¿Mariposas?

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Toque al timbre y esperé a que Susan me abriera la puerta de la entrada. Le dí dos besos a Susan y entre con una gran sonrisa falsa a el salón y mis cálculos no fallaron, Oliver estaba aquí.

Me senté justo enfrente de él y lo miré por un momento hasta que aparte la mirada.

Le envié un mensaje a Scott y Helena con la situación en la que me encontraba y este me llamo cuando termino de entrenar.

Me levante de la mesa sorprendiendo a todos, mis padres me miraron mal pero a mi no me importó.

Conteste al teléfono y pude oír la risa de Helena desde la otra línea del teléfono.

-Me lo podía imaginar.-Me dijo riendo.

-Yo también.-Le dije riendo.

-¿Que están haciendo vuestros padres?.-Me asomé disimuladamente al comedor.

-Nada importante, están comiendo.-Dije con desinterés.

Volví a mi sitio bajo la atenta mirada de Oliver, el cual sonreía con arrogancia.

James llegó para empezar a comer. Cuando llegó se sentó a mi lado pero ninguno de los dos hablamos. Nos dábamos miradas furtivas pero yo no podía estar así me dolía mucho y el me miraba con pena.

Me levante de la mesa para dejar mi plato en el fregadero y me encontré con Oliver detrás de mi acercándose cada vez más a mi.

-¿De verdad piensas que caeré en esa tontería de ignorarse?.-Dijo riendo apoyado en el marco de la puerta. Este me miró de arriba a abajo y pasó su lengua por sus labios. Me había pillado.

Este me miraba con diversión y yo no sabía que decirle. Y en ese momento entro James a la cocina mirándome con enfado y confusión.

-¿Que esta pasando aquí?.-Pregunto enfadado.

-Nada, solo estábamos hablando.-Dijo Oliver sonriendo.

Oliver se fue y nos dejó a James y a mi solos en la cocina, yo no quería estar allí y decidí salir al patio y me senté en el césped y James vino detrás de mi.

-Taylor, sabes que nunca haría nada que te hiciera daño, si te hablo de Emma es por que pensé que te alegrabas de que ella estuviera aquí, yo no la quiero de esa forma.-Dijo sentándose a mi lado.

-¿De verdad?.-Pregunte insegura.

-Si, yo no puedo estar separado de ti.-Dijo besando mi cabeza.-Por cierto, no me cae bien Oliver, no me da buena espina.

-No, la que lo siento soy yo, tu y yo no somos nada y no puedo condicionarte, lo siento.-Dije acomodando mi cabeza en su hombro. Y hay estaban, una explosión de mariposas en mi estómago.

-Tu sabes que eso no es así.-Dijo abrazándome.

James y yo nos quedamos un rato juntos pero tenía que irme y me dirigí a donde estaban mis padres con los de James y Oliver. Me despedí de ellos y pasé a mi casa por el jardín.

Subí a mi habitación y me tumbe en mi cama con la música a cien, necesitaba pensar con claridad hasta que me quede durmiendo.

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Sentí como alguien me observaba a la distancia, aclare mi vista pasando mis manos por mis ojos para obtener una mejor visión y me sorprendí.

-¿Que coño?.-Grite.

Ví a Oliver apoyado en mi armario sonriendo como siempre. Me levante de la cama de golpe y este se acerco a mi lentamente.

-Reconozco que por un momento me creí tu teatro con Scott.-Dijo cogiendo un mechón de mi pelo y empezó a acariciarlo.-Pero que sepas que cuando tu vas yo ya he vuelto dos veces.-Dijo riendo.

-Como Chenoa.-Dije riendo y este río conmigo.

-No seas idiota. Has entrado en el juego, ahora tienes que jugar.-Dijo agarrándome.

Lo empuje y empecé a pegarle, me estaba poniendo de muy mal genio este chico y mi ira no hacia nada más que aumentar cada vez que lo veía.

-Te odio.-Le dije mientras le pegaba. Este agarró mi mano y me acercó a él.

-No lo haces.-Dijo sonriendo.

-Dios, quiero matarte.-Dije con ira.

-Yo no estaría tan seguro.-Dijo dándome la vuelta quedando mi espalda pegada a su pecho quedando inmóvil.

Este empezó a dejar besos por todo mi cuello y esto hizo que mi cuerpo se erizada por su tacto en mi piel. Y hay estaban las mariposas en el estómago.

-Te ves muy bien hoy.-Dijo sobre mi oreja para después morder mi lóbulo.

-Déjame en paz.-Dije zafandome de su agarre.

-Vale, ya me pediras.-Dijo levantando sus manos en señal de rendición.-¿Que tenias pensado hacer?.-Pregunto tumbándose en mi cama.

-Desde luego pasar la tarde contigo, no.-Dije cortante.

-Vaya.-Dijo con falsa tristeza.-Que pena que no tenga pensado irme de aquí.

-Me sacas de quicio.-Le dije rendida.

-Ya sabes lo que dicen, no es vicio sino te saca de quicio.-Dijo riendo.

-Tu nunca serás mi vicio.-Dije riendo con sarcasmo.-Es más, nunca serás nada mio.

-Repítelo otra vez a ver si esta vez te lo crees.-Dijo riendo.

-Dios.-Dije rendida.

Zeus subió a mi cama y empezó a jugar con Oliver. Este lo cogió con sus grandes manos y empezó a acariciarlo en ese momento sentí ternura.

-¿Como se llama?.-Pregunto Oliver.

-Zeus.-Le dije sonriendo.

-Mmm, me gusta.-Dijo sonriendo. Este me miró y sonrió más.

-¿Por que no vas a molestar a otra persona?.

-Por que no quiero molestar a otra persona.-Dijo sin mirarme.-Además
me gusta estar contigo.

-¿Estas bromeando?.-Dije riendo.

-No, ¿debería?.-Dijo mirándome con indiferencia.

-Te has pasado estos días molestandome y ahora vienes y me dices que te gusta estar conmigo, ¿tu eres idiota o que te pasa?.-Le dije con indignación.

-Me gusta molestarte.-Se levanto de la cama y se acercó al escritorio en el que estaba apoyada.-Además.-Dijo sonriendo.

-No te equivoques conmigo, yo no soy como las demas y si no quieres que te parta la cara aléjate de mi.-Dije poniendo una mano para que parará.

-Si, claro.-Dijo con una risita. mientras apoyaba sus manos acaba lado del escritorio acorraladome otra vez.-Te mueres por mi.

-No digas estupideces, no eres el centro del mundo.-Dije riendo mientras el se acercaba más.

-Quizá de todo el mundo no, pero del tuyo si.-Dijo sonriendo.

-Pues no, tu no eres mi mundo a mi no me gustas, me gusta otro chico.-Dije separándome de él.

Este se giró con una sonrisa y se apoyo en mi escritorio mientras yo me sentaba en la cama con Zeus en mis brazos.

-Entonces.-Dijo sosteniendome la mirada.

-¿Acaso te importa?.-Le dije con una sonrisa malvada.

-No, solo es por puro cotilleo.-Dijo mirándome serio.-¿Sabes?, deberías aprender a mentir.-Dijo sonriendo. Miró su reloj y alzó las cejas.-Me tengo que ir.

-Vale.-Dije sin mirarle.

-Podrías despedirte de mi.-Dijo con una sonrisa.

-Adiós.-Le dije desde el sitio.

-Puedes hacerlo mejor.-Dijo acercándose a mi.

Puso sus labios sobre mi mejilla y acarició toda mi mejilla con ellos hasta que dejo un beso en esta que me hizo sentir escalofríos.

-Buenas noches, amor.-Dijo sobre mi oreja para después irse dejándome solo y desconcertada.

Estrellas de CristalWhere stories live. Discover now