Los Juegos.

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Pov. Peeta.

Cualquiera pensaría que el salir cosechado para ir a los Juegos del hambre es un golpe de mala suerte, puesto que nunca sabes si volverás a ver a tus seres queridos de nuevo, saldrás con vida de aquella arena, cómo será tu muerte, etc.

Pero yo no lo veo así puesto que el salir cosechado me sirvió como una oportunidad para poder seguir al lado de Katniss mientras ella estuviera en el Capitolio, hacerle ver que no está sola, que no la juzgo por lo que es obligada a hacer como lo he hecho durante las últimas semanas.

Aunque mis planes no salieron cómo esperaba puesto que durante toda la semana de previa a los juegos casi no la veo, a excepción del desayuno, pero aun así eso no sirve de mucho puesto que se la pasa todo el rato callada, encogida en su lugar, evitando la mirada de los demás.

Tampoco es como que todos hagamos intento de hablar con ella, al parecer todos en la mesa saben el porqué de su ausencia a la hora de la cena y no quieren hacerla hablar sobre ello.

Pero la mañana previa a las entrevistas es diferente puesto que no se presenta a la hora del desayuno, nadie dice nada, pero puedo notar como de vez en cuando dan un vistazo preocupados al lugar de Katniss.

Al terminar el desayuno estoy dispuesto a ir a buscarla, pero antes de que lo haga Haymitch me detiene.

― Chico, ¿Qué eres capaz de hacer por la Preciosa?

Su pregunta me toma por sorpresa, puesto que la respuesta es simple: lo que sea, pero no entiendo porque me pregunta eso.

― ¿A qué te refieres?— pregunto confundido.

―Chico si no me quieres responder no hay problema, pero no estoy ciego y se nota a Kilómetros de distancia que estás enamorado de la preciosa, lo cual es algo que podemos usar a nuestro favor, puesto que es obvio que estas enterado de lo que la están obligando a hacer y sinceramente no creo que eso acabe pronto, sé que quieres ayudarla en todo lo posible, así que créeme cuando te digo que lo único que puede ayudarla en estos momentos es que los del Capitolio se centren en algo más de ella que no sea que el usarla solo para satisfacer sus malditos y reprimidos deseos sexuales— Dice antes de retirarse y dejarme solo.

Pienso en sus palabras, analizándolas, hasta que por fin entiendo qué es lo que quiere que haga.

Es cierto, los del Capitolio siempre están buscando algo con qué entretenerse y desgraciadamente Katniss es su actual entretenimiento y desgraciadamente eso seguirá de igual manera hasta que llegue otro vencedor que logre abarcar tanto su atención para que dejen de prestarle atención, pero cuándo será eso, no tengo idea por lo cual no queda más opción que seguir haciendo que se interesen en ella pero de otra manera.

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Esta noche durante las entrevistas estoy más que decidido a llevar acabo mi plan, luego de ver hace unas horas cómo estaba Katniss luego de su noche anterior y comprender por qué no se presentó a desayunar.

Verla llena de golpes hizo que mi ira hacía el Capitolio no hiciera nada más que aumentar y con ello mi propósito de ayudarla.

Así que cuando llega mi turno de mi entrevista con Caesar no dudo ni un segundo en declarar mi amor hacía Katniss frente a todo el país.

Cuando lo hago veo uno de mis propósitos cumplido puesto que se crea un gran revuelo en el lugar, todos gritando incoherencias e incluso tratando de llegar hasta donde está sentada Katniss y preguntarle qué piensa al respecto puesto que en su rostro se muestra la sorpresa ante lo que acabo de decir, justo lo que quería lograr.

Desde el escenario puedo ver como Haymitch ríe y le susurra algo a lo cual ella se voltea molesta a lo cual el solo ríe más y levanta su vaso a modo de brindis, por lo cual ella aún molesta oculta su rostro todo lo que resta del rato.

Grandes Sacrificios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora