Y tanto que sí.

 

Peor morir cuando aún el tiempo era largo se me antojaba cuanto menos alentador. Yo quería vivir y sentir las cosas de la vida y más ahora que Shao había interrumpido en mi vida con aquella mirada y melena pelirroja como el fuego.

 

La vi caminar hacia mí, si rostro no había cambiado de expresión. Abrí mis manos para sentir como su cuerpo se pegaba al mío uniéndonos en un abrazo. Suspiré su aroma tan particular y me permito cerrar los ojos durante unos segundos.

 

Me di la posibilidad de olvidar durante esos minutos todo lo que nos rodeaba y desear que el mundo fuera distinto.

 

Pero entonces me di cuenta que si todo hubiera sido distinto no la habría conocido y por mucho que me doliera ver aquel paisaje de muerte ante mí, no desee que algo cambiará.

 

— ¿Qué hacemos?- preguntó ella contra mi cuello y sentí el roce de sus labios en mi piel.

 

—No lo sé. ¿Alguna idea?

 

—Supongo que intentar salir vivo de aquí.

 

—Supongo- no tenía ganas de hablar. Solo quería disfrutar durante algunos segundos más ese sueño que se me formaba en la mente donde Shao y yo nos encontrábamos abrazados en otro lugar. Donde oliera a flores y perfume de primavera. Donde fuera agua y no sangre lo que resbalara por su cuerpo y donde solo el amor y no el miedo existieran en nuestros corazones.

 

—Si me capturan ..- empezó a decir.

 

—No lo permitiré.

 

—Si lo hacen- siguió- prométeme que me matarás antes de que..

 

—No pienso hacerlo...- asegure.

 

—Antes de que me conviertan en uno de ellos- termino y me quedé mudo.

 

No me había planteado esa situación.

 

—Ahora con más razón tenemos que salir vivos de aquí- comente despegando su cuerpo del mío y buscando sus grandes ojos.

 

—No sabemos dónde estamos y tampoco como salir.

 

—Lo averiguaremos.

 

—Si fuera tan fácil- se lamentó- allí fuera nos buscaron y no pasaremos desapercibidos.

 

—Debe haber una manera.

 

— ¿Cuál?

 

Tragué saliva. Era una pregunta sin respuesta.

 

Unos ruidos interrumpieron mis pensamientos y me puse tenso al igual que Shao.

 

—Revisad esta parte del ala- habían ordenado en voz alta. Era una voz masculina fuerte. Decidida.

 

—Vienen hacia aquí- oí susurrar a Shao.

 

—Hay que buscar alguna salida- comente mientras miraba a mi alrededor. Pero no había nada más allá de la puerta que antes habíamos tomado y miles de cuerpos esparcidos en montañas.

 

Los pasos que antes no se oían ahora se escucharon por el pasillo Eran rápidos, seguros y cada vez más claros.

 

Ahora me agarro de la mano y tiro de mí al lugar opuesto de la puerta.

 

Se adentró entre los cuerpos muertos y me empujó hasta que caí sobre ellos. Seguidamente desde arriba de la pequeña montaña, me tiro varios cuerpos encima y aguante la respiración cuando el hedor de podrido me llenó las fosas nasales.

 

Apuntó estuve de vomitar cuando las arcadas me llegaron a la garganta.

 

La vi de reojo como hacía lo mismo con ella, escondiéndose entre los cuerpos y me mantuve lo más quiero posible justo cuando la puerta se abrió.

 

—Dios- dijo alguien. - Tanto dinero las instalaciones y no se les ocurre nada para librarse de los cadáveres. - era una voz masculina, pero menos grave.

 

—Se supone que en estos días van a venir a vaciarla- aseguró otra voz también masculina.

 

— ¿Cómo lo vacían?

 

—No lo sé. Pero algunos aseguran que los echan a la lava- oí pasos muy cerca de mí y cerré los ojos para no gritar de asco.

 

—Pero el traslado debe ser engorroso.

 

—De seguro que hay alguna trampilla por aquí que los lleva seguro a la quema.

 

—No sería tan descabellado.

 

Cierto.

   

—Si. Debe haber algún agujero por aquí que lo envié directo al subsuelo. - aseguró el segundo cuando veo los ojos y los vi alejarse hacia la puerta.

   

— ¿Quién crees que son los intrusos?

   

—No creo que lo sean. Me da que se confundieron y ahora nos tienen como gilipollas persiguiendo a unos fantasmas.

   

— ¿Porque esas tan seguro?

   

—Porque después de diez años. Nadie ha entrado aquí. Nunca. - aseguró- Esto es altamente secreto y nadie sabe de su existencia.

   

La puerta se cerró tras ellos y de nuevo el silencio invadió el lugar.

   

Espere algunos segundos más y me deshice de los cuerpos que me cubrían como pude. Parecía un loco apuntó de asesinar a alguien si no me los quitaba de encima.

   

Ayudé a Shao que no pudo con uno y nos quedamos quietos preguntándonos en silencio cuál era la mejor solución para huir de allí.

Agente Shao _Libro 1Where stories live. Discover now