Nadie piensa decirmelo

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Alrededor de una hora después estoy despidiendo a Zack en la puerta principal. Me da un corto beso y cierro la puerta delante de mí.

Acordamos que nos reuniríamos algunas tardes en la biblioteca para que me dé clases de matemática, así por lo menos intentaría aprobar. Solo falta corregir mi mal hábito de llegar tarde a todos lados.

Estoy comenzando a subir las escaleras cuando se abre la puerta principal y entra Alex.

-Recuérdame la razón por la que decidí darte una llave.

-Porque soy tu mejor amiga y siempre te quejabas de tener que bajar a abrirme la puerta -Dice subiendo detrás de mí.

Llegamos a la habitación y nos sentamos sobre la cama. Todo esto es tan familiar que me hace sentir bien de nuevo, con ella enfrente de mi contándome sobre lo que paso en la fiesta en cuanto me fui, hace que por un momento me olvide de toda la presión que sentía antes cuando estaba con Zack.

-Me cruce a Zack en la puerta. ¿Estuvo aquí toda la mañana? ¿Hablaste con el sobre lo que vimos?. -pregunta y la sensación desaparece. Aunque no del todo, puedo acostúmbrame, tengo que hacerlo.

-No. Por supuesto que no -digo casi en un grito, lo que hace que ella se aleje de mí y abra enormemente sus ojos. -Yo no soy quien para decírselo- Digo, esta vez en un tono más calmado.

-Tranquila. Solo fue una pregunta.

-Sí. Tienes razón. Lo siento, es solo que toda esta situación es tan... Estresante para mí. Estoy acostumbrada a hacer lo que siento sin tener que diferenciar lo que está bien de lo que está mal. Y tener que decidir entre decírselo o dejar que lo sigan engañando es algo con lo que no puedo. ¿Qué pasa si nunca se entera? O peor ¿Qué sucedería si se entera y después se da cuenta que yo lo sabía y nunca le die nada al respecto? -Ella me mira con comprensión y asiente lentamente mientras que yo estoy a punto de explotar. -No sé qué debo hacer y eso me está matando.

-Tranquila -posa su mano en mi hombro -Encontraremos una solución -Habla lento y tranquila. Como si eso fuera a solucionarlo todo.

<<Tranquilízate Gio>> Me digo a mi misma.

Asiento y me dejo caer completamente en la cama. No quiero pensar más en esto. Es casi increíble como mi vida cambio completamente en un mes. Así como si nada llega una persona a mi vida y le da un giro completo. No se cómo me siento al respecto pero no lo estoy disfrutando mucho.

-Podríamos hacérselo llegar -Dice Alex.

Me siento nuevamente en la cama y la miro. Mi ceño fruncido con confusión.

-A la información digo. O sea, no sé muy bien cómo. Pero podríamos hacer que se entere sin la necesidad de que tengas que decírselo.

Asiento lentamente no del todo convencida.

-No. No creo que sea buena idea. -digo.

-¿Por qué no?

-Porque no sé. Solo... Pienso que la que debe decírselo es su madre. Siento que si no se lo dice debe tener alguna buena razón.

-Querer tener el control sobre su hijo y no dejarlo respirar sin su anterior consentimiento no es una buena razón.

Sonrió sin poder evitarlo. Tal vez tenga razón.

Zack

Llego a mi casa y subo rápidamente las escaleras para poder encerrarme en mi habitación. No puedo dejar que mi madre me vea en este estado. Anoche en ningún momento le avise que salía lo cual para ella, sumado a la nueva ropa que uso y a las personas que ahora son mis amigos, me estoy volviendo lo que ella llama un "delincuente"

Para mi suerte cuando estoy terminando de subir veo su cabello asomarse. Es de un color marrón oscuro, toda mi vida sospeche que se lo tiñe, porque en diecisiete años nunca vi ni una sola cana. Siempre está perfectamente peinado en una raya al medio.

Está parada frente a la puerta de mi habitación con todo su peso sobre una pierna y sus brazos cruzados frente a su pecho. Rígida, como si fuera un agente de seguridad de algún lugar importante. Su barbilla levantada y su espalda completamente recta.

-¿Dónde estabas? -me suelta.

Respiro hondo para calmar mis ganas de gritarle y me paro frente a ella recostándome por la baranda de la escalera.

-En lo de Gio -No tiene caso mentirle. Necesito que se dé cuenta que no podrá controlarme toda su vida.

Sus ojos se vuelven enormes. Aprieta sus puños escondidos detrás de sus brazos y se para derecha. Inhala ruidosamente y se lo que me espera.

-¿Con quién? -Grita -¿Te estas volviendo loco? No conoces a esa chica. ¿Acaso no viste su forma de vestir? Esos... -Señala sus brazos -Esos tatuajes que lleva. Es una ¡Delincuente!

-¡Ay por favor mama! Tú no la conoces, no tiene derecho a decir nada sobre ella. Es mucho mejor persona que muchas. ¡Incluso que tú! Al menos ella me respeta -Grito y la corro del camino para poder entrar en mi habitación.

-¡Si no fuera por mí ni siquiera tendrías una familia! -chilla, automáticamente se tapa la boca con ambas manos y sale disparada a su habitación.

¿Qué demonios quiso decir con eso? Por supuesto que no. Ni siquiera hubiera nacido, se supone que es mi madre.

Esto se está volviendo un desastre. No creo poder soportar más gritos y más peleas.

Alguien golpea mi puerta y unos segundos después entra Denisse con una taza en sus manos. Se me hace imposible no sonreír con el gesto. Me recuerda a cuando era pequeño, alrededor de 7 años. Solía ser muy inquieto, corría por la casa con un caballo de juguete como si fuera un vaquero. Mi madre siempre se molestaba, me gritaba que tenía que ser un hombre, que correr no era lo correcto. Nunca me pego pero si me agarraba fuerte de los brazos hasta dejarme moretones, me encerraba en mi habitación y no paraba de llorar hasta que Den entraba con una taza de chocolate caliente y uno de sus libros. Me los dejaba arriba de mi escritorio y salía sin decir nada. Ella era solo tres años mayor que yo y sabía perfectamente que mi madre se molestaría con ella si se enteraba. Ese siempre fue nuestro secreto, y siempre lo será.

-Te traje algo -dice muy despacio, casi un susurro.

Me siento en la cama. Extiendo mis manos y ella me entrega la taza caliente, la tomo dejando que el vapor empañe mis gafas y el calor entibie mis manos.

-Sé que debería ser chocolate caliente, pero que estas algo grande para eso -dice con una sonrisa. Aunque se nota su tristeza.

-Gracias, es todavía mejor.

-Debes entenderla -Suspira como si estuviera cansada -ella siempre hizo todo lo posible para que podamos ser felices.

-Pues gracias a eso yo no lo soy. Estoy cansado de todas sus órdenes creyendo que puede manipular mi vida.

-Tiene una buena razón para hacerlo. Tiene miedo.

-¿Miedo de que? -pregunto.

Eso no tiene sentido. ¿De qué podría tener miedo?

-Ay muchas cosas que no sabes Zack. Solo ten en cuenta que todo lo hace porque te quiere. -dice.

Se pone de pie lentamente y se acerca a la puerta.

-Pues entonces dime -digo.

Estoy comenzando a enojarme con ella y no quiero, así que dejo la taza sobre la mesita de noche y me quedo mirando mis manos sobre mis piernas.

-No soy yo quien debe hacerlo. Deberías averiguarlo por ti mismo-Dice y sale de la habitación.

¿Para que vino aquí? ¿para decirme que hay algo que no puede decirme? eso es estúpido. Lo único que consiguió fue enojarme aun mas. Todo esto, mi familia, las peleas y ahora eso que no se y que nadie me dirá esta ardiendo dentro de mi de una manera que no consigo entender. Pero tiene razón, tengo que averiguarlo y no lo voy a lograr aquí sentado. ¿Pero que se supone que debo hacer? ¿por donde debo empezar? no tengo idea.

OPUESTOS (editando)Where stories live. Discover now