No voy a gritarte

644 36 1
                                    



Cuando me doy la vuelta está parado frente a mí. Lo veo y no lo creo. Quiero gritarle, muchas cosas, empezando por la parte en la que creí que estaba fuera del país y está en su casa, en ¿Por qué no responde mis llamadas? Y después de todo ¿Qué demonios hace aquí? Pero no puedo, no me sale ni una sola palabra. Solo respiro agitadamente y lo miro a los ojos intentando encontrar una respuesta. Cuando por fin tomo aire para soltar todo lo que quiero decirle él se acerca rápidamente y me besa. Aunque quiero apartarlo no puedo, y no es hasta este momento que me doy cuenta cuanto extrañaba sus labios, el calor que me proporcionan, como mi corazón se acelera cuando lo tengo cerca y lo que logra cuando me toca, que todo lo demás desaparezca. Pero entonces se aparta.

-¿No gritaras? -susurra.

Y vuelvo a enojarme, frunzo el ceño y comienzo a pegarle en el pecho. Siento que las lágrimas llenan mis ojos. Todo este tiempo pensé que estaba por ahí odiándome y ahora aparece y me besa, como si nada. Y yo como una boba dejo que lo haga, como si con eso pudiera borrar todo lo que pase estos días.

-Oye tranquila -dice agarrándome por las muñecas. Quiero matarlo.

-¿tranquila? -grito, aunque aun susurrando. Si no quiere que nos escuchen es porque tampoco saben que el esta aquí. Y aunque este enojada, no quiero que me roben este momento, en especial si puedo usarlo para gritarle- Desapareces por más de una semana, no respondes mis llamadas ¿y me pides que esté tranquila?

-Tenía mis razones- dice y sé que es verdad. En el momento en que lo vi la ira me invadió y me olvide por completo de todo lo que había sucedido antes.

Me seco las lágrimas con el dorso de la mano, me siento en la cama y doy un largo suspiro.

-Bien -digo hundiendo los dedos en mi pelo y apoyado mis codos en las rodillas -Explícate.

-¿Podemos ir a algún lugar en el que podamos hablar mejor? -pregunta.

-Si nos vamos de aquí te gritare.

-Correré el riesgo.

No digo nada, solo observo como rebusca en su armario y mete ropa en una mochila, un par de zapatillas, también el cargador de un celular y dinero, mucho más del que vi en toda mi vida.

-¿De dónde lo sacaste? -pregunto incrédula.

-Una vez alguien me dijo que tendría que estar preparado para huir.

Asiento y me pongo de pie. El me pasa la mochila y saca otra del armario, en la cual mete unos cuadernos, lápices, más ropa y otro par de zapatillas.

-¿Y qué paso con ese alguien? -Pregunto.

-Desapareció -se encoje de hombros -lo conocerás pronto.

-¿No te preocupa que se den cuenta que estuviste aquí?

-¿Por qué haces tantas preguntas?

-Porque quiero saber las respuestas ¿acaso ese no el concepto básico?

-Solo vámonos.

Ambos salimos por la ventana aterrizando en el césped. Tenemos que caminar hasta donde sea que esté viviendo, o escondiéndose, ya que no quiere decirme que le paso a su auto y yo no puedo buscar el mío.

-¿Me lo explicaras? -pregunto acomodándome la mochila que llevo al hombro, tuve que dejar la mía escondida en un arbusto, de todos modos no tenía nada más interesante que una linterna.

-¿Me gritaras?.

Miro a mi alrededor, la calle está tranquila, a excepción de un par de coches que pasan a toda velocidad. No es un lugar para ponerse a gritar, así que intentare controlarme. Vuelvo a mirarlo y digo.

OPUESTOS (editando)Where stories live. Discover now