Vamos a superarlo

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Dicen que las personas que nos aman jamás nos abandonan, que siempre estarán presentes en nuestro corazón pero saber que su frágil cuerpo está dentro de ese espantoso cajón marrón hace que creerlo sea difícil. Es como si todo esto fuese un sueño, que en cualquier momento voy a despertar y el me gritara desde abajo que ya está preparado el café, que me apure o llegare tarde al colegio. Cierro los ojos tan fuerte como puedo e intento despertar, pero no lo logro, esto es real.

El cura está hablando pero no puedo escucharlo, no puedo escuchar a nadie, Zack me estrecha aún más entre sus brazos y hundo mi cabeza en su pecho. Me prometí no llorar y estoy haciendo todo lo posible para lograrlo, pero no sé cuánto tiempo más poder aguantar. Hace un rato me preguntaron si quería decir unas palabras, pero no creí que podría, así que solo negué con la cabeza y volví a sentarme.

Todavía no sé qué va a ser de mí sin él, como voy a hacer para vivir. <<No es momento de pensar en eso>> me digo a mi misma y sacudo la cabeza para alejar el pensamiento.

Cuando la ceremonia termina es casi de noche, Alex y Zack me acompañan a casa y ambos insisten en quedarse, como no puedo hacer nada para lograr que se vayan me doy por vencida y los dejo pasar. Con Zack las cosas no están del todo bien todavía, pero él dice que quiere estar conmigo en este momento, que quiere cuidarme, y para ser sincera me siento mejor cuando él está cerca, así que se lo permito.

-Preparare café -dice Zack entrando en la cocina.

Alex y yo subimos a mi cuarto. Me quito el vestido negro, el maquillaje y me pongo mi pijama.

-¿Por qué las personas buenas son las que siempre mueren? -Mi voz sale apagada, sin vida, exactamente como me siento.

-Porque las malas también lo hacen, solo que en diferente momento, y todos lo vamos a hacer en algún día, cuando llegue nuestra hora. Él se mantuvo fuerte para verte crecer, para cuidarte y educarte como la maravillosa persona que eres. Cumplió su misión, y estaba listo para irse.

-Pero yo no estaba lista para que él se vaya.

-Tal vez si, y él lo sabía, solo hace falta que tú te des cuenta. -dice Alex.

Pero yo sé perfectamente que no es así, todavía lo necesito. Pero el ya no está, y tendré que vivir con eso. No puedo evitar que las lágrimas empiecen a caer sobre mis mejillas, ella lo nota y me mira con compasión, me toma por los hombros y ambas nos sentamos en la cama.

-Mira -me dice mirándome a los ojos - voy a decirte algo que en situaciones como estas nadie cree, pero es verdad. Vamos a salir adelante, día a día. Lo haremos hoy, mañana, y al día siguiente, hasta que ya no duela.

-Dudo que algún día deje de doler. -digo con la voz seca y me acuesto sobre la cama.

-Lo hará, tu sabes lo mucho que yo lo quería, era también mi abuelo, no creas que a mí no duele, pero sé que vamos a superarlo. Juntas lo vamos a lograr.

No respondo, solo cierro los ojos y me quedo dormida. Cuando me despierto no sé qué hora es pero una leve luz atraviesa la ventana. Siento un pesado brazo alrededor de mi cintura, Zack, sé que es el por la sensación que recorre todo mi cuerpo, como si fuese paz, como si ninguno de mis problemas existiera. Todavía no sé cómo estamos, pero sí sé que me encanta que este aquí. Me doy la vuelta sobre el colchón para quedar de frente a él y descubro que está despierto.

-Perdóname, por todo -dice mirándome a los ojos.

-Yo soy la que debería decirlo -agacho la cabeza y el me atrae aún más contra su cuerpo.

-Entonces dilo.

-Perdóname.

-¿Por qué?

-Por todo. -me da un corto beso antes de sonreírme de oreja a oreja. Algo que yo no voy a lograr en mucho tiempo.

Creo que ya estamos bien.

-Dormiste más de veinticuatro horas, creo que es hora de que te des un baño. -se levanta de la cama y me toma de la mano levantándome con él.

Tomo mi ropa interior, una toalla y me dirijo al baño. Intento quedarme la mayor cantidad de tiempo posible bajo el agua, intentando que lave todo el dolor que ciento en este momento. Al terminar de secarme vuelvo a colocarme el pijama y salgo del baño. Sobre abro la puerta lo primero que veo es la habitación de mi abuelo, con la puerta abierta y todo perfectamente ordenado, con muebles de madera y alfombra. Doy unos pasos dentro e inhalo fuerte, quiero tener un último recuerdo de su aroma antes de perderlo para siempre. Salgo y cierro la puerta detrás de mí.

Bajo las escaleras y encuentro a Zack en la cocina con una taza de café en la mano, me ve y me regala una pequeña sonrisa.

-¿Estas mejor? -pregunta.

-Exteriormente. -digo acercándome a la cafetera.

-Este es para ti -dice entregándome una taza de café espumoso recién hecho.

Un escalofrío recorre mi cuerpo en cuanto el vapor choca con mi cara, el aroma es increíble.

-¿Y Alex? -pregunto imaginando que todavía está aquí, dudo que alguno de los dos quiera irse en algún momento.

-Oh, ¿quieres verla? Ven

Me dirige al salón donde al entrar veo a Alex, en pijama acostada en el sofá, pero no de una manera normal y sofisticada. Su cabeza, su brazo y pierna derecha están colgados del sofá, su brazo izquierdo sobre ella y la pierna izquierda hacia arriba en el respaldo.

-Una manera muy cómoda por lo que veo -dice Zack y se me escapa una muy corta carcajada.

-Una manera muy típica de ella -digo.

-Estuvo todo el día de ayer despierta por si necesitabas algo, intente que durmiera pero se negaba así que deje insistir. Pero la convencí de que se quedara tranquila cuando subí a dormir contigo, y bueno, creo que se rindió.

No puedo evitar sentir algo de culpa, ella debe de estar tan destrozada como yo y aun así está aquí para cuidarme. Si ella es asi de fuerte, yo también puedo serlo.

-Creo que debemos dejar que duerma -digo y el asiente.

Volvemos a la cocina y el prende la televisión.

Así pasamos toda la semana, los tres en la casa, bebiendo café y comiendo pizza. Aparentando ser más fuertes de lo que en realidad somos. Ellos por mí y yo por ellos. Y es cuando me di cuenta que Alex tenía razón, vamos a superarlo, juntos, día tras día. Y también sé que en algún momento dejara de dolerme, así como fue cuando murió mi madre. Solo espero que sea pronto.

-Odio tener que decirlo, pero el lunes tendremos que volver al colegio -dice Alex.

-Sí, creo que mi "enfermedad" ya curo -dice Zack -tendré que ir a casa a buscar todos los trabajos de esta semana y la pasada, lo que significa tener que ver a mi madre.

-¿Quieres que vaya a buscarlos por ti? Supongo si tu madre siente un poco de pena por mí no me odiara tanto. -digo.

-No, quiero hacerlo, tengo que hablar con ella. -Asiento y vuelvo a mi libro -Es la última semana ¿Sabes lo que significa verdad? -dice dirigiéndose a mí.

-¡Ay por dios! -grito cerrando el libro de un golpe -Mi examen.

-Es el jueves, todavía tienes seis días, vamos a lograrlo dice en tono entusiastas.

-¡Es viernes! -dice Alex mirando con complicidad a Zack -eso me recuerda algo.

-Oh, es verdad. Pequeña, ve a vestirte -me dice Zack -iremos a dar un paseo.

-¿Qué? ¿Por qué? Es media noche-digo.

-Solo ven -dice Alex agarrándome del brazo.

OPUESTOS (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora