Capitulo 17:

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Miguel se deja caer en el asiento, y junto a él Ruben. El castaño estira su brazo y disimuladamente lo coloca sobre los hombros del británico, el cual al sentir el tacto se arrima hacia el lado contrario.

—No te entiendo, me be...

Ruben es interrumpido por una voz masculina, ambos giran a ver a un rubio con un traje negro y una flor azul en su bolsillo de saco. Miguel se levanta y ambos se abrazan como si no se hubieran visto después de años, aquel sujete despeina el cabello negro del príncipe de Inglaterra y ambos ríen.

Ruben no sabe que los ha estado observando por un buen rato, hasta que Noa se sienta junto a él, ocupando el lugar de Miguel, con una copa de champagne en su mano. El castaño gira a verla, y ella señala con la cabeza a su primo y al rubio.

—Es Charlie, mi hermano y primo hermano de Miguel. —explica la muchacha como si fuera adivina. Y el cuerpo del ojiverde se relaja al escuchar aquello.

—Puff, ¿por qué lo dices de esa forma?—un mesero pasa cerca de ellos, y Ruben toma una de las copas, y da un largo trago.

—No quiero que hayan incidentes. —Noa dice, y se cruza de piernas mostrando sus largas piernas.

— ¿Incidentes?

—Sí, ya sabes, peleas y eso.

Ruben ríe, y niega con la cabeza.

— ¿Crees que estoy celoso, no?—ambos se miran, y la rubia lo mira fijamente.—Si estuviera celoso aquel rubio estaría en el suelo con una nariz rota, pero no lo estoy.

— ¿Por qué estarías celoso?—Noa pregunta confundida, y agrega—Estás con mi prima, Mali y ¿celoso de Miguel? Eres hétero, ¿recuerda?—Ruben se sumerge en su asiento y asiente a sus palabras.

—Lo había olvidado. —murmura, mirando el techo de la sala, la cual estaba llena de jóvenes y personas mayores importantes en traje caros y vestidos de seda largos.

— ¿Olvidaste qué?—Ruben la observa, y luego la copa de champagne casi vacía. Entre suspiros niega con la cabeza.

No iba a decirle que se había olvidado de que era hétero.

Vuelve a mirar a los alrededores, y logra ver el cabello de Miguel despeinándose por el aire y a Charlie junto a una bella chica. Los tres conversaban con sonrisas, y Ruben pudo jurar que aquella muchacha no quitaba sus ojos encima de su británico. Con torpeza se levanta, y Noa lo observa, ignora la mirada y camina hacia ellos.

Miguel toma la copa de vino que su primo le acaba de dar, y le da una rápida mirada a la princesa de Polonia. Ella era pelinegra con facciones muy perfectas, su cabello recaía en sus hombros y llevaba sólo brillo labial; además su vestido era morado, un morado suave y liso. A Miguel le encantaba la chica, y es por eso que sus ojos no salían de su presencia.

—Entonces, ¿te parece bien si los dejo solos, Miguel?—el nombrado sale de sus pensamientos, y le sonríe a Charlie.

—Sí, claro. —y con eso el rubio camina hacia la cocina.

La muchacha se apoya sobre la pared, y le da una sonrisa tímida a Miguel. El británico camina hacia ella, y estira su mano con elegancia. La polonesa la toma, y ambos se observan por segundos, segundos que terminan siendo interrumpidos por un molesto príncipe escocés.

—¡Miguel, hey!—el nombrado gira a ver quién lo llama, y al ver a Ruben toma medidas rápidas.

—¿Te parece si vamos al patio?—la princesa está por responder, pero es jalada por el pelinegro hacia el lugar mencionado.

Give Me Love|| RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora