Capítulo 3: Ridículo y desesperado destino.

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     —¡Adiosito, inspírate mucho! —se despidieron ambas.

  Me encaminé hacia el campo, sacudiendo mi cabeza y olvidando la absurda razón por la cual Duckie se comportaba con tanta intensidad el día de hoy. Mi mente debía estar en blanco para poder escribir cosas coherentes, y teniendo su voz recriminándome por algo sin pies ni cabeza, no iba a ayudarme a hacer eso.

  Él debería tener claro que lo nuestro se limita a la amistad, sé que ahora se demuestra a la defensiva porque se siente amenazado por Ryan, eso lo entiendo, solo que no cambiará nada, hemos sido amigos, y amigos nos quedaremos. Spike es un buen chico, es atento, gracioso, inteligente y tiene una peculiar-atractiva apariencia física. Es delgado, pero no tanto. Blanco, pero no tanto. Posee unos castaños rizos que todos los días peina casi como el Duckie de la película, para cualquiera puede parecer una tontería y ridiculez, pero para mí, pienso que su cabello es el que le da personalidad. ¿Y su rostro? Su rostro es delgado y tan perfecto como el cutis de un bebé, a él le molesta que le digamos eso ya que quiere que lo miremos más como “hombre” que como realmente luce, igual que un chico de 15.   

  Mi punto es, que aunque sea conocido por ser un geek-rarito, hay varias chicas que estarían dispuestas a salir a una cita con él. Pero, él nunca sale con otras personas además de nosotras. Lo sé, he intentado hacer algo al respecto, y siempre trata de evadir el tema o lo toma como una broma pesada. Hacerlo entrar en razón ha sido toda una travesía.

  —¡¿Qué parte de ponerse a correr no me entendieron?! —Los gritos del Coach Marin anunciaron que ya me encontraba en el campo de fútbol americano—. ¡Ahora será una vuelta más por querer tener complejo de sordos!

  Dejé escapar un pequeño resoplido de entre mis dientes mientras me cubría del resplandeciente sol en mi camino a las graderías.

  —¡Vamos Guepardos, a ganar, hay muchos traseros que patear!

  Hasta una niña de 10 podría formar esa porra. La verdad es algo normal, ha sido la misma desde años, las mentes de las porristas no se expanden más de ahí, son más físicas que mentales. Es el orden natural-escolar, no se puede ser inteligente y popular a la vez, y si tienes ese increíble don de tener un cerebro, debes fingir no tenerlo. Qué triste es la realidad, ¿no?

  Saqué el bloc púrpura de mi mochila junto con mi pluma favorita y descansé mi mano sobre el papel, mordiéndome el labio en busca de inspiración.

  Nada. No tenía nada.

  Lo único  en que pensaba era en Ryan y su e-mail, Ryan y sus problemas, Ryan diciendo que admiraba a Blogger Girl, Ryan queriéndome conocer...

  Ryan, Ryan, Ryan...

  —¡Ryan! ¡A hacer lanzamientos con Adam!

Di un respingo ante el grito del Coach, mi vista voló lejos del papel, y viajó hacia la práctica de los Guepardos en el campo.

Y ahí estaba, de espaldas a mí, su apellido sobre el número 9 de su camiseta del equipo color vino, su trabajado cuerpo escondido tras esas grandes  hombreras que ellos utilizan para protegerse. Mi corazón salió disparado y lo tomé como una señal de que era mejor irse a casa por hoy.

Esto era ridículo, estaba haciéndome ilusiones acerca de algo que no ocurriría. Tessa no tenía la razón, Ryan Hamilton nunca podría fijarse en Nina Landfield. Simplemente ridículo. Llevo varios años sentándome en el mismo lugar, a la misma hora, y él nunca me ha notado. No usaría a BG como gancho y tampoco le hablaría como Nina. Tenía que olvidarme de esta idiotez, enfocarme otra cosa.

XOXO, Blogger Girl ©Where stories live. Discover now