Capitulo XXV

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Al siguiente día, despierto con una imaginación que debo dejar salir.

Primero escribo en la habitación hasta que me llaman a desayunar. Sin duda, aún tengo dando vueltas las fotos de ayer y me quitan el apetito. Revuelvo el cereal como si de pastas se tratara, la única diferencia era que éste se volvía más gélido por la leche.

— ¿Qué sucede? —me pregunta la esposa de Adrien, este último se había ido hasta un par de minutos antes.

—Nada, a veces quiero pensar y eso es lo que hago —la miro con una sonrisa.

— ¿Un chico? —el nudo en la garganta comienza a formarse, a acertado y mi silencio otorga la respuesta—. Adivino ¿Justin? —golpe bajo.

—Es que, no puedes contarle lo que te voy a decir a nadie. Él y yo tenemos un contrato dónde está prohibido tener una relación amorosa pero la verdad es que hemos tenido encuentros; sin mal interpretar, besos y algunos toqueteos. Nada más allá —ella me mira y asiente diciéndome que confíe en ella—. Lo que pasa es que él, a las semanas desde que nos conocemos, me dice que le atraigo, intento evitarlo pero ¡trabajamos juntos! Luego nos mejoramos, en la sesión de fotos para mi disco, nos besamos y tenemos encuentros en los pasillos. Donde no hay cámaras que puedan delatarnos. Nuestra "relación", si es que se le puede decir así, no tiene nombre y ayer Justin se juntó con su ex novia...

—Y te sientes mal por eso ¿verdad? —me interrumpe.

—Eso es lo peor, ni siquiera puedo pedir explicaciones porque lo nuestro es imposible y no tiene nombre. Me gusta, él de verdad me gusta y era lo que quería evitar desde u n principio —quiero llorar e intento hacerme la fuerte.

—Pídele explicaciones, es su culpa ilusionarte. Solo intenta ocultar esa parte, dile que si quiere seguir con ese algo que tenían, te tiene que decir porqué andaba con su ex cuando contigo te roba besos —me toma las manos brindando pequeñas caricias—. Si él se niega, no caigas en su juego y sigue trabajando, distráete en otras cosas. Sé que ahora más que nunca tendrás algo con lo que distraerte —me guiña el ojo. Frunzo el ceño—, el trabajado es de Adrien decirte lo que viene. Prepárate.

Se levanta lavando los trastes. En cambio yo, sigo intentando comer mi leche con cereal. Intento fallido, ahora tengo doble intriga. Justin y lo que me tiene que decir mi manager.

(***)

Tomé un taxi en dirección de mi segundo hogar, el estudio. Terminaría de escribir las canciones que comencé, allí. Quizá me encontraría con él ojimiel, sin embargo, ahora lo ignoraría. Si necesitaba ayuda, se la pediría. Nada de relaciones que no fueran de trabajo. Mi nueva regla, en realidad antigua que aplicaría ahora.

Al bajar, los paparazzis estaban allí. Últimamente están en todos lados, y por mí. Cualquier paso que daba era fotografiado. Mi fama había aumentado en gran cantidad. De tener un millón de seguidores en Twitter pasé a tener diez millones en dos meses aproximado, en instagram tenía cien mil, ahora tengo dos millones. Casi todos los días recibo muchas menciones y notificaciones. Me han llamado para entrevistas para saber más de Justin y chismear sobre mi nueva vida. No he aceptado ninguna, eran de canales que te dejaban mal después de fingir ser las mejores personas del mundo cuando están frente a ti.

Al primero que me encuentro es a Justin, me saluda pero mi vista sigue en alto, tampoco saludo. Fui mal educada, lo sé.

—Hey, Amy. Amy —me voltea—, dije hola.

—Hola —ruedo los ojos para volver a mi camino.

—Deja de ignorarme, ayer habíamos arreglado lo anterior. ¿Estás enojada por otra cosa? —me alcanza haciéndome mirar sus ojos que me encandilan.

—Basta, Justin. Soy tu juguete, estoy segura de eso. No quiero más —veo como sus cejas se van acercando una a la otra con el ceño que se frunce.

—No entiendo ¿por qué dices ser mi juguete? Sabes que me atraes a montones... Incluso, siento que ya te quiero. Joder, deja de dudar tanto de mí. Cuando sigo a mi corazón no miento —se acerca tanto que me intimida.

La sinceridad en sus ojos me mata, le creo tanto y sé que soy una estúpida por eso. Si es mentira, sin duda es el mejor actor de la historia.

Mi corazón palpita rápido y fuerte, en cualquier momento se va a salir de su lugar.

—J-Justin —tartamudeo—, ¿cómo puedo creer en ti?

— ¿Por qué no lo harías? Hace mucho tiempo que estoy ocultando esto por ese puto contrato. Lo que menos quiero hacerte es daño, quiero cuidarte y protegerte. Eres frágil, tengo miedo a quebrarte pero si me alejo también me estoy quebrando a mí mismo —me abraza y yo acepto.

El silencio dice todo lo que las palabras no dejan. Estamos dándonos amor de la manera más sana.

—Amy, quiero esto de verdad. Si quieres una cita la tendremos, solo dime que día y yo me las arreglo. Eres tú la ocupada, así que tengo mi tiempo a tu disposición —mi boca se abre, me ha sorprendido con cada una de sus palabras.

Es el ser más romántico y tímido que he conocido en toda mi puta vida.

—Justin, esto no es necesario. Nos verán juntos y sabrán que hay algo más detrás de ese maldito contrato que no nos deja ser. Sin embargo, agradezco el sacrificio que estás haciendo por mi —le sonrió.

—Amanda, deja de hacer eso. Lo sabes, sabes que en este último tiempo y en el que viene, daré mi mejor parte para conseguirte —me besa sin previo aviso.

Fue un beso corto por miedo, pero aquel expresó lo mucho que nos necesitábamos el uno al otro.

Estábamos haciendo un esfuerzo.

Un contrato, escondernos, la prensa.

Muchas cosas vendrían encima cuando saliéramos juntos. Obviamente en público evitaríamos los besos y muestras de cariño. Nadie puede saber de nosotros, ni siquiera las personas en las que confiamos.

Maldito el día en que firmamos ese contrato.

*****

Una hora me demoré, les dije que la imaginación está brotando.

La mejor medicina cuando estás en blanco, son los libros.

Ya empecé el siguiente capítulo.

Enjoy it!!!

LOS AMOO

I can see the storm © j.b.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora