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-Pareces muy seguro. ¿De verdad crees que saldrá bien?
-Prefiero pensar que si. Date prisa y quítate el traje.
-Ya voy, ya voy- terminó de desvestirse y le pasó su traje y su máscara a su hermano. Él no creía que fuese a funcionar. Estaba convencido de que yo me daría cuenta de que habían echo el cambiazo.- Nos va a matar cuando se entere.
-Tengo que recuperarla Nico. Sé que desde que la conocimos las cosas han estado tensas entre nosotros. Me gustaría que volviésemos a estar como antes.
-Y a mí, pero las cosas ya no son como eran antes.
-Lo sé.
Terminaron de cambiarse y se dirigieron al salón.
Primero entró Javier (en realidad Nico) y fue a sentarse junto a sus padres y tras él apareció Nico (que era Javier).
-Por fin. Creí que tendría que llamar al equipo de rescate.
-Perdona. Me entretuve- le miré fijamente y al darse cuenta se llevó las manos a la cara por si llevaba puesta la máscara. Hubo un momento en el que me pareció oír un suspiro de alivio. ¿Así que se trataba de eso? ¿Estaban intentando tomarme el pelo? Les iba a matar. Si pretendían jugar conmigo, dejaría que se lo creyesen durante un rato.
Llegamos a la mesa y nos sentamos junto con los demás a esperar a que empezasen a servir la cena.
Fue bastante entretenido aun sabiendo que Javier estaba sentado a mi lado. Hablé con él como si en realidad fuese Nico.
Tras el segundo plato, Raúl no lo soportó más y se levantó para acercarse hasta mí y agacharse a mi lado.
-¿Y ahora que hago?
-No sé que decirte. La única razón por la que aun puede dudar es por ti. ¿Quién mejor que tú para animarla a seguir adelante con él si es lo que ella quiere?
-Pero no es lo que quiero yo.
-No puedes retenerla por egoísmo o por lo que pasó en el pasado con Santi.
-Ya sé que no. ¿Me aconsejas que deje que salga libremente con él?
-Si para ti no es más que una amiga, entonces si, pero como es evidente que hay algo más, deberías hacer algo al respecto.
-De acuerdo- y volvió a su sitio, aunque al poco rato de estar allí volvió a ponerse de los nervios al ver como Olga y Santi se reían, se miraban y sobretodo porque Santi no le soltó la mano en ningún momento.
Por supuesto, Olga no se dio cuenta de nada. Parece mentira lo inconscientes que somos a veces. Contra más deseamos algo, menos lo vemos.
Sin embargo en Olga influía algo más. Santi estaba empezando a gustarle de verdad y no sabía si era por como era con ella o porque había empezado a hablarle de sentimientos o tal vez era que se estaba esforzando más de la cuenta en olvidar a Raúl.
La observé durante un rato hasta que ella me devolvió la mirada y me sonrió. Estaba realmente preciosa. Todos lo estaban.
Tras el postre nos fuimos poniendo en pie para dirigirnos a la sala principal, donde iba a empezar el baile.
Mi pareja me cogió de la mano y me sacó a la pista.
Los demás nos imitaron y empezó a sonar la música. Me rodeó la cintura con sus manos que me produjeron un escalofrío por todo el cuerpo. Aquello era la prueba definitiva de que quien bailaba conmigo era Javier.
-Salgamos fuera. Solo un momento.
-De acuerdo- le seguí hasta el jardín y me senté en un banco de piedra a esperar a que hablase.
-Quiero decirte, pedirte algo y quiero que me escuches y te quedes ahí sentada hasta que termine.
-Vale- empezaría a escuchar y según lo que me dijese, me iría.
-Quiero que hablemos de Javier.
-No quiero saber nada de él. No insistas.
-Deberías hablar con él antes de tomar una decisión tan definitiva.
-Yo no lo creo. Estoy muy dolida.
-Por favor- se arrodilló frente a mí cogiéndome de las manos.
Seguidamente se quitó la máscara para que viese que no era Nico.
-Oh, vaya. Eres tú.- dije poniendo los ojos en blanco.
-¿Cuándo te diste cuenta?
-Antes de la cena. Cuando volviste del lavabo.
-Perdona. No sabía que otra cosa hacer para poder hablar contigo sin que salieses huyendo.
-No creas que no lo estoy deseando. ¿Qué es lo que quieres?
-Quiero contarte la verdad. No pasó nada entre Claudia y yo. Fue todo invención suya. Salí con los chicos, bebimos y me la encontré en el bar. Se ofreció a llevarme a casa. No recuerdo mucho. Sé que fuimos a su casa a dejar algo y me quedé dormido en el sofá mientras la esperaba.
-¿Entonces no os acostasteis?
-No. Me engañó.
-¿Por qué hizo algo así?
-No lo sé. Lo único que sé con seguridad es que te quiero y que lo prometido es deuda- puso la mano dentro de uno de los bolsillos de su chaqueta, sacó una bonita cajita y la abrió. Me cubrí la boca con las manos. Era lo más hermoso que nadie me había regalado nunca.
-Esto es…
-El anillo que te prometí. Cariño- le miré a los ojos.- Sé que es pronto aun y que todavía nos queda mucho que vivir y conocernos más, pero ¿quieres casarte conmigo?
Apenas podía contener la emoción mientras asentía y Javier me ponía el anillo en el dedo.
No pensé en nada. Ni en lo que pudiesen decir nuestros padres ni el hecho de que Tony no hubiese aparecido, aunque me extrañaba.
Solo podía pensar en lo feliz que era.

No hay dos...¡Sin tres! (Serie Love 04) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora