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A medida que pasaba la tarde, el ambiente ya no estaba tan tenso.
No quería ir a ningún sitio sin haber hablado con ellos uno a uno y saber que les pasaba.
Luis y Dani estaban preocupados por el baile.
Después de que Olga decidiese ir con otro no hacía más que augmentar su preocupación, sobretodo porque tanto Isa como Lidia estaban más distantes con ellos. ¿Y si ellas decidían hacer lo mismo que Olga?
Me explicaron que habían tenido una conversación con Sebastián y lo que él les había dicho. Estaba de acuerdo.
Raúl fue algo más complicado. El problema es que dudaba que fuese consciente de lo enamorado que estaba de Olga. Saber que había otro no facilitaba nada las cosas. Suerte que aun no sabía de quien se trataba.
-Ella parece muy feliz.
-Pero tú no lo eres y sinceramente pienso que ella tampoco. La felicidad no es algo tan fácil de conseguir.
-Te pido perdón.
-¿Tú a mí? ¿Por qué?- aunque sabía el motivo.
-Cuando me llamaste…
-No importa- no quería que continuará. No deseaba recordarlo porque había cosas mucho más importantes que eso.
Tras hablar con ellos, les tocó el turno a las chicas.
Lidia e Isa estaban bastante confundidas también.
El echo de que Olga fuese al baile con Santi y el modo en el que se comportaba Raúl les daba que pensar.
¿Por qué Luis y Dani no expresaban sus sentimientos del mismo modo?
-Lo cierto Isa es que de ti no me sorprende porque siempre he pensado que Luis era más que un amigo para ti, pero si que me sorprende en ti Lidia. Siempre dices que estás harta de que Dani esté continuamente sobre ti proclamando a los cuatro vientos lo que siente y ahora que no te hace caso, ¿te quejas?
-Dios mío… es cierto.- se levantó y se acercó a la ventana para mirar hacia fuera. Los chicos estaban ahí, hablando. Miró a Dani atentamente. ¿Acaso estaba empezando a sentir algo por él?
-¿Y tú que?- miré a Olga.
-Yo sigo tan tonta como siempre. ¿Por qué me sale todo mal?
-Las personas nos equivocamos a veces cielo.
-¿Por qué se sufre por amor? ¿Por qué no podemos ser felices sin sufrir?
-De este modo valoramos más las cosas. Es triste pensar que sin sufrimiento no hay amor pero es así. Una cosa a cambio de otra.
De este modo, todos terminaron perdonándome. Ahora solo tenía que hablar con Clara y Sebastián.
Decidí llamarles. Sebastián fue quien me contestó. Clara no se encontraba bien.
-¿Te parece bien si vengo a veros?
-Seguro que eso la pone contenta.
-Entonces no tardo nada- al subirme al coche para ponerlo en marcha oí unas voces que venían de no muy lejos. Unas voces que conocía muy bien. Me sabía mal por Nico, pero pisé a fondo el acelerador.
Llegué a casa de Clara y Sebastián en un tiempo récord.
Me bajé del jeep y me acerqué a la puerta de entrada para llamar al timbre. Sebastián no tardó en abrirme.
-Me alegra verte- dijo tras abrazarme y darme un beso.- Pasa. Está en la cama.
-¿Qué le pasa?
-Parece ser que es una de esas gripes estomacales. Tiene que beber mucho líquido.
-¿Puedo verla?
-Claro. Voy a preparar un poco de te.
Crucé el pasillo y entré silenciosamente en la habitación mientras recordaba mi primera vez en aquella casa.
Apenas hacía un día que conocía a Javier y Lidia me invitó a pasar el verano con la pandilla en la playa. Tuve que escribirle una carta y pedirle a Clara que se la entregase por mí.
La habitación olía a vómito pero yo seguí acercándome a ella y me senté en la cama. Clara abrió los ojos y me sonrió.
-Estás horrible- en realidad estaba preocupada.
-Tú tampoco estás como para tirar cohetes.- estaba pálida y tenía los ojos tristes y cansados.
-Estoy muy enfadada contigo.
-Lo sé.
-¿Cómo pudiste marcharte como si nada y dejarnos aquí?
-Lo siento- ¿Qué otra cosa podía decir? Ella tenía razón.- Ahora no es el mejor para que te metas conmigo. Debes descansar.
-Quédate esta noche. Sebastián tiene clase y no quiero que falte.
Además, es capaz de pedirle a mi madre, o peor aun,- dijo horrorizada- a la suya para que venga a cuidarme.
-Me quedaré.
-Bien, porque hay muchas cosas de las que tenemos que hablar.
Se incorporó de golpe y devolvió posiblemente lo único que había podido comer.
Los amigos debemos estar cuando se nos necesita.
Yo había cometido un error. No estar a su lado cuando era necesario pero corregiría ese error y si tenía que sujetarle el pelo mientras devolvía, lo haría.

No hay dos...¡Sin tres! (Serie Love 04) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora