Conversaciones Pendientes.

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Una vez mi madre término de darnos la noticia, salimos a la parte de atrás de casa para lavarnos, ya que íbamos todo sudados. Después al muy idiota solo se le ocurrió abrir la manguera y mojarnos enteros otra vez.

Le salpique y en un movimiento rápido le quite la manguera de las manos y empecé a echarle agua a él, hasta que alguien nos corto el agua, nos giramos a la vez y vimos a mi madre.

-Vosotros pensáis que el agua nos la regalan.-Dijo mi madre y ambos nos sentimos como cuando de pequeños nos echaban la bronca.-Anda subir a cambiaros.

Subí a mi habitación y me duche, una vez duchada, me vestí y baje a la cocina, pero escuche a mi madre hablando con James y me pare a escuchar.

-James, le importas demasiado, no quiero que cuando tengas novia le dejes de lado, ya sabes lo que siente ella por ti.-Dijo mi madre.-Y también sabes que eres mayor que ella, y que ese momento llegará pronto.

-Lo se, se que llegará un momento en el que nos separaremos, pero no ahora, yo la quiero mucho, nunca le haría daño.-Dijo James.

Mi madre se quedó callada, no dijo nada, simplemente salió de la cocina y yo aturdida subí a mi habitación y me puse a hacer los deberes.

Al rato de ponerme ha hacer los deberes mi madre subió con un poco de merienda.

-Me alegra que seas feliz aquí, tu padre y yo teníamos miedo de que estuvieras triste.-Dijo mi madre sentándose en la cama, mientras masajeaba mi pelo. Yo le sonreí.- Pensé que tu y él no ibais a estar tan unidos, pero estáis mas unidos que antes.

-Si, supongo que me hace bien tenerlo cerca otra vez.-Mi madre me miro y no pude descifrar que sentía ella en ese momento.

-Taylor, él es mayor y quiero que sepas que llegará un momento en el que encuentre a alguien y yo no quiero que sufras.-Sabia que ella tenía razón, aunque me doliera admitirlo.

-¿Quieres que me aleje de él?.-Pregunte.

-No puedes. Lo quieres demasiado.-Dijo sonriendo.

-No te preocupes, se perfectamente que él y yo nunca podremos estar juntos.-Dije y mis propias palabras me dolieron, por que él era tan bueno, por que aunque yo pensará que él estaría conmigo toda la vida él, se iría de esta de la noche a la mañana.

Mi madre se fue, y yo me tumbe en la cama, me puse la música y desconecte del mundo, era lo que necesitaba en ese momento.

Pensé en sí el me recordaría o llegaría un día en el que para él solo fuera polvo en su corazón, si pensaría en mi cuando mirará al pasado y en ese momento una lágrima cayo por mi mejilla.

Pasó la tarde y la hora de cenar, pero yo no tenía ganas de comer, así que salí un rato al patio trasero de la casa y me senté en el suelo con un libro. Paso el rato y ya me había cansado de leer, así que cerré el libro y me tumbe en el césped.

Ví una luz encenderse en la habitación de James, justo al lado de su habitación había un árbol, trepe el árbol con una gran agilidad, nótese la ironía.

Me colé en su habitación y empecé a mirar sus cosas, así estaríamos a mano, ya que él miró todos mis dibujos, pero realmente no encontré nada del otro mundo, me apoye en la mesa del escritorio y me clavé una cosa en la mano, mire lo que era y me dí cuenta que era el colgante que le regalamos cuando cumplió los 14 años.

Lo cogí entre mis dedos y lo examine de arriba a bajo, no había marca de desgaste ni ningún daño en este y me sorprendí ya que James era de lo más despistado y despreocupado. En ese momento salió de la ducha con sólo unos pantalones, yo me asuste ya que no me lo esperaba así de imprevisto.

-¿Que haces aquí?,¿Como has subido?.-Pregunto aún más extrañado.

-Yo..Bueno...ee árbol-Dije nerviosa.-He subido por el árbol.

-Podrías haberte matado.-Dijo acomodándose y gritando.

-Pero no lo he hecho.-Dije sonriendo, ya que me sentía orgullosa de no haber muerte en el intento.

-Estas loca.-Dijo riendo.-La próxima entra por la puerta, como hacen las personas y no como lo hacen los monos.

-Gracias, por el alago, pero los monos y yo no nos parecemos en nada.-Se rió y me miró de arriba a abajo.

-¿Que llevas en la mano?.-Pregunto.

-Nada.-Dije mirando la cadenita.-No pensé que la hubieras guardado.

-Taylor quiero hablar contigo.-Me cogió de los brazos y me sentó en la cama.-Mira, he estado hablando con tu madre está mañana.

-Lo se, os escuche.-Sabia lo que iba a hacer y no estaba dispuesta a que me apartará de su lado, no otra vez.

-Entonces ya sabes lo que hay que hacer.-Dijo James.-Yo no quiero que sufras y menos por mi, te aprecio demasiado como para hacerte eso.-Lo mire y pasé mi mano por su pelo.

-James, por más que nos separamos yo no voy a cambiar respecto a ti, te quiero mucho, pero no estoy enamorada, simplemente te estimo demasiado. No quiero que me alejes de ti. Se que nunca me harás daño.-El me miró durante un rato largo y después sonrió.

-Eres lo mejor que tengo.-Dijo dándome un beso en la frente.

-Lo se, todo el mundo me ama.-Dijo sonriendo y él rió.

Me acerque a la ventana para bajar por el árbol, con sumo cuidado baje por el árbol, una vez abajo ví a James asomado en la ventana.

-Trenzas, ¿te parece si mañana te llevo al instituto?.-Dijo desde arriba.

-¿Y que pasa con todo lo que habéis dicho esta mañana?.-Lo miré desde abajo.

-A quien le importa, no trabajaré hay toda la vida.-Sonreí.-Adiós trenzas.

-Adiós Collins.-Dije mirando a la ventana donde segundos antes había estado él asomado.

Estrellas de CristalWhere stories live. Discover now