Capitulo LXIII

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En Italia me estaba torturando viendo las noticias de su regreso a los Estados Unidos. Al parecer había vuelto a Inglaterra para salir nuevamente con Ella, quien se le veía demasiado pegada en esos vídeos donde le restregaba el culo en sus partes a Justin. Me dolía cada cosa que comentaban de él en mi perfil, el mundo no es tonto y se han dado cuenta de muchas cosas desde que me apegué a Justin. Quizá me querían abrir los ojos o simplemente dañarme.

Mis ojos pesan de tanto haber llorado; en la noche es lo único que hago, ya apenas duermo y los del equipo lo notan. Ven cómo se me va el apetito y mis ojeras notorias casi imposible de ocultarlas con maquillaje. Repiten la mayor parte del día que debo estar bien por mí y por los fans, pero no puedo, no puedo actuar que va bien cuando va pésimo y empeora. Siempre fui mala con la mentira, me pillaban en cada cosa irreal que decía desde pequeña.

Bajo por las escaleras dirigiéndome al comedor. La gente que es hospeda en el hotel murmura al verme como si fuera una especie de bicho raro. Una niña de trece años aproximado, viene alegre y me abraza sin aviso. Me tenso ante su contacto, nadie me había abrazado después de Justin, yo había prohibido los abrazos para evitar llorar en público o en privado; prefiero sufrir sola.

—Amy —ella solloza—, eres mi ídola, agradezco al destino por poder estar en el mismo hotel que tú —habla en un perfecto inglés.

—Oh, pequeña —me agacho a su altura y evitó llevar mi mano a mi cara porque me bajan las ganas de llorar por cualquier cosa—. Es un mal momento pero no quiero defraudarte ¿quieres una foto? ¿Un autógrafo?

—Solo abrazarte un momento, tal vez sea mi única oportunidad —llora, su angustia me desespera—. Quiero que ya sea el concierto de esta noche.

— ¿Qué sucede, pequeña? ¿Por qué podría ser la última oportunidad que me veas? —Me entró la curiosidad y no quería quedarme con la duda el resto del día.

—Tengo un cancer avanzado, mis papás me han dicho que me queda mucho de vida pero sé que es lo contrario, escuché cuando hablaban de ello hace un par de días y les comenté que mis únicos sueños eran venir a Italia y poder conocerte; nunca pensé que sucederían ambos deseas a la misma vez por eso digo que el destino quiere que muera feliz. Tú y tu música me hacen feliz, gracias por darme unos pocos días más de vida. El doctor comentó que lo que me hacía feliz me llevaba a ser eterna en días —las lágrimas caen por mi cara destrozando mi interior más de lo que estaba. Le brindó un abrazo con la energía que me queda.

Y en estas circunstancias me doy cuenta de lo mal agradecida que estoy siendo. Sufro por un chico, los cuales van y vienen, sufro por mis sueños que están siendo cumplidos y las muy pocas veces –en este último tiempo– que he agradecido a los que me trajeron hasta aquí, los que me envían mensajes bonitos en mis redes sociales. Hay personas que tienen problemas más grandes, los padres de esos niños que nacieron con enfermedades y luchan junto a ellos. Lo bendecida que estoy y por las pequeñas cosas que me complican no son nada comparado con esto. Quiero hacer un buen acto, algo que por estar pensando en mi había pasado por alto. Ayudaré en lo que más pueda a gente con esta pequeña que sufre cada día, por la quimioterapia que toma, por los días contado que tiene. Aportaré lo que sea necesario para que encuentren la cura de enfermedades terminales. Más aún cuando los niños son los perjudicados, ellos merecen vivir las cosas a su tiempo; lograr sus sueños a medida que van creciendo.

—No será la última vez que me veras, lo prometo —acaricio sus cabellos, que me acabo de percatar que son falsos. Es un deseo de ella, poder hacerse los peinados más bonitos como la otras niñas—. Nos volveremos a ver esta noche y después eso, muy pronto. Lo prometo —beso su frente.

Debo separarme de ella porque los guardias del lugar lo piden por seguridad al ver la manera en la que llegó. Les digo que está bien, pero de igual manera me despido, son muchas cosas en mi cabeza ahora mismo y si me sigue contando más, explotaré. Quiero salvar el mundo, los problemas de este y los míos pero repito, todo a su tiempo. Tampoco puedo serlo todo cuando aún no sé si soy algo.

Una vez dentro de donde me dirigía, Mica, una bailarina, me abraza. Es una de las que me he apegado en estos días. A nadie le he dicho mis sentimientos respecto a Justin y nuestra ruptura pero lo deducen por mi comportamiento. Mica ha intentado hacer que me abra a ella pero lo único que logra es que llore, estoy preparándome aún para asimilarlo aunque sea. Pasé tantas cosas con él pero comente pocas. Siempre he preferido reservar los buenos momentos conmigo misma, así no perderán la felicidad que me da al recordarlos.

Les cuenta la historia de la niña que me encontré, olvidé preguntarle su nombre pero estoy casi segura que me la encontraré en el show o el meet&great, le diré las cosas que pasé por lo bloqueada que estaba al escucharla hablar. Le comentaré mis planes y como no cortaremos comunicación.

Subo nuevamente a mi habitación hundiéndome en mis pensamientos. El show de esta noche probablemente será uno de los más despistados que daré y no cancelaré por problemas míos.

Prendo la televisión y aparece lo que trato de evitar; Justin. En el enunciado dice que se le ha visto en el aeropuerto de Inglaterra y horas más tarde aterrizando en Los Ángeles. Ha vuelto a Estados Unidos, su diversión aquí ha acabado y va a por una nueva lejos de Ella y de mi.

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TANTO TIEMPOOOO, VOLVÍ AJAJAJA YA ESTOY TRABAJANDO EN OTRO PORQUE ANDO DEMASIADO DESAPARECIDA.

Los amo, no me olviden :(

Quedan 15 o 16 capítulos, perdí la cuenta jajajaja

I can see the storm © j.b.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora