Capitulo LXXII

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Quedan dos semana para dar a conocer nuestra relación; al parecer nos habían ocultado que el contrato se acortó cuando hicieron los ajustes sobre tener una relación oculta. Los ensayos para la gira en Latinoamérica ya empezaron ya que se añadirán canciones de mi nuevo proyecto; mi tercer álbum, de los cuales dos han sido lanzados entremedio de una gira en menos de dos años.

Cada vez estoy más cansada, sin embargo, Los Angeles ha hecho que me sienta más normal, hay muchos famosos que viven aquí. Mi relación con Kendall volvió a afirmarse desde que llegué, junto a Justin. Este último no duró mucho tiempo con su casa en Atlanta y ya tenía una mansión aquí pero yo me hospedo en casa de Adrien; como me recomendó Lisa. Las sesiones son más seguidas con ella porque ve lo difícil que estoy llevando esta vida, sigo cansada, no me dan ganas de levantarme pero está Justin quién viene cada mañana con un obsequio pequeño como una rosa o un globo con una frase a levantarme el ánimo diciendo que la vida vale la pena vivirla. Los adelantos de su música son inspiradores, aunque hay canciones que son hermosas, las dejará para él y las personas cercanas.

Jaxon y Jazzy vendrán en unos días, ellos me animarán aún más a levantarme cada día. Esos pequeños, lo poco que los conozco, le harían bien a cualquiera en un mal día. Espero poder estar el tiempo suficiente con ellos.

He subido dos kilos de peso, algo bueno para la psicóloga y el resto; algo malo para mi. Por fin estaba cumpliendo mi deseo de adolescente, ser delgada.

Junto con el ojimiel iremos como pareja a los premios Billboards, donde anunciaremos que estamos juntos y él anunciará que se viene nueva música; el nombre del álbum, el primer single y la fecha de lanzamiento de ambos. Estoy emocionada tanto como mi novio. Jamás me había desesperado tanto en mostrar a mi novio en público. Repito; él hace mis días.

(***)

Salgo a la terraza de la casa de Justin y me encuentro con un olor a cigarrillo que me molesta pero me quedo callada porque ahora es su escape y es –aunque no para su voz– más saludable que todas las sustancias que consumía antes. Lo abrazo por la espalda escondiéndome en su cuello. Apaga el cigarro y me mira por el hombro, sonríe y me besa. A veces me encanta la sensación, esa mezcla de cigarrillo y sus labios dulces.

—Me encantas —lee mis pensamientos—. Eres todo lo que quiero en la vida.

—Te amo, Justin —respondo sentándome en su regazo.

Nos damos otro beso, somos insaciables. Comienzo a tocar su pecho desnudo, y él mete mano entre mis blusa de seda con la que dormí. Sonrío entremedio del beso pero paro.

—Creo que es hora de levantarse, travieso —suelta un quejido y entro nuevamente a la casa para tomar una ducha. Esta vez quiero ir lento.

Al salir, Justin se ha ido, me avisó cuando despertó que tenía que ir al estudio; hoy presentarían la carátula de Purpose, su nuevo disco.

Miro por su casa, apenas la he recorrido porque el ojimiel no me deja sola cuando estamos aquí, excepto hoy. Tiene una sala llena de diferentes vinos y whiskys, me impresionó. Nunca imaginé que tuviera un tipo de colección de estos.

Veo uno con 37 grados de alcohol, es poco para ser un whisky. Lo tomo y está abierto, hay otro igual detrás de este. Nadie se dará cuenta que he bebido, la idea no es terminar borracha ¿cierto? Sirvo un poco en una de las copas que tiene Justin en su bar, dejo de pensar en las patillas y me dejo llevar por deseo. Ya casi es un mes de la última vez que bebí alcohol, sin embargo, sigo débil e inconsciente de mis actos. Siempre necesitaré ayuda para superar esto, o por lo menos hasta que este cien por ciento recuperada.

(***)

Horas después estoy sin conocimiento de mis actos. Lloro a mares sin razones para hacerlo. Sigo con la soledad como acompañante y mi novio debería estar llegando en minutos. Prometí no emborracharme pero el impulso de querer estar afuera de tanta presión me ganó. Soy culpable de mis malditos actos, estoy herida.

— ¿Qué mierd... —dice Justin entrando—. ¿Amy? Mierda, Amy —corre a mi lado—. ¿Qué sucedió? ¿Por qué estás así?

—Volviste —balbuceé—. Nunca más me dejes sola, pensé que me abandonaste, igual que la última vez.

—Amanda, vas a escuchar. Jamás pienses que te dejaré de nuevo, sabía que tenía trabajo que hacer. Que demoraría muy poco en volver ¿desde cuándo te has vuelto una niña pequeña? —Solloza en mi hombro—. Quiero a mi princesa devuelta, la que me daba consejos y sonreía ante la cámara sin importarle las opiniones, la que disfrutaba dar lo mejor de ella al resto, la que no fingía ser otra y era transparente en su totalidad.

—Tu eres el experto en esto —el alcohol hablaba por mi, pero era pura verdad—. Cuando te conocí tenias barreras que ahora es mi turno tenerlas, sabes con quién abrirte; en cambio yo soy muy joven y recién estoy aprendiendo. Estoy aprendiendo de la misma manera que tú, enfrente de millones de personas; algunos te alaban como a un dios y otros quieren hundirte cada vez más profundo hasta que te ahogues. Tú mismo dijiste que aún falta que superes esa etapa, veo la tormenta que sufriste cuando apenas  terminaste tu gira, solo que las cosas se apresuraron conmigo.

—Mi princesa —susurra sin soltarme—. Superaremos esto, porque te amo y haría lo que sea para verte feliz.

Nos quedamos ahí, luego me llevó hasta la tina para limpiarme y sacarme el olor repugnante que tenía. Cepilló mi cabello, lavó mis dientes tratándome mejor de lo que merezco. Me cantó hasta que dormí dejándome en un sueño donde el mundo no era más que un grano de arena en una playa, donde lo pisabas y seguías caminando. Eso era lo que quería, que la presión que tengo no fuera más que un grano de arena en mi vida.

*******

Aquí está el capítulo del jueves 15, lo siento por lo tarde pero hoy me han intentado robar la cuenta y me rondó el problema durante todo el día.

Aparte son las 11:45 acá en Chile así que estoy en el horario Ajajaj.

Nos leemos en un par de horas.

6 CAPÍTULOS PARA QUE TERMINE.

XOXO

I can see the storm © j.b.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora