que ya no usas esa estúpida ropa llena de lentejuelas que dejan ciego a cualquiera que te mira.

—Oh, es sólo que quise probar un nuevo estilo. Posiblemente regrese a mi estilo de antes...

—No. No lo hagas, no se te ocurra. Si te vuelves a poner esos estúpidos pantalones o esa vergonzosa camisa, te voy a matar —Ichi se le acercó, viéndolo con esa mirada extraña y tenebrosa, a lo que el mayor sólo asintió.

Asustado y sin ganas de seguir viendo esa cara, Kara-chan salió del cuarto y fue a recoger el futón. Al encontrarse la nota sonrió, y tras guardar el futón fue directamente a preparar el bento para el yakuza. Ichimatsu se le quedó viendo desde las escaleras. Era curioso ver a Kara-chan tan feliz. Se sentía incluso extraño verlo con una sonrisa tan sincera en los labios. Verlo le causaba coraje, pero a la vez se sentía bien al verlo tan contento.

Lo vio prepararle el bento y salir de la casa. Le causaba tanta curiosidad el verlo tan dedicado, pero trató después de restarle importancia. A fin de cuentas, no era como si el doloroso de Kusomatsu le importara, ¿verdad? Pero desde el momento en que peleó con él y empezó a ver a Kara-san en el espejo, sentía que algo andaba mal.

El descubrir que todo había sido asunto de un trabajo de brujería no mejoraba las cosas, y lo tenía siempre preocupado. No había noche desde entonces en que no tuviera pesadillas extrañas, inentendibles. Los doctores convencionales no encontraban nada malo en él —a excepción de su sobrepeso—. Todo era tan extraño, que esa horrible sensación de miedo no cedía.

No aguantó más y terminó por pedirle a Jyushimatsu que lo llevara con Dekapan. El hombre a fin de cuentas era un genio, y estaba seguro de que encontraría lo que andaba mal en Ichimatsu, lo que le hacía tener esas pesadillas constantes.

Jyushimatsu, aunque no se negó de llevarlo, estaba dudoso de si su amigo científico podría encontrar la respuesta a las dudas que tenía su hermano. Nunca había dudado hasta ahora de las habilidades de Dekapan, pero si ni siquiera había podido descifrar por qué Karamatsu-san había llegado allí. Al llegar a donde el científico, le explicaron el asunto y rápidamente Dekapan empezó a hacerle exámenes a Ichimatsu.

Al principio, como todo mundo, no encontraba nada raro acerca de sus signos vitales. Todo en orden. No fue hasta que le empezó a hacer unos exámenes especiales y fuera de lo común donde encontró algo extraño.

—A Ichimatsu normalmente lo rodea un aura terrible y oscura, que se caracteriza principalmente por anunciar desesperadamente su falta de amigos —empezó a explicar Dekapan a los dos muchachos—. Pero ahora esa aura ha cambiado. Es... ¿cómo explicarlo? Más densa, más oscura.

— ¿Y eso es malo? —preguntó Ichimatsu, preocupado por ese cambio en su aura.

—Podría serlo. Sí, definitivamente lo es. Creo que tiene que ver con la llegada del alter yo de tu hermano.

Ichimatsu se quedó pensativo. Tras agradecerle al científico fueron de vuelta a casa. Aunque Jyushimatsu le insistió, Ichi no se quedó con él a jugar baseball el resto de la tarde. Sólo volvió a casa, a sentarse en su rincón a esperar a que Karamatsu-san volviera del trabajo.

Eran las siete de la noche, y tanto Karamatsu-san como Kara-chan no volvían de donde sea que hayan ido. Tuvo que esperar todavía hasta las nueve para verlos volver un poco tomados. Al parecer se habían ido a un bar después de que el yakuza saliera del trabajo. Se les quedó viendo con desprecio a ambos, y mientras éstos reían en la entrada como bobos, Ichimatsu les llamó la atención.

—Idiotas —dijo Ichimatsu al bajar para recibirlos—. Tengo qué hablar con ustedes.

— ¿Qué pasa, brother? ¿Acaso nos extrañaste? —le dijo Kara-chan, a lo que Ichimatsu le metió un puñetazo. En respuesta a la agresión, el yakuza lo tomó del cuello de la sudadera.

— ¿Cuál es tu problema? Golpeando siempre a Kara-chan. ¿Tienes algún problema con él? ¡Eh! —Karamatsu-san reaccionó de forma violenta, a lo que todo mundo se asomó en la casa al escuchar el grito.

— ¿Por qué no te calmas de una vez, si no quieres que te mate? —Ichimatsu no se quedaba atrás en agresividad, y naturalmente se iba a defender.

—Shh, ya no peleen. Ichi dijo que quería hablar con nosotros, así que ¿por qué no lo dejamos hablar? —Kara-chan los detuvo. Como si fuera una voz de razón, aún en su estado inconveniente, Karamatsu-san soltó al cuarto hermano. Tras lanzarle una mirada de desprecio, Ichimatsu llevó al yakuza y a su hermano al patio trasero.

— ¿Cómo que tu aura cambió? —Kara-chan le preguntó confundido a su hermano menor.

—Dekapan dice que se ha vuelto más oscura, pero no sabe el por qué. ¿Crees que sea la razón por la que Nyanko ya no se me acerca como antes? —dijo Ichimatsu, volteando a ver al gato que dormía en el balcón de la habitación.

— ¿Qué tiene que ver un gato en todo esto? —Karamatsu-san no comprendía la mención del gato, pero Kara-chan le explicó pronto.

—Nyanko alguna vez tuvo poderes psíquicos. Junto con eso, adquirió la capacidad de hablar, y comunicaba los sentimientos profundos de las personas.

—Puede que algo de ese poder se haya quedado en él, tal vez Nyanko sepa lo que está pasando.

—Pero si ya no habla, no será de mucha ayuda —Karamatsu-san dijo—. Tal vez, Reika pueda ayudar.

— ¿De qué nos serviría la ayuda de Nyaa-chan ahora? —Kara-chan le preguntó, a lo que Ichi reaccionó sorprendido de que, al parecer, conocieran a Nyaa-chan.

—Su abuelo si bien no era santero, tenía conocimiento de varios temas espirituales, y obviamente ella heredó dichos conocimientos. Iremos con ella...

—Pero, creo que Choromatsu dijo que ella iba a estar en otra ciudad esta semana. No va a estar en casa.

Karamatsu-san se quedó pensativo —Ichimatsu, ¿crees que ese tal doctor Dekapan pueda volver a darle esa medicina a tu gato?

[BL] Reflejo Desconocido [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora