El Deber De Una Vencedora.

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"―Bienvenida al mundo de los vencedores chica en Llamas-―murmura en mi oído.

No puedo evitar que una lágrima traicionera salga de mis ojos al escuchar su voz contra mi oído."

Siento como me asfixio debido al peso del hombre por lo cual me remuevo para tratar de que deje de aplastarme, pero es en vano ya que no logro que se mueva ni un centímetro, por lo cual no me queda más remedio que permanecer inmóvil observando un punto inexistente en el techo, esperando que pronto termine todo esto.

No es hasta unos minutos después que el hombre se aleja de mi, cosa que aprovecho para por fin tomar una gran bocanada de aire sin despegar mi mirada del techo.

Lo escucho caminar por la habitación, pero no me atrevo a verlo, hasta que se encuentra a escasos centímetros de mi rostro e intenta depositar un beso en mi boca, pero yo volteo mi rostro, haciendo que bese mi mejilla.

―Fue un honor ser tu primer cliente, Chica En Llamas― dice para luego dejar algo sobre mi abdomen y salir de la habitación.

Apenas cierra la puerta un par de agentes de la paz entran a la habitación y me obligan a tomarme una copa de un liquido de color rosa, sabe horrible por lo cual aparto mis labios De la copa.

Lo cual es mala idea ya que uno de ellos me toma fuertemente de las mejillas, haciendo que abra la boca mientras que el otro obliga a beber de la copa sin separarla de mis labios hasta que se aseguran que bebí todo el contenido.

―Deberías estar agradecida de que estamos dando esto maldita Zorra, eso sirve para evitar que termines embarazada, ya que lo que menos quiere el señor presidente es que la más reciente vencedora termine embarazada de un hijo bastardo del Capitolio― dice el que me hizo tomar de la copa mientras me obligan a levantarme de la cama.

Al intentar ponerme de pie siento un gran dolor en mis piernas, especialmente en mi intimidad, lo cual hace que no pueda estar más de unos segundos de pie, haciendo que caiga al suelo sobre mis rodillas.

Los agentes no dicen nada, solo me arrojan una sábana para que cubra mi desnudez, me levantan bruscamente y me llevan al automóvil que me esta esperando en la entrada del edificio.

Durante todo el trayecto no puedo pensar nada más que en el ardor que siento entre mis piernas y en llegar pronto a donde sea que me vayan a llevar para que pase la noche y así poder darme una ducha para quitar todo rastro de aquel hombre de mi cuerpo.

No presto atención a nada hasta que llegamos a nuestro destino y me llevan hasta el ultimo piso, en donde me arrojan apenas se abren las puertas del ascensor para luego retirarse.

Por primera vez en la noche me permito llorar. Lloro por lo ocurrido apenas una hora. Lloro porque sé que esto es apenas el comienzo de algo que nunca terminará. Lloro Porque me siento asqueada de mi misma por haberme rebajado a esto.

Cuando el llanto cesa como puedo me pongo de pie, Apoyándome en los muebles para evitar caer y comienzo mi travesía hasta el baño.

Pulso los botones para ajustar el agua en lo más caliente que se puede y me meto bajo el chorro de agua hirviendo, mi piel comienza a arder debido al contacto con el agua caliente, duele como un demonio pero es lo que necesito para dejar de sentir las manos de aquel hombre sobre mi cuerpo.

Limpio la ligera linea de sangre mezclada con semen que escurre por mis piernas, lo cual que los recuerdos de lo ocurrido lleguen a mi mente y sienta la inmensa necesidad de deshacerme de ellos, por lo cual el agua caliente ya no sirve para ello.

Comienzo a tallar mi cuerpo con jabón para eliminar cualquier aroma de mi cuerpo, el aliento alcohólico del hombre, su saliva, sus besos, sus caricias, todo.

Grandes Sacrificios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora