Cap-53 (S)

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Shao

Me imaginaba miles de posibilidades y razones por las que algo parecido a una organización se encontrara escondida en una montaña.
Pero ninguna o prácticamente ninguna era buena.
La agencia secreta en la que me habían reclutado, servía para proteger el país o eso todo el mundo decía, pero entre las líneas se podía leer la verdad. Éramos protectores de una nación. Pero también éramos asesinos.
Era por ello que la cede se ocultara bajo tierra y se encontraba rodeada de bosques de metal y quién sabe qué más. Aquellos pasadizos que hacía poco había recorrido indicaba algo parecido.
Y el lugar en el que nos encontrábamos ahora parecía seguir el mismo patrón.
--¿Qué haces?- preguntó Ross cuando me vio dirigirme a una de las pasarelas flotantes.
--Quiero ver eso de cerca- le señale el tanque
--Estas loca. Deberíamos investigar un poco y salir pitando
--Ya. Pero pienso ir a verlos - asegure siguiendo mi instinto o quizás fue la curiosidad lo que me llevaba allí.
Pero como ya era común en mí, hice todo lo contrario a lo que Ross me decía.
Puse el pie sobre la pasarela que parecía flotar en el aire e intente caminar como los demás. Con esa seguridad y falta de curiosidad que todos presentaban. Escondiendo mi asombro ante lo que veía.
Una chica en una de las pasarelas inferiores se encontraba mirando el tanque muy de cerca e intente imitarla.
Acerqué mi mano al cristal esperando que quemara, pero no sucedió, estaba totalmente frío.
En su interior la reluciente lava de brillante color amarillo y naranja se movía vizcosamente hacia arriba. Como si fuera succionada hacia algún lugar.
De nuevo empecé a oir esos ruidos metálicos. Como si fueran las agujas de un reloj que con sus campanadas indicaran algo.
Conté diez esta vez antes de que un ruido arriba del todo sonara como si de una máquina de vapor se tratara.
El líquido que estaba aislado a mi alrededor de pronto empezó a bajar con excesiva velocidad y solo cuando el ruido paro, se quedó quieto de nuevo.
Me aleje de allí pensando que quizás llevaba mucho tiempo y camine hacia Ross que parecía uno de ellos, con su bata ridículamente ajustada, escondiendo el traje negro y aquella pantalla en la mano.
--¿Y bien?- preguntó.
--Definitivamente es lava.
--De acuerdo. Genial. ¿Podemos volver a lo de antes?
--Si- dije conteniéndome la primera respuesta que se me había ocurrido dar.
Pero entonces pensé en la pelea de unas horas anteriores y me calle.
La estructura que se movía de arriba abajo se parecía demasiado a un ascensor moderno.
Pues de pronto en vez de bajar empezó a subir.
Camine por el metal de aquella pasarela observando todo de reojo mientras esperaba que volviera a bajar.
Pero este subió prácticamente hasta arriba. Allí vi, cuando el techo está próximo como algunos tubos se abrían camino desde el tanque hasta el muro de la montaña. Era transparente y algo blanco parecido a vapor se movía por el.
De nuevo diez golpes y vi cómo ese vapor desaparecido succionado por el muro.
--El agua...- solté.
--¿Que?
--Eso es. El agua.
--¿Qué pasa con el agua?
--Cuando estábamos en el interior de la cueva el agua allí salía llena de valor y estaba caliente. Incluso cuando nos habíamos bañado en la cascada- me sonroje de pronto al recordarlo- pues.. - me había desconcentrado.
--Si. Estaba caliente.
--Exacto- afirme- la lava es extremadamente caliente y suelta mucho vapor. Si ellos la contienen en este tanque, necesitan aliviar la presión que se crear en el interior de este y es por ello que suelta el vapor al exterior.
Ross me miraba frunciendo el ceño.
--Si sueltas grandes cantidades de calor al exterior, éste se ve si hay mucho cambio de temperatura, entre el interior y el exterior. Es por ello que lo sueltan con el agua para prevenir sospechas.
--Eres brillante.
--El día que construya algo así, de seguro que lo seré- bromee justo cuando en el otro extremo día hombres se subieron a la plataforma y esta empezó a bajar. 
Estos dos, altos y con sus batas, caminaron hacia nuestra dirección mientras iban hablando.
Trate de fingir que también hablábamos nosotros.
--Este chisme cada día hace lo que le da la gana- dije en una voz medio alta dirigiéndome a Ross justo cuando los dos hombre, de cabello moreno y tatuajes en el rostro, pasaron a nuestro lado.
--Habrá que revisarlo- aseguró este siguiendo mi ejemplo.
Uno de los hombres con medio rostro cubierto de tinta negra con extraños dibujos me miró descaradamente y frunció el ceño.
Me puse tensa, lista para pelear. Pero este volvió a dirigirse a su compañeros y nos dejó allí.
Al llegar abajo del todo, a una parte donde un suelo de hormigón cubría toda la plataforma, mire hacia arriba.
Era una vista impresionante.
Con aquel tanque subiendo hacia arriba y miles de tuberías, más finas, que salían desde el hacia el muro interio llevando el mismo líquido.
Era como un árbol de Navidad exageradamente moderno.
Tan Bello, seductor y peligroso a la vez.
Allí abajo del todo se abrían múltiples túneles que formaban un vínculo perfecto a nuestro alrededor. Eran tan iguales que daba miedo elegir.
--¿Alguna de tus intuiciones?- preguntó Ross
--Más bien ninguna- asegure dando una vuelta completa a mi alrededor, buscando algo que pudiera diferenciarlos.
Pero todos los pasadizos eran exactamente iguales.
Una chica de cabello rojo como el fuego salió,de uno de los túneles, sin prestar ninguna atención a su alrededor.
--Por aquí- señale y empecé a caminar.
--¿Porque?
--Toda la gente que hemos visto antes llevan las batas por encima de los muslos. Pero ella lo lleva por debajo de las rodillas.
--Eso no tienen nada que ver. Será más bajita.
--El científico llevaba una exactamente igual.
--¿Pero de que identificó me hablas ?
--Ya te lo contaré- asegure y salí caminando hacia aquel pasadizo iluminado con luz artificial mucho más tenue que la zona central.
--La energía que utilizan debe provenir de algún lado- dijo este en voz medio alta a mi lado.
--La energía la sacaran de la lava.
--Es posible.
--Cada ves más tiene todo sentido. - asegure- Al principio me pregunté la razón de que se complicarán tanto utilizando una montaña con contenido de lava, pero es algo brillante.
Me encontré ante una puerta negra que un poco más se perdería con el muro tallado en piedra.
Eran muros toscos, tallados sin cuidado.
Nada a aquellos muros de hormigón armado y de contención que vi en el anterior túnel del complejo de la academia.
Estos parecían más brutos y descuidados.
Intenté abrirla pero no sirvió de nada. Una pequeña pantalla apareció en la puerta pidiendo un escáner y me agaché rápidamente para evitar que me estudiará.
Decidí caminar más hacia el interior recordando cada uno de los giros cuando un grito, corto el aire.
Sin pensarlo dos veces me dirigí hacia allí, aún sin saber que me podría encontrar.
Una chica de cabello negro de pronto salió por una puerta, justo cuando pasábamos de largo, tenía la bata manchada de sangre y parecía llorar.
Ross colocó una pierna en la puerta antes de que se cerrará y tras mirar a su alrededor entro arrastrándome con el.
--¿Que hacéis aquí?- preguntó un chico joven vestido igual que la chica de cabello rojo. Tenía el rostro oculto tras una especie de tela que se reflejaba a la luz, pero que a su vez permitía ver su rostro a la perfección, de ojos grandes castaños y cabello negro.
Al transpasar la puerta creí que daríamos a una habitación. Pero era de nuevo un pequeño pasillo que llevaba hacia algún lugar mucho más amplio. Sin embargo no pude ver nada al encontrarnos al chico casi en la entrada.
--Venimos a comprobar que todo está bien- dijo Ross con un tono severo.
--No sois de aquí- aseguró este- No tenéis permiso para esta zona.
--No digas tonterías - hable entonces yo.
El chico se quedó callado de pronto, fijando la vista en las manos de Ross donde su reloj, igual al mío, estaba colocado en su muñeca. Dirigí mi vista hacia allí y me di cuenta que nos había descubierto.
Ross con un rápido movimiento le atacó y lo dejó inconsciente.
Cruzamos el pasillo que quedaba y  cuando entramos en la habitación, mi corazón casi se detuvo.
Allí en aquella zona,rectangular y de mayores dimensiones, se encontraba lo último que me pude imaginar y a la vez algo tan lógico, evidente y aterrador, que me dejo sin habla.
Ante nosotros es se abrían miles de tanques de cristal, en cuyo interior se encontraban cuerpos deformados como de aquel chico. Estaban moviéndose y mientras camine aterrada adentrándome en aquel lugar, todos los ojos se posaron en mi siguiendo mis movimientos.
Cuerpos casi desnudos, llenado de pelaje gris y negro, como de un lobo, se movían en el interior de sus jaulas.
Con las miradas fe un animal salvaje y los rostros de lobos.
Pero lo peor no era eso, si no en el punto inicial de aquella habitación, había una mesa, sobre la cual hacia uní de los cuerpo abiertos en cabal. Con sangre chirreando por el negro suelo ya exentas de utensilios afilados a su alrededor.
Era una imagen tan impactantes que tuve que cerrar los ojos por unos segundos.
--Si es lo que creo que es...- empezó a decir Ross
--Nos hemos metido en un buen lío.
--Más que eso- aseguró el detrás de mí.- Esto es jodidamente peligroso.
--¡Vosotros! - gritó alguien detrás- ¡Alarma! ¡Intrusos!
Sonó una voz de mujer que llenó cada uno de los huecos de la habitación. Repetía solo una palabra mientras tonos azulados de luz empezaban a parpadear en las paredes.

¡Intrusos!
¡Intrusos!
¡Intrusos!

Agente Shao _Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora