Capitulo 11

3 0 0
                                    

Después de ese fin de semana perezoso, mis ojos volvieron a enfrentar lo mismo de todos los días. Aunque se hubiera vuelto un hábito, aun dolía y eso era lo peor de todo. Mientras unas personas me decían una cosa otras volvían a darle una vuelta a la historia tratando de hacerme sentir mejor, y al final seguía igual.

Un par de descansos atrás, habíamos Anna y yo almorzado con Lang, que siempre llegaba tarde al almuerzo. A veces parecía peor que yo, no emocionalmente, sino que a pesar de su sonrisa y sus buenos pelos siempre estaba exactamente igual.

Eso me irritaba mucho, aunque sabía que necesitaba saber la razón de porque era así

Al parecer siempre estaba feliz, y era estúpido preguntárselo. Siempre llegaba a escupirle mis problemas que no le importan y mantenía su sonrisa firme, atreves de cualquier cosa que le dijera. En su mente todo era más fácil, sin hacer cuestiones secundarias para tomar una decisión. Y si está mal, lo enfrenta y lo acepta.

Siempre me dice que no agrande más los problemas, que ese era un defecto que había en mi personalidad. Que la verdad, no era nada grave.

Me gustaba que lo dijera, aun así lo interpretara como un problema cualquiera. Intentaba repetírmelo en cuanto saliéramos todos de la casa y siguiéramos con nuestro recreo.

Por otro lado, Penny seguía lamentándolo cuando me veía con las lágrimas en los ojos a punto de deslizarse. Me decía que los ignorara, y que el karma iba a hacer los suyo.

-Pero el karma de Dios, ¿No?- Me dijo ese martes por la tarde, a penas salíamos del restaurante con un vaso pequeño de gelatina en la mano, mientras Anna salía con Paul a nuestro lado.

Todos íbamos directo a las canchas, aunque a Penny no le agradara mucho la idea.

Sin embargo, todos necesitábamos hacerlo.

Anna debía buscar al maestro de deporte, para entregarle el informe para pasar a noveno. Paul, quería vender kisses a las personas que conocía en la zona. Y yo, quería descansar de todo.

Penny encontró a Drew y a Mitch aburridos pateando un balón, ella se aproximó corriendo hacia ellos. Anna me dijo que la esperara mientras ella le entregaba el informe al maestro que estaba al frente de la cancha de baloncesto con los brazos cruzados.

Observé de nuevo los tronquitos donde nos habíamos sentado antes con Austin, Ross y Julie. Cuando empecé a recordar, imagine a Amie ahí sentada observando sus ojos mientras yo recostaba mi cabeza en su hombro, mirándolos fijamente 

Entre los dos árboles había una banca hecha con un tronco largo donde podían sentarse más de cinco personas. Ahí estaban Deuce, Raymond y Albert.

Deuce me llamaba desde lejos para sentarme a su lado. Era un chico alto, moreno de cabello y de labios gruesos que hacían su sonrisa más prominente y exagerada.

Venía de la misma academia de Anna y Mitch, y también iba para promoción anticipada. Empezamos a hablar dos semanas atrás, para saber lo que le pasaba con Penny y porque se habían distanciado tanto.

Después de un montón de picos detrás de los árboles de las canchas, para ella nada volvía a ser igual. Pero eran besitos tiernos, de los que a ella le gustaban, ni más ni menos. Pero el miedo la envolvió en incertidumbre, haciéndola alejarse repentinamente de él.

-¿Cómo estas con Austin? ¿Ya has hablado con Amie de cómo te sientes?- Me preguntó mientras yo me sentaba en la banca, busqué rápido a Penny en el campo y estaba demasiado distraída como para hacerla notar y cambiar de tema.

-No, a nadie le importa- Dije molesta, Deuce me miró con confusión e impresión.

-Pero por supuesto que a mí me importa- Exclamó pareciéndole el colmo que dijera algo así.

-A ti todo te importa, absolutamente todo según tú-

-La mayoría de cosas- Dijo tratando de insinuar algo.

-Incluyendo a Penny- Le dije a Deuce mientras me burlaba.

El suspiro y me golpeó en el brazo mientras yo me seguía burlando.

-¿Y qué ha pasado con ella?- Pregunté conteniendo la seriedad.

Los ojos de Deuce producían inseguridad y daba la impresión de que estaba pensando en darte un golpe.

-Nada, esto es una locura- Lamentó entre suspiros, llevando su mirada hacia sus zapatos –Me elimino de Facebook, cuando esta con Phil intento hablarle pero se esfuma de inmediato, ya no sé qué hacer-

-Deuce, Penny te quiere aun-

-¿Entonces porque se alejó?-

-Tiene miedo de todo, ella aún se considera una niña-

-Y eso es lo que más me gusta de ella- Dijo con tono acogedor, y no se dirigía a nadie en específico –Su dulzura, su risa, su inocencia, como alguien no puede enamorarse de ella?-

-Entonces estás enamorado- Dije considerándolo como una buena noticia.

-Pero por supuesto que sí

-¿Y ella lo sabe?- Le pregunté

-Creo que sí, todo el mundo se daba cuenta de lo que sentía y como reaccionaba después del beso, porque fue mágico.

-Entiendo, Penny es maravillosa- Después de ello, Deuce solo asintió con lastima.

-¿Actuaras?- Dijo cambiando el tema, buscando mi mirada perdida en los jugadores.

-Estoy considerando no hacerlo- Dije con molestia, tratando de borrar esa imagen de mi cabeza.

-¿Por qué dices eso?-

-No quiero estar expuesta a los ojos de los demás, que observen mis equivocaciones todo el tiempo-

-Pero deberías hacerlo, al menos, por una buena nota- Dijo dándome opciones.

-Es por eso que no lo he considerado del todo, necesito un diez en español y es para un desempeño completito- Exclamé confundida.

-Exacto, entonces adelante- Propuso con ganas de verme actuar -¿Y entonces qué harías?-

-La profesora me dijo que hiciera un monologo sobre mi personaje-

-¿Y de qué trata?-

-De una ninfa de las aguas que perdió a su amante y a su primogénito, luego buscándolos su cuerpo cobró una maldición- Dije llevando mi cabeza a la nuca.

-Es perfecto para ti- Dijo burlándose.

-¿Por qué?- Dije indignada.

-Porque lo has perdido todo-

-Eso parece- Coincidí

Cuando sonó la campana, Anna se acercó a mí y a Deuce, que la saludó con un gesto. Fuimos los tres aproximándonos lentamente hacia los salones de clase.

-¿Pasaste?- pregunté emocionada

-Aun no lo sé, solo me hizo la sustentación-

-¿Cuándo te dará los resultados?- Pregunté con menos interés.

-Pronto- Dijo esbozando una sonrisa.

Yo quería estar en cualquier otro lugar en ese preciso momento de dulzura y dolor, un veneno para mi alma. Suspiré y entre al salón, sabiendo que debía desde ese momento luchar contra mis propios pensamientos hasta volver a cerrar mis ojos en la almohada y el frio de la noche.

El tiempo necesario para crecer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora