Función Como Mentora.

924 94 6
                                    

Una vez que Peeta es llevado por su equipo de preparación para dirigirse a la arena, mi equipo de preparación no tarda en hacer acto de presencia y me visten con una blusa azul de gruesos tirantes y ligero vuelo al final, junto a un pantalón negro y unos tacones negros, agradezco que no sea un vestido, aunque tampoco es lo que hubiera usado si hubiera tenido la libertad de escoger, pero no puedo quejarme, puesto que es la ropa más decente y discreta que me han hecho usar en los últimos meses, lo cual tomo como buena señal de que el día de hoy no tendré que acostarme con nadie.

Al estar lista me dirijo al centro de reunión de los mentores durante los juegos, en donde Haymitch ya se encuentra esperándome.

― ¿Te despediste del chico como es debido?-. Pregunta divertido.

-No es de tu incumbencia lo que haya hecho, lo cual es todo menos lo que está cruzando por tu mente, así que cállate y explícame qué es lo que debo saber-. Le respondo serena, indiferente a su intento de irritarme.

―Sí, creo que debido a tu estado de ánimo no ocurrió nada interesante-. Responde insistiendo a su intento por molestarme y esta vez solo me limito a lanzarle una mirada asesina para que me deje en paz.

Al ver logrado su cometido una sonrisa socarrona se dibuja en su rostro antes de continuar.

-Bueno preciosa lo primero que debes saber sobre el "maravilloso" trabajo de los mentores durante los juegos, es que como es obvio tenemos que ayudar a nuestros tributos en la arena, no es tan fácil como parece puesto que detrás de estas puestas se encuentra todo lo que necesitamos para lograrlo, las cuales no se abren hasta que falta exactamente una hora antes de los juegos- Dice señalando las puertas que se encuentran alrededor del lugar, todas con el número y el escudo de cada distrito y una pequeña pantalla en rojo al lado de cada una-. No puedes entrar a la puerta que no corresponde a tu distrito a menos de que los tributos hagan alguna alianza, de otra manera no esperes que la puerta se vaya abrir para ti. Ven ya es hora de que entremos-. Dice viendo su reloj para liego llevarme a la puerta de nuestro distrito y colocar su pulgar en la ahora pantalla que cambió a color verde.

Me obliga a hacer lo mismo y apenas lo hago la puerta frente a nosotros se abre, dejándonos entrar a otra habitación un poco más pequeña.

Dentro hay una gran pantalla que abarca toda la pared y frente a ella un alargado tablero que se enciende una vez que entramos, dejando ver varios botones táctiles. También hay dos pequeñas pantallas portátiles frente a dos sillas, ubicadas frente al tablero.

A un lado de todo aquello se encuentran una cama individual, al igual que un sillón y junto a ello una puerta, la cual quiero suponer es un baño.

― ¿Y cómo diablos se usan todas esas cosas?- pregunto señalando todos los dispositivos electrónicos, demostrando mi ignorancia a todo lo relacionado con inventos tecnológicos del Capitolio.

― ¿Mucha tecnología para ti, preciosa?-. Dice reprimido una carcajada.

-Sí, perdona mi ignorancia pero en el distrito lo más avanzado a tecnología son los proyectores que hay en todos lados para ver los programas obligatorios del Capitolio-. Respondo a la defensiva.

-De hecho no, en tu casa y en la mía hay una pantalla como esas pequeñas guardadas en el sótano, que no la hayas encontrado no es mi problema, pero bueno, volviendo a la explicación, en la pantalla más grande es donde ves a los tributos del distrito en la arena, con el tablero puedes elegir qué imagen es la que quieres ver, si la que se está transmitiendo en todo el país, una imagen aérea de la arena o la del tributo femenino o Masculino, aunque en esta ocasión la del tributo femenino estará bloqueada, como ocurre cuando un tributo muere, las pantallas más pequeñas son una para cada uno de nosotros, están programadas para que nadie más las utilice para evitar sabotajes, puesto que con ellas es con las que se pueden ver los artículos disponibles para enviar a la arena, su costo, y administrar el dinero que depositen los patrocinadores.

Mientras haya un tributo del distrito con vida no podemos dejar la habitación hasta que muera, por ello de la cama, el sofá y el baño. Las únicas veces que puedes hacerlo es, cuando Effie venga a decir que hay patrocinadores con los cuales uno de nosotros debe reunirse; cuando haya alguna alianza y vayas a ir a reunirte con los mentores de otro distrito; o cuando tengas que ir a hacer alguna "Reunión obligatoria", de otra manera no esperes poder salir de aquí, porque ni siquiera puedes salir a comer a otro lugar, puesto que en cada comida envían a un Avox a traernos algo para comer-. Me explica y tal y como dijo, no es tan fácil como parece.

Ahora entiendo porque no se molesta en ayudar a los tributos que no tienen ni la más mínima posibilidad de sobrevivir, todo con tal de no permanecer aquí encerrado.

La pantalla más grande no tarda en encenderse para dar una primera imagen de las plataformas de los tributos, aunque aún no aparece ninguno de ellos puesto que aún faltan 10 minutos para que comience la cuenta regresiva. Aprovecho esto para cambiar de cámara y poder dar un vistazo a la arena.

La cornucopia se encuentra en la cima de una gran colina, pintada por el pasto verde, conforme se llega al final de la misma se pueden ver diversos objetos todos cada vez más pequeños, puesto que las plataformas se encuentran al final, todas alrededor de la colina, aunque hay excepciones en el valor de los objetos, ya que en la orilla se pueden ver una que otra arma, imagino que para agregar algo de emoción al baño de sangre.

El resto de la arena se encuentra dividida en 3 secciones, una sección con un prado igual de verde que la colina con un gran lago y varios árboles que conforme se alejan se van volviendo más frondosos, convirtiéndose en un bosque; otra sección cubierta de rocas de todos tamaños, formando varias cuevas; y la última con varios edificios en ruinas.

Me extraña la combinación de estos medios, ya que no tienen nada en común, aunque luego de verlos todos atentamente me doy cuenta de lo que los une, todos muestran una forma de ocultarse, pero no todo será tan fácil como parece, de seguro el encargado de los juegos hará que los tributos salgan de su escondite para encontrase unos con otros y así entretener a los Capitolinos.

Las doce plataformas poco a poco comienzan a llenarse por los tributos.

Peeta no tarda en aparecer, en su rostro no muestra expresión alguna que exprese miedo, al contrario, observa decidido a su alrededor, buscando el camino que tomará cuando termine la cuenta regresiva.

Yo me aferro a la orilla de la silla, escuchando a Claudius Templeshmit con la cuenta regresiva. Hasta que no faltan más de 10 segundos mis nervios aumentan.

10, 9, 8. "No vayas a cometer ninguna estupidez, por favor" pienso. 7,6, 5, 4. "No importa si no obtienes armas, por lo menos consigue una mochila, eso te servirá más" 3, 2, 1. "No vayas a olvidar tu promesa"

-"Damas y Caballeros que 75º Juegos Del Hambre Comiencen"




Grandes Sacrificios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora