Capitulo 13

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Penny fue la que me arrastró al salón para dejar de ver, pero yo quería seguir contemplando. Porque ambos se veían tan felices, tanto que no parecían ellos mismos. Después de ese instante y toparme con mi asiento, mientras ella se aproximaba al suyo y se sentaba con orgullo.

Me causaba gracia la sensación que producía la situación, porque no todo era dolor. Sentí que alguien me daba una palmada en la espalda y que me hubiera sacado algo del cuerpo. Quise reírme y luego llorar dejándome caer en el piso, luego respirar hondo y quedarme sola.

La chica al finalizar la clase se volteó y trato de consolarme innecesariamente criticándolos y diciéndome que merecía a alguien mejor.

-No enserio, la verdad no importa- Dije molesta –A nadie, a absolutamente nadie le importa aun así lo esté mirando en frente, y que hiciera como si fuera un maldito estorbo-

-April, en serio lo siento- La chica a pesar de mi mal genio se acercó y me abrazó, le correspondí abrasándola también pero sin las mismas ganas de transmitir un sentimiento vital.

Llegó el profesor de inglés y me convertí en un zombie de nuevo plantando mis ojos al tablero y a las lecciones que dictaba.

Cuando salimos todos, Lang esperaba con Austin en la puerta. Anna y Penny decidieron esperarme ya que yo no tenía mucho afán en abandonar el salón.

Salimos y vi a los dos tortolos alejándose abrazados. Sin darme cuenta Lang estaba al lado de nosotras uniéndose al clan como si ya hubiera sido parte. Las chicas me saludaron y yo solo lo miré como si fuera alguien cualquiera.

-Hola April, que gusto verte- Murmuró burlándose de mi aspecto, luego lo miré perspicaz. Ver el rostro de Lang me subía el ánimo hasta el cielo porque no me tomaba como algo importante, sino como algo más.

-Lo mismo digo- Respondí con la misma reacción, disminuyendo la presión que tenía en el cuerpo diciéndome Ya pasó, Ya pasó

Nos ubicamos en la hilera desordenada de la ruta de Anna como todas las tardes, y lo único autentico que había sucedido fue que era la primera vez en la que Lang no buscaba principalmente a Amie.

Solo yo y un par de chicas hablando o comentando sobre las clases, e incluso Lang no abrió la boca sino lo único que hizo fue reírse y comentar cosas estúpidas. Necesitaba todo eso, mi maldita cabeza no soportaba el ruido de mi memoria y necesitaba hasta la más estúpida distracción.

Afortunadamente, no vi a Austin a la salida, ni siquiera tomé la molestia de buscarlo en el campo. Y esa tarde de vuelta a casa el puesto de atrás era completamente mío.

No pensé nada, no sentí nada que era la mejor parte. Era algo que no podía soportar, pero la presencia de Lang me recordaba lo estúpido que se veía mi problema.

Llegué a mi casa y me desnudé como siempre. Dure mucho tiempo en la ducha con los ojos cerrados dejándome el shampoo en el cabello sin enjuagármelo un rato.

Me encerré en mi habitación con una botella de agua y solté la toalla, bajé las persianas y me moldeé la silueta con las manos y las puse en la cintura.

Suspiré y miré a mí alrededor, y la luz se fundió en un tono naranja cubriendo todo mi cuarto. Lo que hizo sentirme acobijada en un capullo cálido que me alejaba de las personas. Miré mis pies y moví mis dedos, me subí a la balanza y enterré mis ojos en el número.

Sin darme cuenta mi corazón reaccionó más rápido que mi cabeza ante el resultado de mi peso corporal. Después de un mes mis brazos, mi papada y mi mirada habían cambiado gracias a no darle importancia. Bajé cinco kilos y también lo note por los pocos crujidos de mi cama cuando me acostaba en ella.

Entonces, me acordé de que mamá iba a tener una cirugía el viernes, de que papá trataba de hablarme para que me pintara mi guitarra y yo no le ponía atención, que mi abuela con caerse de las escaleras podía quedar coja y ni le ayudaba a alzar un cubierto, que mi cara no podía verse peor.

Sentí que alguien me hubiera dado una bofetada en el rostro devolviéndome a la vida real, y empecé a sentir hambre otra vez pero lo consideraba una sensación extraña e innecesaria.

Luego de eso pensé que había mejores cosas que estar detrás de una relación que me hacía sufrir estúpidamente.

El tiempo necesario para crecer.Where stories live. Discover now