Pareja De Vencedores.

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-¡Damas y caballeros les presento al ganador de los 75° Juegos Del Hambre. Peeta Mellark!

"Esto no es posible" pienso al momento que mis nudillos se vuelven blancos de tanto aferrarme a la mesa.

"Es verdad estúpida, él ha ganado" me reprime mi subconsciente.

-Él ha ganado ―digo en un susurro para comprobar que todo es real y no un absurdo sueño-. ¡Él ha ganado! -repito ahora más fuerte mientras una gran sonrisa se dibuja en mi rostro.

Lágrimas de felicidad corren por mi rostro al ver que todo ha terminado y él sigue con vida, que ya no hay nada más de qué preocuparnos que esperar a que recupere, sobrevivir a las entrevistas finales y volver a distrito para poder permanecer tranquilos por un tiempo, por lo menos hasta que sea la gira de la victoria y lo que conlleva, pero por el momento no hay que preocuparnos por ello, ya idearemos algo después.

―Creo que ya habrán llevado al chico al hospital, ¿Quieres ir a verlo preciosa? -Pregunta Haymitch igual de contento que yo. Creo que su esperanza en los tributos ha aumentado considerablemente al haber logrado llevar con vida a dos tributos durante años consecutivos.

Asiento entusiasmada, incapaz de formular una oración coherente debido a la emoción del momento.

Al salir del área de mentores hay varios Capitolinos que lograron burlar la seguridad del centro de tributos o pagaron una cuantiosa suma de dinero para estar aquí, puesto que se encuentran en todos los pasillos y tratan de acercarse a preguntar cosas sin sentido, pero no dejo que eso sea impedimento para mi felicidad por lo que los ignoro profesionalmente y nos apresuramos a llegar al ascensor.

Por suerte en el piso subterráneo en donde se encuentra el hospital, está completamente vacío, lo que agradezco demasiado.

Cuando estoy por llegar a la habitación en donde tienen a Peeta, Effie ya se encuentra fuera esperándolos. Trato de ignorarla para entrar a la habitación lo más pronto posible, pero en cuanto lo intento me toma del brazo y dice.

-Katniss, ¿Qué haces aquí?, deberías estar con Cinna y ti equipo de preparación. Caesar quiere una entrevista contigo lo más pronto posible. Anda sube y...

―No -la interrumpo y la mirada que me lanza es digna de respeto por lo que me apresuro a decir-. Por favor, necesito verlo, aunque sea solo hoy. Mañana haré todas las entrevistas que quieras, pero déjame entrar -suplico.

Me lanza una mirada compasiva, esa que si no estuviera tan desesperada por deshacerme de ella le hubiera respondido con una mirada más dura, pero no puedo permitirme actuar de esa manera sin arrepentirme de las consecuencias.

Suelta poco a poco su agarre hasta que me libera por completo y no dudo ni un segundo en tomar el picaporte de la puerta y girarlo hasta que esta cede abriéndose, dejándome libre el paso.

En cuanto entro al lugar me ciega lo blanco de la habitación, lo único que resalta es una mata de cabello rubio y mi atención se dirige al dueño de dicho cabello.

Me aproximo a la camilla hasta quedar a un par de pasos de Peeta, quien permanece inconsciente.
Cuando lo hago Me percato de los estragos que Los juegos han causado en su cuerpo. Ha adelgazado
demasiado, haciéndolo lucir como si hubiera crecido en la veta; Las grandes ojeras debido a las malas noches de sueño, las cuales estoy segura que permanecerán ahí por el resto de su vida; Los cortes en su rostro que ni siquiera llegaran a ser cicatrices ya que los del Capitolio se encargarán de ello.

Lentamente acerco mi mano a la suya, esperando a que en cualquier momento despierte y pueda agradecerle por haber cumplido su promesa. Pasan los minutos y con ellos las horas hasta que el sueño
me vence y caigo dormida con su fría mano entre las mías.

Grandes Sacrificios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora