Te odio con mucho amor (Pausado)

Capitulo 10: El amanecer

Encendí el auto y me dirigí a la dirección que marcaba el móvil. Me estaba alejando de la ruidosa ciudad. El reloj marcaba las 12 pm, el GPS estaba fallando un poco, la señal no llega muy bien al móvil. La carretera en el cual me metí termino en un mirador, baje con las intenciones de ubicar en que lugar estaba exactamente. 

<<Vaya broma, Joyce>> pensé. 

-Espero que no te moleste el ambiente y las altas horas de la noche -dijo una voz conocida a mis espaldas. 

Me voltee a ver para acertar mis suposiciones y si, era Joyce, arrimada al auto. 

-Joyce...-dije- ¿Que sucede?.

-Te sorprendió mucho el mensaje, puedo notarlo por tu expresión facial. 

-Obviamente. -meneo la cabeza un poco a mi derecha- Acababa de llegar a casa y pues, cuando vi tu mensaje creí que era realmente de vida o muerte. 

-No te ofendas, pero si quieres, puedes irte. -se levanta y camina dándome la espalda- De todos modos, no es importante.

-Todo es importante para mi -la detuve al decir eso. 

Ella volteo a verme, apretaba los labios intentando fingir una sonrisa. 

-Ven -dijo indicando con la cabeza- sígueme, quiero mostrarte algo. 

Atravesamos un par de arbustos, subimos por lo que parecía ser una pequeña loma y de repente me deslumbre con tal paisaje hermoso. Llegamos a lo que realmente era un cerro con vista a la ciudad, cuyas pocas luces artificiales morían en la noche iluminada por las estrellas, creando un horizonte espectacular.

-Esto es...hermoso. -dije sin quitar la mirada. 

-Esa fue mi primera impresión -dijo mientras se sentaba en un tronco que se hallaba cerca de allí. 

-Deberíamos hacer la reuniones aquí, a los chicos les...

-Ni se te ocurra -espeto- ellos no saben de esto. Prácticamente eres el primero...y tal vez el ultimo. 

-¿Por que? -pregunte mientras me sentaba a su lado- ¿Se supone que son tus amigos? 

-Porque sufro de pistantrofobia. -dijo despreocupada. 

Mi rostro de confusión decia mucho.

-¿Que se supone que es eso?

-Es el miedo de confiar en la gente debido a las malas experiencias del pasado.

-Entonces, no creo que tengas pistantrofobia. -espete

Puso sus ojos en blanco tal vez por mi estúpido comentario y tal vez por la manera en que la dije.

-¿Que te hace creer eso querido Liam? -su voz se torno algo desafiante. 

-Porque me confiaste este secreto -indique con la cabeza el paisaje que estaba al frente de nosotros- y también porque tal vez soy el primero en saberlo.

Su rostro cambio a un estado algo deprimido, agacho la mirada como si tuviera razón. 

-Soy una tonta -cubrió su rostro con las palmas de sus manos- pensé que serias la persona correcta para mostrarte y confiarte esto. pero acabo de darme cuenta que fue un error. 

-Como puedes considerar esto un error si ni siquiera has hecho la prueba. 

-¿Y como quieres que haga la prueba? -pregunto apretando los puños en su frente.

-No lo hagas -me quite la chaqueta que traía puesta- solo espera a que lo hagan y así sabrás quienes son las personas correctas para tu vida. -me levante y la cubrí con mi chaqueta- Ten, has de tener frió. 

Me volví a sentar a su lado, ella arrima su cabeza a mi hombro. 

-Liam -susurro- ¿Por que eres así conmigo? siempre te trato mal pero aun así te tomas la molestia de sentarte a mi lado y ofrecerme tu chaqueta.

-Porque entiendo lo que es estar rodeado de ''amigos'' y a la vez sentirte solo, ya que al parecer, ninguno de ellos te hace sentir especial.

-Tal vez sea porque no soy especial. -su voz se debilitaba con cada palabra.

-Yo te demostrare que eso es mentira. Ve considerando mi victoria. 

Parecía estar derramando pequeñas lagrimas, pero a la vez reía por lo que decia. 

-¿Puedo confiar en ti? -levanto un poco la mirada para alcanzar mi rostro. 

-Siempre...-le sonrió- siempre podrás confiar en mi.

Esta vez el silencio no parecía ser incomodo, la abrace protegiéndola del frió, nuestras miradas eran fijas hacia el paisaje. De repente, pudimos ser testigo de algo muy hermoso; la ciudad descansaba en una profunda noche, el tranquilo horizonte se vio interrumpido por algo que es cotidianamente esbelto...el amanecer.

No me arrepiento de esto.